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Córdoba ya expone dos de los ocho únicos efebos de bronce que hay en el mundo

Inauguración de la exposición 'Efebos. Los sirvientes mudos' en el Museo Arqueológico

Juan Velasco

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“Los efebos ya están en su casa”. Así ha presentado la consejera de Cultura de Andalucía, Patricia del Pozo, la llegada de dos de los ocho únicos efebos de bronce que hay en el mundo a la colección permanente del Museo Arqueológico de Córdoba, donde permanecerán expuestos al público desde este miércoles.

Han pasado doce años desde que la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Judicial incautó los restos deteriorados de estas dos estatuas en una operación en la localidad cordobesa de Pedro Abad. No fue un hallazgo cualquiera. En el mundo hay sólo ocho esculturas de bronce de esta naturaleza, y la de Córdoba es la única pareja. El resto se reparten en museos de Nápoles, Berlín, Rabat, Florencia y Antequera. Andalucía es, por tanto, la región que más efebos romanos exhibe en todo el mundo.

Las estatuas iban a ser vendidas en el mercado negro, pero su recuperación permitió no solo preservar su valor histórico, sino también profundizar en el conocimiento de este tipo de esculturas, cuya existencia es tan limitada. De ahí que el interés que suscitó el hallazgo y su restauración haya ido en paralelo a la impaciencia de los cordobeses por poder verlos en el Museo Arqueológico, adonde han llegado después de estar expuestos en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y en el Claustro de Legos del Monasterio de la Cartuja, en Sevilla.

Apolíneo y Dionisíaco, están por fin expuestos en Córdoba. Y una de las características que se han detallado en su presentación han sido los paralelismos entre los efebos cordobeses y otras estatuas similares, como los bronces de Pompeya que descansan en Nápoles y el efebo de Antequera. Como ellas, son esculturas, que representan adolescentes desnudos, tenían una función tanto ornamental como práctica en las domus romanas. Solían portar bandejas o lámparas para iluminar los banquetes, integrando su estética en la vida cotidiana de las familias acomodadas de la época, los patricios.

Apolíneo y Dionisíaco 

En este ámbito, la directora del Museo Arqueológico de Córdoba, Irene Maclino, ha detallado en la presentación que los efebos hallados en Córdoba son de los siglos I o II d.C. El primero, relacionado con el dios Apolo por el característico bucle que adorna su frente, podría también vincularse con Eros, el dios del amor. Esta teoría se apoya en investigaciones recientes del Instituto Nacional del Patrimonio Histórico, que sugieren que el efebo Apolíneo podría haber sido un lampadóforo, un portador de lámparas, dado que sostiene un objeto en la mano derecha, posiblemente una antorcha.

Por su parte, el efebo Dionisíaco se distingue por portar una corona de hiedra, un atributo típico de Dionisio, el dios del vino y los excesos. Este detalle refuerza la teoría de que estas esculturas estaban relacionadas con los banquetes romanos, donde actuaban como sirvientes mudos que iluminaban y decoraban las cenas de la aristocracia.

Maclino también explicó que aunque no se ha confirmado con certeza el origen de los efebos, algunos estudios sugieren que podrían haber sido fabricados en talleres locales cercanos a Córdoba, posiblemente utilizando moldes importados de otras regiones. Esta hipótesis sigue en investigación, pero abriría una nueva línea de estudio sobre la capacidad artística y técnica de los talleres romanos en Andalucía.

De hecho, la tipología de estas esculturas, es muy difícil de encontrar, ya que muchas de ellas fueron fundidas a lo largo de los siglos para reutilizar el bronce en otros objetos. Concretamente, Apolíneo y Dionisíaco se ejecutaron con la técnica de la fundición a la cera perdida por método indirecto, un sistema que partía de diferentes piezas o secciones, fundidas en moldes parciales, que posteriormente se unían por soldadura, según señalan las investigaciones de ambas piezas.

Metales, mortero y tierras de fundición extraídas del interior han sido analizados con técnicas arqueométricas no invasivas o mínimamente invasivas para la identificación de los materiales. Gracias a que el mortero empleado para fijar los ojos del efebo Apolíneo se ha conservado, de manera excepcional, ha sido posible, por carbono 14, datar su aplicación en torno al año 180 d.C.

Dos años de restauración

Por su parte, Patricia del Pozo, consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, ha destacado la relevancia del proyecto de puesta en valor de estas esculturas, que ha requerido más de dos años de trabajo. Además, ha agradecido la colaboración de la Fundación Magtel, que ha facilitado la financiación necesaria para su recuperación y conservación, permitiendo que estos efebos puedan ser apreciados por el público.

La exposición en el Museo Arqueológico de Córdoba será permanente, y en las primeras semanas se han impulsado visitas guiadas específicas para atraer al público hacia una obra que, a su juicio, constituye un “hito histórico”.

Además, la consejera ha anunciado que, durante los próximos meses, el museo también acogerá jornadas científicas que reunirán a expertos nacionales e internacionales para analizar el significado de estos efebos dentro del contexto arqueológico mundial. 

Mientras tanto, los visitantes del Museo Arqueológico de Córdoba podrán admirar estas piezas en un espacio especialmente diseñado para ellas, que se integra en el discurso expositivo sobre la vida cotidiana y los objetos de uso doméstico en la época romana. Las estatuas han sido contextualizadas junto a otros bronces y elementos de las domus, enriqueciendo la narrativa sobre el uso de estas piezas en los banquetes romanos.

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