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Javier Macipe, cineasta: “'La estrella azul' es un viaje hacia el silencio”

Entrevista a Javier Macipe, director de 'La Estrella Azul'

Aristóteles Moreno

2 de marzo de 2024 19:58 h

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Javier Macipe no podía rechazar un encargo como ese. Cuando una madre pierde a dos hijos jóvenes en circunstancias dramáticas y te ruega que le dediques una película como bálsamo reparador, es muy difícil decir que no. Javier Macipe era un realizador novel que apenas tenía en el bolsillo un puñado de cortometrajes. Y dijo que sí. Naturalmente. Mucho más cuando uno de los jóvenes malogrados se llamaba Mauricio Aznar y era el líder de una banda rockabilly que sonaba día y noche en el equipo de música de sus hermanos mayores.

Esta emocionante historia está sembrada de destellos mágicos. Por ejemplo. Macipe nació en Zaragoza en 1987, el mismo año en que Más Birras sacó su primer single. Y aquella canción, Apuesta por el rock and roll, fue la que catapultó a la banda en la escena musical y acabó convirtiéndose en talismán de la prometedora carrera cinematográfica de Macipe. Trece años después, en 2000, Mauricio Aznar apareció muerto en su casa. Y cinco años más tarde, Macipe se presentó ante su madre para que le autorizara a usar un tema de su hijo en un cortometraje. Fue ahí cuando recibió el encargo que le ha cambiado la vida.

La estrella azul fue concebida como una misión ineludible. Pero también ha sido una aventura fascinante hacia las profundidades de un tipo que renunció al éxito para sumergirse en la pureza del silencio. Una aventura, por cierto, plagada de contratiempos. En su primera semana de exhibición en las salas comerciales ha recibido una respuesta sobresaliente. Y la crítica se ha rendido a su conmovedora belleza. Hoy es jueves y Javier Macipe nos recibe en la Fundación Gala. Porque, casualidades de la vida, este joven director de cine fue residente del Convento del Corpus Christi en 2011 donde germinó un inesperado hilo invisible con Córdoba.

PREGUNTA. Un rockabilly que deja todo y se busca a sí mismo en la música popular argentina. ¿La estrella azul es un viaje iniciático?

RESPUESTA. Sí. Pero yo diría que es, sobre todo, un viaje hacia el silencio. Metafórica y realmente. Porque todo el viaje de Mauricio busca un lugar que se llama el Jardín del silencio, que es donde Atahualpa Yupanqui componía. Yupanqui decía que si no hay un silencio del pensamiento no puede existir la creación. Mauricio está en un momento caótico de su vida y busca reencontrarse consigo mismo para encontrar ese silencio interior. Esa paz que le permita volver y componer de otra manera. Con otra profundidad.

P. ¿Fue también una huida?

R. Sí. Fue también una manera de alejarse de malas influencias. Tenía un problema de adicción y poner un océano de por medio ayuda a alejarte de ciertas cosas.

P. ¿Qué encontró Mauricio Aznar en la Argentina rural?

R. Un lugar donde se vive mucho más en presente. Él era una persona capaz de disfrutar de la conversación. De no estar pensando en la agenda o en lo siguiente que tenía que hacer. Y eso en Zaragoza era una rareza. Cuando llegó a Argentina encontró un sitio donde todo el mundo vivía como él. Un lugar donde la música es la gran protagonista, el centro de la familia, y tiene esa función de generar comunión en la sociedad. No era como aquí que es casi un ruido o algo para bailar en las discotecas. En Argentina era el vehículo principal para la transmisión de emociones, de historias, de cuentos, de mitos, de todo lo que es la cultura popular. Y eso le hizo reconciliarse con lo que significa ser músico.

P. Un rockabilly amante de Atahualpa Yupanqui es una rareza absoluta.

R. Él se definía a sí mismo como tangobili. Nosotros le llamábamos también gauchobilly. En realidad, cuando Mauricio hizo rockabilly ya era una rareza. En aquella época, la movida madrileña era otro tipo de música, con sintetizadores y músicos muy malos, donde lo importante era el espectáculo, cómo vas disfrazado y cantar tonterías. Y, sin embargo, él miró hacia atrás porque el rockabilly venía de los años 50. El paso siguiente que dio fue una continuación natural de estar siempre en la otra orilla e ir caminando hacia algo cada vez más puro. El rockabilly es una especie de evolución del country de Norteamérica. Y simplemente fue yendo hacia el sur.

Sin Bunbury esta película no existiría

P. El rockabilly en los ochenta era una tribu minoritaria pero integrada en la música moderna del momento. Y Atahualpa Yupanqui significaba un regreso a los sesenta de la música tradicional popular.

R. Desde luego, era muy raro para un rockabilly. Lo más raro fue el siguiente paso, de Yupanqui a la familia Carabajal, que no conocía nadie en España. Atahualpa también fue a aprender a Santiago del Estero el rasguido de la chacarera con los hermanos Díaz.

P. ¿La estrella azul es un homenaje también a su propia adolescencia?

R. Hay un sentimiento de gratitud que se empieza a forjar en esa época de mi adolescencia. Esa canción de Apuesta por el rock and roll fue decisiva para que yo me decidiera a apostar por hacer cine. Porque es una canción que habla de la apuesta por la vocación. Y fue un día que estaba en un bar con un amigo escuchando esa canción cuando decidí hacer cine. La película, aparte de que es un encargo de la madre, siempre ha sido para mí una forma de devolverle el favor que me hizo Mauricio contagiándome ese espíritu.

La película ha ayudado a la madre de Mauricio a transformar el dolor en alegría

Javier Macipe empezó a hacer cortometrajes a los 14 años. Su hermano mayor era su profesor de edición de vídeo en la ESO. Tenía al maestro en casa. Estudió Comunicación Audiovisual en Madrid y en segundo de carrera ya obtuvo un premio por un corto. Luego vinieron muchos más. Hasta que Cáritas de Zaragoza le encargó un documental para la Expo 2008. Todo lo demás fue rodando hasta desembocar en esta aventura deslumbrante llamada La estrella azul.

P. Con la madre de Mauricio inició usted una comunicación muy emocional.

R. Tenemos una relación muy espiritual. Los dos tenemos la sensación de que debíamos encontrarnos. Eso nos ha marcado mucho. A mí me ha hecho el mejor regalo para dedicarme a mi vocación y descubrir muchas cosas que no habría conocido de ninguna otra manera. Y creo que a ella le ha ayudado a aligerar una historia muy dura. De hecho, ahora estamos muy felices y agradecidos de que el universo nos haya dado la posibilidad de encontrarnos.

P. La película le ha ayudado a restañar sus heridas y a entender mejor a sus hijos.

R. Yo creo que le ha dado mucha paz y ha transformado la oscuridad y el dolor en alegría. El otro día la llamé y me dijo que estaba contenta. Tiene ya 92 años y eso no lo había oído nunca de ella.

P. ¿Mauricio Aznar es su alter ego?

R. Más que mi alter ego es un referente. Me gustaría llegar a ser dentro del cine lo que Mauricio fue dentro de la música.

P. ¿Y qué es exactamente eso?

R. Pues una persona que eligió su camino sin mirar nunca la consideración material. Lo que hizo trascendió tanto que tiempo después estamos hablando de él y dejó una huella positiva en miles de personas. Y que no hizo daño a nadie conscientemente nunca.

P. ¿Por qué nos seduce tanto la historia de un perdedor?

R. Más que la historia de un perdedor, yo diría que es la historia de alguien que arriesgó. La estrella azul es la historia del alma y su alma al final gana. Mauricio está más vivo que nunca y fue un gran ganador. Porque fíjese: estamos hablando de él por todas partes.

P. Usted también ha puesto un granito de arena para que sea así.

R. Sí, pero yo lo he puesto como continuación. Él prendió la llama de una antorcha y yo, en un momento dado, agarro la antorcha que el prendió.

P. ¿Qué ha aprendido de Mauricio Aznar?

R. De él se puede aprender a ser consciente y vivir en presente. Siempre tenía tiempo para conversar. Y yo no siento que lo tenga, aunque me gustaría. En su lápida pone lo siguiente: “Porque quiso cantar, cantó”. No hizo lo que los demás esperaban de él. Su padre no quería que fuera cantante. Fue siempre fiel a su esencia. A su vocación. Y eso le costó muchas veces golpearse contra un muro.

A Antonio Gala le toqué una canción de Mauricio Aznar

P. Definir al personaje habrá necesitado un gran esfuerzo de documentación.

R. He entrevistado a más de cincuenta personas. Y fue muy importante repetir el viaje que había hecho por Argentina. No solo una vez, sino varias veces. Fue muy importante también leer las cartas que enviaba a su novia. Eso me ayudó mucho. Es ahí donde muestras tus debilidades. Y luego dispuse de material gráfico, grabaciones, vídeos. He leído los libros que él leyó y escuchado la música que él escuchó.

P. ¿Qué leía Mauricio Aznar?

R. Le gustaba mucho leer a Atahualpa Yupanqui y a Ramón J. Sender. Y luego leía unos libros que bordean la autoayuda. Recuerdo uno que se llamaba Todo lo que necesitas saber lo aprendiste en el parvulario.

P. ¿Cómo descubrió a Atahualpa Yupanqui?

R. A su madre le regalaron un disco de Atahualpa con el detergente. Le dieron a elegir entre ese y uno de villancicos. Luego la madre me lo ha regalado.

P. Sin embargo, él monta un grupo de rockabilly.

R. Desde los 16 años ya estaría con Golden Zippers y después vino Mas Birras. Yupanqui le empezó a gustar un poco después. Convivían en él las dos cosas, solo que progresivamente fue ganando cada vez más peso la música argentina.

P. Usted ha dicho que Mauricio Aznar tuvo que elegir entre el corazón y el pragmatismo. ¿Y usted?

R. Nosotros igual. Esta película es un esfuerzo colectivo y esa disyuntiva ha estado todo el tiempo. No sé si entre el corazón y el pragmatismo o entre una visión más romántica y una más industrial de hacer cine. Todo tiende a cosas más fáciles de encasillar, de empaquetar y dentro de esquemas conocidos. Porque parece que así es más fácil de vender. Y creo que es un error. Con los productores tuvimos un debate sobre el montaje de la película. Ellos decían que conocían mejor al público y, sin embargo, no creo que su versión hubiera sido mejor.

P. O sea: que en su dilema gana el corazón.

R. Sí. En ningún momento tomamos una decisión por vender más o elegir un camino más cómodo. Hemos elegido siempre el camino difícil.

P. ¿Se ha peleado mucho con los productores?

R. Me he peleado con la burocracia en general. Los productores, a veces, son intermediarios con otros entes todavía más difíciles de lidiar.

P. ¿Cuánto le debe esta película a Bunbury?

R. Mucho. Sin él no existiría. Que él hiciera esa versión de Apuesta por el rock and roll ayudó mucho a que los productores entendieran la universalidad de la historia de un hombre que compuso una de las canciones más versioneadas de la historia del rock en español.

Escuchando una canción de Más Birras fue cuando decidí hacer cine

P. Usted se fue a Argentina a hablar con él.

R. Sí. Cuando le mandé el guion y lo leyó me dijo que creía que podía aportar algo. Entonces pensé que era mejor hablarlo en persona. Me fui a Argentina porque él actuaba en Buenos Aires. Nos pasamos dos horas hablando y me demostró que era una persona con muchísima atención y muy respetuoso. De hecho, leyó el guion en tres días.

P. Se le cayó la imagen de personaje histriónico y se hizo humano.

R. Yo ya lo consideraba muy humano porque si lees sus entrevistas y no te dejas llevar por ciertos titulares, ves que es una persona muy culta y muy educada. Y si alguna vez ha despertado polémica es porque dice lo que piensa. Y lo que piensa va muy en contra de lo políticamente correcto. Yo me encontré con la persona que esperaba y me sorprendió todavía más en su generosidad.

P. Es más fan de Bunbury que antes.

R. Soy más fan de Enrique.

P. Por cierto, ¿La estrella azul se incubó en Córdoba?

R. Aquí siempre estuvo presente. De hecho, en este salón en el que estamos ahora tenemos un vídeo grabado donde yo le tocaba a Antonio Gala una canción de Mauricio Aznar.

P. ¿Le tocó a Antonio Gala?

R. Sí. Una canción que se llama Voces de tango.

P. ¿Cómo fue su relación con Antonio Gala?

R. Él vivía aquí algunas temporadas. Y leyó los guiones de la película que hice aquí. Me sorprendió muchísimo. Es una persona de las más cultas probablemente que haya habido en España. Pero en las distancias cortas impresionaba mucho más. Casi parecía que tuviera superpoderes. Cuando leía algo que tú habías escrito, era capaz de entender muy bien cómo es la psicología que hay detrás. Era una persona con una sensibilidad e inteligencia muy grandes. La pena es que nos imponía demasiado respeto. No porque él hiciera nada para eso sino porque es una figura que has visto tanto en la televisión que nunca llegas a estar del todo relajado con él.

P. ¿Qué aprendió aquí?

R. Aprendí muchas cosas de mi oficio del cine porque tuve la oportunidad de hacer algo sin pensar en los resultados. Y no hay nada peor que estar pensando siempre en los resultados para que tu obra se vaya corrompiendo. Aquí fui totalmente libre en la creación y aprendí muchísimas cosas del lenguaje cinematográfico.

P. En la Fundación Gala rodó doce cortos sobre la espiritualidad.

R. Me pareció que Córdoba, por ser una ciudad de encuentro de culturas y religiones, era un buen lugar para desarrollar un proyecto con ese tema. Con 20 años me fui a la India porque me interesaba la filosofía y las religiones orientales. Los cortos hablaban de la falta de espiritualidad en la sociedad.

P. Usted es una persona espiritual.

R. Sí.

P. ¿Qué busca en la espiritualidad?

R. Parece que haya una especie de disyuntiva entre tener una visión científica y otra espiritual. Yo no creo en esa disyuntiva. El mundo tiene más capas de las que la ciencia todavía ha conseguido explicar porque estamos en un paradigma muy materialista.

De Mauricio Aznar he aprendido a vivir en presente

P. La película tropezó con la pandemia de 2020, luego con la devaluación de la moneda en Argentina en 2022 y finalmente con la resistencia de los productores a poner más dinero. ¿La estrella azul es el triunfo de la terquedad?

R. Es el triunfo de la pasión. Fue mucho más una condición activa de perseguir algo guiados por una gran motivación y con toda la fuerza del corazón.

P. Cualquier otra persona se hubiera vencido mucho antes.

R. No es cuestión de fuerza de voluntad. Cuando uno tiene una gran motivación, te arrastra. Si hay una casa en llamas y dentro está tu hijo, vas a entrar. Si no está tu hijo, no vas a entrar. Me había pedido esa mujer que hiciera una película sobre un personaje que yo admiro muchísimo y quería responder a ese encargo. Eso hacía que los obstáculos no te dieran tanto miedo.

P. La película es un encargo.

R. De alguna manera, sí. Ella me dijo que le haría mucha ilusión que esta película se hiciera. Y no solo para reivindicar la figura de Mauricio sino la del hermano también. Y entendí que a una mujer que ha pasado por algo tan duro no le puedes decir que no.

P. Y tiene la tranquilidad de haber cumplido el encargo.

R. Totalmente.

P. Después de todos los contratiempos, en mayo de 2022 montó con su familia y amigos un decorado en Zaragoza porque los productores ya no querían sufragarla y buscó la manera convencerlos.

R. Mi familia y algunos amigos construimos parte de un decorado de la película. Mauricio era una persona muy querida. Mucha gente no quería que la película dejara de hacerse y nos ofrecieron ayuda en especie. Nos prestaron vestuario y muchas otras cosas, y todo eso permitió además que la película tuviera una capa de realidad.

P. ¿Qué hace un joven director novel como usted en un proyecto tan ambicioso como este?

R. Son cosas que te van creciendo entre las manos y no lo piensas. Y cuando empiezas a escribir un guion todo parece más fácil de lo que es luego. Cada vez se te va complicando más y por motivos externos a mi voluntad como fue la pandemia.

P. ¿De qué presupuesto hablamos?

R. Un presupuesto medio bajo de una película española de un poco más de un millón de euros. Que es barato para lo que la película cuenta.

P. ¿Y se va a recaudar el dinero suficiente para hacer frente a esa inversión?

R. En realidad, en las películas en España casi no hay ningún riesgo.

P. ¿Por qué?

R. Porque existen las subvenciones y las preventas. Tuvimos la suerte de que varias televisiones estuvieron dispuestas a comprarla sobre el guion porque les gustó mucho. Al final algo de riesgo había pero el suficiente como para que sea asumible.

P. O sea, que la película ya estaba pagada antes de ponerla en las salas de cine.

R. No al cien por cien. Pero lo suficiente como para que el riesgo fuera pequeño.

P. ¿Y cómo está funcionando en esta primera semana?

R. Mejor que en la previsión más optimista.

Me gustaría hacer una película de ciencia ficción que hable de la magia del universo

P. ¿Hacer llorar a Alba Flores, Pedro Alonso y Mikel Erentxu es ya un éxito?

R. Yo era muy seguidor de Mikel Erentxu. He aprendido a tocar la guitarra con las canciones de Duncan Dhu en mi adolescencia. Es una sensación de orgullo que una persona que has admirado le guste algo que tú has hecho y, sobre todo, tener la ocasión de conocerlo. Eso es una de las consecuencias bonitas que ha tenido la película.

P. ¿Qué le debe a Mauricio Aznar?

R. Dedicarme al cine. Haber podido hacer este proyecto que me ha abierto un montón de universos. Conocer a personas maravillosas. Y le debo la constante inspiración que supone su actitud.

P. A él le cambió la vida Atahualpa Yupanqui. ¿Qué chacarera cambiará la suya?

R. Hay una canción que cantaba Mauricio que me marcó mucho. Se llama Coplas del silencio y dice así: En la vida quien pudiera detener un momento su pensamiento / y cantarle a las coplas que brotan de aquel silencio. A mí me gustaría que mi trayectoria dentro del cine fuera en la dirección de hacer obras que defiendan ese silencio.

P. Por cierto, el director de fotografía es cordobés y se llama Álvaro Medina. Y, según vimos en la película, baila muy bien las chacareras.

R. Mucho mejor bailarín que director [asegura entre risas delante de Álvaro Medina que está presente en la entrevista].

P. ¿Y ahora qué?

R. Ahora todavía nos queda mucho viaje con La estrella azul porque va a tener un recorrido muy grande también en Argentina. Y luego iremos a festivales internacionales. Mientras tanto, no me da tiempo de pensar en nada más.

P. No tiene ningún proyecto en la cabeza.

R. Me gustaría hacer alguna película de ciencia ficción pero sin los tópicos que normalmente tiene. Una película seria que hable de esa magia que existe en el universo.

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