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Juan Velasco

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El año en que volvió la música en directo sin restricciones, y con ella los festivales, las salas y las giras, la ciudad de Córdoba volvió a buscar su propia voz dentro del mundo de la música. Sigue siendo Córdoba una ciudad con algunos déficits en este ámbito, pero de la que brotan propuestas, cada vez menos acomplejadas en el uso de la raíz, algo especialmente palpable en ámbitos como la música urbana y la música electrónica. 

También está ahí siempre ese dragón dormido que es el flamenco cordobés, en el que el talento es tan brillante como algo perezoso. Un flamenco que cada vez se deja querer más por otras músicas y abraza otras sonoridades, como atestiguan, por ejemplo, algunas de las propuestas creadas por artistas cordobeses que más eco han tenido a nivel nacional. 

Hablamos especialmente de La Babilonia, el ambicioso disco que ha publicado este año la cantante y compositora cordobesa Mariola Membrives, que ha seducido a los críticos de todo el país gracias a una apuesta musical y conceptual decidida, valiente y feminista, en la que la artista ha tomado las riendas de un salto al vacío del que no cualquiera hubiera salido airoso. El otro disco-milagro es Bestia sagrada, de Isabel Do Diego, un trabajo en el que este creador ha llevado aún más lejos su propuesta brutalista de folclore y música electrónica, para el que ha reclutado incluso a la cantante María Arnal. 

Son dos de los trabajos cordobeses más laureados a nivel crítico del 2022, un año que empezó con la cantante cordobesa María José Llergo ganando el Goya por la canción Te espera el mar. Llergo se ha tomado con calma estos meses, aunque ha logrado el sueño de grabar una canción y un videoclip en su pueblo, Pozoblanco. Se titula Mi nombre y sigue la senda de fusión de electrónica y flamenco que esta artista se marcó desde sus primeras canciones.

La misma verea porque la que caminan Fuel Fandango, los pioneros, no siempre suficientemente reconocidos, a la hora de fusionar la electrónica y el folclore español y latino. El grupo de Nita y Ale Acosta ha cerrado 2022 con la publicación íntegra de sus Romances, canciones en las que han colaborado con artistas con los que mantienen una gran afinidad artística y personal.

Este terreno que abonaron los Fuel sigue dando sus frutos desde Córdoba. Uno de los últimos ejemplos es el dúo que forman el compositor y productor RJ Ruz y la cantante Lucía Moon, que sorprendieron con su electrónica versión de Tu frialdad, el clásico del legendario grupo andaluz Triana, y que fue sólo un aperitivo de las canciones que están preparando a partir de esta identidad sonora.

Flamenco

Más allá de experimentos, el flamenco cordobés ha dejado algunas canciones o discos de gran interés y relevancia. Si hablamos de discos, uno de los trabajos del año lo ha grabado el guitarrista alicantino afincado en Córdoba Alejandro Hurtado. Se titula Maestros del Arte Clásico Flamenco, y en él, este joven prodigio recupera diez toques de dos leyendas de la guitarra flamenca: Ramón Montoya y Manolo de Huelva.

Otro prodigio afincado en Córdoba es el pianista Alfonso Aroca, que publicó la pasada primavera Soleá 2.0, una composición por la que recibió uno de los reconocimientos en el I Premio SGAE de Flamenco Paco de Lucía, celebrado en marzo en Sevilla. Al igual que hay talento reconocido en los trabajos que han publicado este año tres de los más prometedores guitarristas cordobeses de las últimas décadas: Niño Seve, que por fin ha editado su debut, Luna de la Judería; Rafael Trenas, que publicó Horizonte a principios de año; y Luis Medina, que ha publicado el primer single de su nuevo trabajo, titulado Lo último que se pierde, para el que ha contado con la voz de Ángeles Toledano y Ezequiel Montoya.

Aunque, si hablamos de guitarra y Córdoba, es ineludible hablar del trabajo que ha firmado el veterano José Antonio Rodríguez: McCadden Place LIVE From Córdoba es su tercer trabajo en directo y el duodécimo de su carrera como compositor y solista, y recoge el concierto que ofreció en julio de 2021 en el Gran Teatro en el marco del Festival de la Guitarra de Córdoba. Un disco vibrante para un artista que ha cerrado el 2022 colaborando con el beatle Ringo Star.

En clave más festiva, los hermanos Lin Cortés y Nani Cortés también han dejado algunos pildorazos durante el pasado año: Lin no ha publicado disco, aunque sí uno de sus singles más potentes: Feria de Sevilla; mientras que Nani sí que ha editado un LP, su segundo trabajo, Nadie me conoce en el que ha colaborado con cantantes como Pitingo o Antonio Carmona.

Más tranquilos han estado La Negra y El Panky, que este año sólo han mostrado Tú como yo, una nueva canción, la última que quedaba por salir del EP De otra manera.  En una clave similar, de flamenco fusión, el grupo Mestizas, de la cantante cordobesa Esperanza Delgado, ha lanzado este año su primer trabajo: El alma de la olvidada, lleno de versiones de clásicos españoles y latinoamericanos.

En este ámbito, el cantante y compositor cordobés Mario Díaz ha publicado este año una especial versión de todo un clásico de la canción latinoamericana, Lágrimas negras, una obra de Miguel Matamoros, que en España es muy conocida gracias a la versión de Bebo Valdés y El Cigala.

Música y memoria

Sin abandonar la música de raíz, la cantautora cordobesa Lourdes Pastor ha lanzado Las 13 rosas. Memoria, canción original de la película documental Las cartas perdidas, de Amparo Climent; mientras que, en similares coordenadas, este año vio la luz A medias, la canción oficial del documental Pico reja, compuesta por el cordobés Antonio Manuel e interpretada por la cantaora Rocío Márquez y el músico Javier Prieto.

Otro de los proyectos del año en clave de recuperación de la memoria a través del flamenco (en este caso, de los cantes antiguos, ancestrales y negros) ha sido Tres golpes, el nuevo disco de Perrate, producido por Refree, y que ha contado con el cordobés Cisco Casado en labores de producción ejecutiva.

Reguetón Made in Córdoba

Sin abandonar lo andaluz, el 2022 ha supuesto la confirmación del boom de público que es la fusión de reguetón y música urbana, que en Córdoba representa el cantante Rubén Delallana, un artista que, yendo a su aire, ha logrado aglutinar miles de oyentes a partir de esta fórmula. Una fórmula con la que también ha tonteado el rapero flamenco Frathos, que ha publicado este año varios sencillos, algunos de ellos con claro carácter festivo.

El más festivo, sin duda, es el himno del Córdoba CF que publicó este rapero, si bien La malá, el tema veraniego con un toque totalmente electrónico bien podría competir en intención de disputar la pista de baile con su propuesta. 

El aluvión urbano

Aunque, si 2022 ha supuesto algo para Córdoba, es la configuración de un nuevo movimiento o escena de música urbana, algo que en la ciudad no se veía desde hace décadas, y que hoy es una realidad. En los últimos doce meses, por ejemplo, se ha fraguado un comeback importantísimo: el de Clásico y Klayt, que han publicado sendos trabajos en solitario, a cada cual más serio.

Además, ha sido el año de la confirmación del talento de Percless, que arrancó 2022 publicando su primer EP Córdoba tiene un rapero, y los ha terminado con otro trabajo de igual hondura. Entre medias, una colaboración con Frathos y F.Muñoz y varios lanzamientos con El Califato, el colectivo que forma junto a Tonre, Joseca y el citado F.Muñoz.

Los sonidos más traperos han tenido su hueco a través de los trabajos de Dry Chelle, Aka Melosso, Burze y Fash, Guiri Lavaina o Raffma, mientras que el r&b y el sonido más comercial ha encontrado su voz en la cantante cordobesa Lau Rey, que ha publicado varios sencillos durante el año, y en la cordobesa afincada en Boston Esperanza.

Por su parte, tras dos años de rodaje, la emergente banda cordobesa Dreadsistance, que fusiona rap, metal y jazz, ha publicado su primer trabajo, el EP Matria, mientras que, desde la Vega del Guadalquivir, en Palma del Río, ha emergido Baboon Prophecy, un colectivo de reggae y dub que ha publicado uno de los temas del año: Times so hard.

Electrónica viajera

En clave downtempo, el productor lucentino Dj Toner ha publicado este año Mimesis, un EP con sonido cordobés: el del trombonista Rafa M. Guillén. También tempos bajos y sonido noventero hay en los sencillos que ha publicado Dial34Soul, un curioso proyecto formado por los británicos Simon Exelby, cantante, compositor y arreglista, el multinstrumentista Tush Hamilton,y el productor cordobés David de las Heras. Más electrónica reposada, en clave new age, la del prolífico productor cordobés Tsode, que ha puesto música a la historia de Córdoba en su disco Córdoba, mitos y leyendas.

La electrónica de club cordobesa ha tenido este año varios trabajos remarcables. Entre ellos, los dos que ha publicado el artista audiovisual Juan, el más bailable Blurred Intentions, y el más reposado El rastro firme, mientras trabajaba en un nuevo proyecto EFE, que mezcla flamenco, electrónica de club y poesía, junto al periodista que firma este artículo y la cantante y compositora Paloma.

También ha publicado un LP el productor Manu Bermejo, titulado Hanna, mientras que el dj Cecilio ha editado este año su primer tema Era un ravero, firmado a medias con la Italiana Laurine, en su sello berlinés Slow Life.

Por su parte, el productor cordobés Durand ha firmado el EP Blood & Honey para el sello Latido, mientras que Bernardo Hangar ha seguido regando su sello Dark Forest con sonidos techno durante el pasado año, y Kursiva ha seguido escalando en el drum & bass internacional a base de remixes y lanzamientos. 

La música alternativa

A caballo entre la electrónica y el rock, el compositor Tarik ha vuelto a lanzar un disco filigrana bajo el alias Summer Spree. Licantropías vio la luz el pasado mes de febrero confirmando el suyo como uno de los proyectos más interesantes (y a contracorriente) de la escena nacional. Del mismo modo, entre el punk y la música industrial, Ramos Dual y Yul Navarro han lanzado algunos de los temas más potentes de su repertorio durante el último año.

También mezclando sintetizadores y guitarras han debutado una de las sorpresas del año, los esquivos Wayne, un duo cordobés que ha apuntado alto con las canciones que han publicado a lo largo del pasado año, y que los sitúa, junto a Niño Bravo, que han comenzado a desgranar su próximo disco, como punta de lanza de la nueva hornada de grupos de rock alternativo en Córdoba. 

Porque hay hornada, escena, o como quiera que lo llamen. En El Colectivo, el flamante nuevo sello de Migue Pérez y Cisco Martínez, han hecho el disco cordobés del 2022. Se llama Explosión Colectiva, y es el primero una serie de recopilatorios llamados a convertirse en un muestrario de eso que algún iluminado ha bautizado como sonido cordoboide. En la primera entrega: Mteörik, David Donnier, La Fiancee Solitaire, Volpina, Paul Barham, Sun Orphans, Mike Sun, Ramen!, Lämpara y The Flying Cumbias.

Rebasando las fronteras locales, es imposible despedir este resumen sin reparar en dos proyectos de sonido cordobés e impacto nacional: Mirlo blanco, el último disco de la cantante y compositora Vega, que la ha afianzado como una de las mejores autoras pop de este país; y Cariño, el grupo de tontipop que ha seducido a media España, en el que está la pozalbense María Talaverano, y que ha publicado este año su primer larga duración. 

Para terminar, dos comebacks y un pedazo de Latin Grammy: en 2022 también volvieron a presentar nuevos trabajos y canciones dos clásicos de la escena rockera cordobesa, Jesús Astorga y Subtónica; mientras que el Grammy Latino que ganaron Las Migas es, en parte, tan cordobés como su guitarrista, la cordobesa Alicia Grillo.

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