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Lope de Vega en la tierra del narco y 'Fuenteovejuna' allí donde una mujer grite

Representación de 'Algo en Fuenteovejuna' | | MARIANO CIEZA

Juan Velasco

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Dos montajes distintos a partir de un mismo material clásico. El Festival de Teatro de Almagro ha estrenado en la última semana dos proyectos que demuestran que lo que Lope de Vega dejó grabado en Fuenteovejuna sigue vigente 400 años después del estreno de la obra. Bien sea en el México de los narcos o en el Costa de Marfil de las luchas entre rebeldes y lealistas, siempre existirá la sospecha de que el poder es un ente corrupto contra el que levantarse cuando le da la espalda al pueblo.

CORDÓPOLIS ha charlado con los dramaturgos Fernando Bonilla (México) y Luis Marqués (Costa de Marfil) sobre las dos adaptaciones que se han estrenado con éxito en Almagro a partir del clásico de Lope de Vega, ambientado en un pueblo de Córdoba, Fuente Obejuna, pero que podría ser cualquier poblado de los que hay en países en conflicto.

“La obra original habla de una transición del poder feudal a un estado constituido y 400 años después nos encontramos en una situación en México en la que, no todo el país, pero sí en varios puntos, no hay diferencia entre gobierno y crimen, siendo éste último el que impone las reglas”, explica telefónicamente Fernando Bonilla, director de Algo en Fuenteovejuna, que se ha representado en Almagro los días 19 y 20 de julio.

La obra ya se ha llevado a las tablas en México durante dos años y es una adaptación que combina fragmentos totalmente originales y en verso de la obra de Lope de Vega con escenas escritas por Bonilla en las que el idioma es “la jerga del narcolenguaje y la narcocultura”. “Por ejemplo, las canciones de Lope acaban convertidas en Narcocorridos”, señala el dramaturgo, que recuerda que la idea de adaptar esta pieza del Siglo de Oro le llegó en 2014.

Fue aquel un año clave en México a raíz de dos hechos distintos pero interconectados. Por un lado, la desaparición de 43 estudiantes en el estado de Guerrero, secuestrados por la Policía, que a su vez trabajaban para los narcos. Y, por otro, la proliferación del movimiento de autodefensa de Michoacan, un grupo de civiles armados para defenderse de los ataques de los cárteles mexicanos y que actúan ante la inoperancia del estado. “Ese año reflexioné y dije: Lo que está pasando es Fuenteovejuna, la indefensión de un pueblo que se une para actuar”, rememora Bonilla, que celebra que, después de 30 años de políticas neoliberales, el año pasado la victoria de López Obrador abra la puerta a un “cambio de rumbo”, porque “la violencia nos ha llegado al cuello”.

Aunque no todo el mundo lo ve. La obra arranca con personas normales, como usted y como yo, absortos en el móvil, ajenos a la sangre derramada. ¿Podría triunfar un levantamiento como Fuenteovejuna en tiempos de un sistema que fomenta el individualismo exacerbado?, parece preguntarse Bonilla. Su respuesta es taxativa: “El sistema ha orillado a muchas personas al infierno”.

Solo hace falta un catalizador. Uno solo. En la obra original era la violencia contra una mujer. En México, esto es casi la cotidianidad. “Descubrí que los narcos entraban a las escuelas y se llevaban a las niñas y las devolvían a los meses embarazadas”, señala el autor, que ha reflejado este hecho en la obra. Bonilla sostiene que todo se ha trabajado con total libertad, sin ningún tipo de presión por parte de los poderes o los narcos. “Lo cierto es que es en Ciudad de México se vive de una manera distinta a la ciudad que retratamos, esa Fuente Obejuna que puede estar en Michoacan, en Tamaulipas, en Guerrero o en Sinaloa. Hay muchos méxicos distintos. La idea es mostrar que por abajo todos estos están conectados”, señala al respecto.

El resultado ha sido dos temporadas seguidas en las que ha registrado llenos cada vez que se ha llevado a escena. Además, señala el creador, no sin cierto orgullo: “Lo mejor es que funciona como tiene que funcionar una obra de teatro: Los actores señalan a la luna y el público se gira y mira la luna”.

La misma luna que brilla en Costa de Marfil, un país que, tras una guerra civil (2002 y 2011), todavía está cerrando sus heridas. Allí es donde se ha montado otro Fuenteovejuna. Desde el país africano atiende al Whatssapp el dramaturgo catalán Luis Marqués, el codirector, junto a Vaga Obou de Sales, de la obra

Fuenteovejuna, el valor de las mujeres, que se vio en Almagro la semana pasada.

La idea de la versión costamarfileña surge del encuentro entre este dramaturgo y un embajador de España, que se dan cuenta de que se desconoce el teatro del Siglo de Oro en la zona francófona y comienza entonces el periplo para montar una producción de la obra de Lope de Vega con el Instituto Nacional de Artes de Abidjan, y con una productora privada, Alma Producción.

No costó escoger una obra. “Los paralelismos entre la trama de Lope de Vega son varios. La genialidad está en enfocar lo que es más el aspecto de abuso de poder y violencia contra las mujeres y la lucha de éstas para posicionarse en sociedad”, señala Marqués sobre los puntos en común entre el original y su adaptación, en la que también ha colaborado José Gabriel López Antuñano.

Marqués remarca que Costa de Marfil sale de una guerra desde 2002 hasta 2011, en la que “tanto los rebeldes como los lealistas, cuando entraban en una localidad, lo primero que hacían era abusar de las mujeres y violarlas casi como un arma de guerra psicológica de humillación del vencido”. El segundo paralelismo estaba en mostrar la lucha de las mujeres africanas hoy día para ganarse la posición que se merecen en las sociedades africanas y modernas.

“Africa y Costa de Marfil se están desarrollando a gran velocidad, pero con problemas entre esto y la tradición”, reconoce Marqués, que añade que las mujeres en el país africano “son muy valientes y están conquistando posiciones importantes en la política, en la educación y a todos los niveles”.

De todo eso habla una adaptación que se pudo ver en Almagro y en Ciudad Real y que ahora comenzará a representarse en el Abidjan, en el propio país, con la idea de poder volver a traerla a España muy pronto.

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