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Una columna sin fin une el cielo con la tierra en Medina Azahara

Columna sin fin 2 | Pedro Caro

Marta Jiménez

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“La simplicidad brillante en el arte es en general una complejidad bien resuelta”. La frase es del artista rumano Constantin Brancusi, un “nombre especial de las vanguardias, escultor abstracto y figurativo al mismo tiempo” en opinión del artista cordobés Juan Serrano, quien suscribe esta idea que une simplicidad y complejidad. El que fuera miembro de Equipo 57 ha dirigido un proyecto colaborativo de creación con la asociación Amigos de Medina Azahara, Columna sin fin 2 —homenaje a Brancusi— , que ayer se inauguró junto a la puerta de acceso al Centro de Recepción de Visitantes del conjunto arqueológico.

Se trata de una obra efímera que el jueves, una vez ya montada y al borde de su inauguración, resistió un vendaval. “En su fragilidad está el encanto y lo que ocurrirá es que morirá rápido. Durará lo que aguante”, declara Serrano mientras el sol se pone tras esta columna con aspecto de estar hecha de papel plegado y salir volando en cualquier momento. “Es como las personas que son frágiles y fuertes a la vez”, añade, porque la realidad es que esta obra tiene alma de hierro en su estructura, con 1.200 tornillos que unen madera y policarbonato.

Columna sin fin 2 sigue el mismo esquema conceptual que el modelo de Brancusi: un desarrollo lineal de una unidad que se repite en vertical sin un límite concreto de terminación. Presenta una silueta dentellada determinada por la sucesión de unidades iguales de superficies planas que siguen una ley de giro. Para el espectador, la semitransparencia de la torre da lugar a una visión cambiante de la misma según la luz solar a largo del día.

Esta idea “estrafalaria” en palabras del artista surgió a partir de un fotomontaje en el patio del centro en la etapa de su anterior director, Pepe Escudero. “Me encariñé con la idea e hice la maqueta”, confiesa Juan. Al final, el peso de los cimientos de la Columna sin fin 2 no permitieron su instalación en el patio, pero sí en el exterior del centro, junto a la entrada, dentro del propio recinto.

“Había algo muy insinuante en la idea de la columna sin fin, que empieza y no se acaba nunca”, explica el autor sobre lo que más le sedujo del proyecto, esa idea de infinito. La obra efímera ha sido posible gracias a la colectividad de Amigos de Medina Azahara, al patrocinio de la Diputación de Córdoba y de la Fundación Cajasur, así como a un micromecenazgo que ha llegado desde muchos lugares: Francia, Suiza, Cataluña y, por supuesto, Córdoba. A Serrano le emociona este sentimiento de colectividad “en estos tiempos tan individuales en los que hablamos a través de pantallas”.

Con lo que sueña la asociación una vez que la obra muera es que la estructura de la columna se reutilice, por ejemplo, en el Festival Flora y que de este modo “tenga una nueva vida”.

El actual director del conjunto arqueológico, Alberto Montejo, se mostró anoche “feliz y emocionado” con el proyecto en un acto de inauguración al que también asistió el delegado de Cultura de la Junta de Andalucía, Francisco Alcalde, el vicepresidente de la Diputación, Salvador Blanco y el director de la fundación Cajasur, Ángel Cañadillas. La música de Vanzetti! puso banda sonora a un frío atardecer sin fin.

“Lo importante es que se hable de Medina”, sentencia Juan Serrano.

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