Los Premios Carmen: función de noche

“Este premio no era para mí; era para Josefina Molina”. La confesión la hizo rozando la medianoche el Premio de Honor de los Carmen 2025 -los premios de la Academia de Cine de Andalucía-, el productor cordobés Antonio Pérez. Explicó que la casi nonagenaria directora de Función de noche no podía recibirlo físicamente por motivos de salud, así que la Academia decidió tirar de banquillo cordobés. Curiosamente, la otra Academia, la española que entrega los Goya, le dio el cabezón de Honor a la directora en 2012 y esta tampoco pudo ir a recogerlo. Pero se lo dio.
Parece que en Andalucía, la falta de presencialidad penaliza. Qué pena porque Josefina es historia de España y demuestra la extraña pareja que Córdoba forma con el cine. La sensación es que el séptimo arte, la ciudad y la provincia no han tenido nunca ningún flechazo. Que aquí nunca pasa nada en esa dimensión onírica de la realidad, pero nada más lejos: Josefina Molina fue una pionera, la primera mujer en graduarse en Cinematografía en España. En la ciudad de la Mezquita ha habido medio centenar de rodajes desde los años 20, los cineclubs cordobeses fueron núcleos de resistencia cinéfila en la agonía de la dictadura; en la pedrea del reparto de instituciones andaluzas nos tocó la Filmoteca, ese lugar en el mundo; Gerardo Olivares y Francisco J. Gutiérrez son dos de los directores más internacionales del cine español; el propio Antonio Pérez es otro productor pionero que estuvo detrás de Solas, y Córdoba es la ciudad de los cines de verano históricos.

Casualmente una Mari Carmen, de apellido Cabezas, alma histórica junto a Martín Cañuelo de los cines de verano del casco, curioseaba la alfombra roja en el Bulevar de Gran Capitán un rato antes de comenzar la gala. Junto a ella, un centenar de cordobeses gritaban a las celebridades que la cruzaban, entre banderas palestinas y republicanas. Y es que esta clase de acontecimientos siempre ocurren en otros lugares, pero la descentralización de las galas de premios y la turné de la academia andaluza por todas las capitales de la comunidad trajo estos Mari Carmen, tal y como los llamó la directora Remedios Malvárez al recoger su premio por el documental Fandango. Más bien fue una deslocalización, un aterrizaje de la industria con poca mixtura local y, si no, que se lo pregunten a la ninguneada asociación de profesionales del audiovisual cordobés, Record.
Así que, la pátina de cordobesidad solo se la dieron los famosos, los políticos locales y postales cordobesas con los arcos de la Mezquita. Vega, abriendo la gala y pronosticando, sin saberlo, con su canción De otro planeta que Segundo Premio sería la triunfadora de la noche. Macarena Gómez que, junto a Antonio Pagudo, demostró que lo suyo no es presentar galas, por muy emocionada que estuviera de pisar las tablas donde comenzó actuar como bailarina a sus cuatro años. La falta de guión y de gracia tampoco hizo mucho favor a la retransmisión de Canal Sur, que entre los espectadores competía con el Benidorm Fest y el Carnaval de Cádiz, así que una prefiere seguir en el desconocimiento de la cuota de pantalla que se llevó el cine andaluz.
La primera en recoger su Carmen fue la maravillosa actriz Adelfa Calvo, en el reparto de ¿Es el enemigo? La película de Gila, de Alexis Morante. Con un discurso reivindicativo y emocionante, exigió mejores políticas en salud, más cultura y más cariño al teatro andaluz, mirando cara a cara a la Consejera de Cultura, delante del alcalde de Córdoba y el presidente de la Diputación. Unas horas después, Benito Zambrano también se dirigiría a Patricia del Pozo para exigirle que “ni medio pasito patrás” para el cine andaluz.
Los Premios Carmen fueron más bien una deslocalización, un aterrizaje de la industria con poca mixtura local y si no, que se lo pregunten a la ninguneada asociación de profesionales del audiovisual cordobés, Record

Con la voz en off del actor cordobés Juan Carlos Villanueva se fue sucediendo el chorreo de premios, con las correspondientes pausas publicitarias. Antonio de la Torre subió a recoger el de actor de reparto por Los destellos y el corazón blanquiverde gritó gol cuando el cordobés Álvaro Medina ganó el premio a la Mejor Dirección de Fotografía por La estrella azul, una de las películas españolas del año. Para variar, se acordó de su mujer, “que cuidó de la familia y la casa cuando estuve dos meses y medio rodando en Argentina”, dándole valor a eso de que detrás de cualquier buen director de foto o de lo que sea, siempre hay alguien que sostiene la vida. Minutos después volvía a subir al escenario junto al director de la película, Javier Macipe, ya que La estrella azul también se llevó el premio al Mejor Largometraje de producción no andaluza. Macipe y Medina se conocieron en Córdoba durante el año que el director pasó en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores, a quien dedicó el premio.
Otro cordobés, Javier Frutos, ganó el premio al Mejor Montaje por Segundo Premio y quiso acordarse de cuando el Gran Teatro proyectaba cine, donde vio Vértigo, de Hitchcock. Por su parte, el músico Pablo Cervantes se llevó el Carmen por la música de Rita y contó cómo Córdoba fue su destino para estudiar la rama musical de Magisterio. Rocío Márquez recogió emocionada el Carmen a la Canción Original que, junto a José A. Mazo, ganó por Fandango de Richter, y una soleá se marcó el Pele durante el in memoriam, paseando a la platea por rincones cordobeses con su quejío y despidiéndose anunciando que el año que viene se estrena su película (un documental sobre su figura, Leyenda viva). Genio y figura.
El premio al Mejor Corto de Animación nos hizo preguntarnos dónde estaríamos ahora si Animacor, aquel festival pionero en España sobre cine de animación impulsado por la diputación cordobesa, no hubiese sido decapitado. En el ecuador de la gala, la directora de producción Manuela Ocón y los realizadores Benito Zambrano y Francisco J. Gutiérrez fueron los encargados de introducir el Premio de Honor para Antonio Pérez. Los tres dibujaron su trayectoria junto al productor de Solas y Pérez, con su premio en la mano, prometió no enrollarse como le caracteriza, algo que medio cumplió. En su discurso, invitó a no dar crédito a las falsedades que circulan, ya que “España es uno de los países donde menos ayudas se dan al cine”.

En la recta final, el algecireño Alexis Morante recogió los premios al Mejor Guión y Mejor Dirección por ¿Es el enemigo? La película de Gila; Pablo Gómez Pando se llevó a casa el único premio para Solos en la noche, la película del cordobés Guillermo Rojas, como Mejor Actor; Beatriz Arjona, el de Mejor Actriz por Fin de fiesta; Paz Vega como la Mejor Dirección Novel por Rita; y dos más que se llevó Segundo premio, Mejor Guión Original y Mejor Largometraje, en una noche en que la presidenta de la academia tuvo más protagonismo como productora de Rita y de la no-película sobre Los Planetas que como máxima autoridad del cine andaluz.
En esta función de noche faltó Josefina y fuimos arrojados al frío de la madrugada con la sensación de que falta que se invierta en cine realizado por el talento más joven de la provincia, como mínimo, el dineral que se ha gastado en esta gala tan instagrameable.
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