Camerinos y escenario: las dos caras del cómico
El fotógrafo Ramón López expone en Palma del Rio 25 fotografías que reflejan el antes, el durante y el después de los actores ante un espectáculo
El camerino de un teatro se convierte en el único espacio en el que el actor puede buscar intimidad. Después de pasar por vestuario y maquillaje, se refugia en un rincón antes de salir a escena. Se mira en el espejo. Los más creyentes, rezan a sus dioses. Los que no, hacen un recorrido fugaz por todo el camino que les han llevado hasta donde están ahora. Al borde del escenario. El fotógrafo Ramón López ha estado presente en los últimos momentos de algunos dramaturgos antes de actuar y, fruto de ello, es la muestra de fotografías Cómicos: entre camerinos y escenario, expuesta en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Municipal de Palma del Río hasta final de julio.
A lo largo de la sala museística, López desarrolla una obra para la que ha seleccionado las 25 mejores fotografías que, a su juicio, “mejor reflejan el antes y el después de salir al escenario”. Casi todas las instantáneas fueron tomadas en los camerinos, donde los actores se encontraban en vestuario, en maquillaje o “simplemente, relajándose”, apunta López.
En palabras del también director de la Feria de Teatro, “ésta es otra manera de conocer al actor y de ofrecer una mirada totalmente distinta a la que luego se ve en escena”. En ellas “se aprecia la alegría tras terminar la función, la adrenalina y la satisfacción del actor”. Pero, también, “el cansancio, como ocurrió con Rosario Toledo, que estuvo bailando sin parar durante más de una hora”, explica López.
Pero, además de “este lado del artista”, López también ha seleccionado otras fotografías que no recogen ese ambiente íntimo o distendido, sino que reflejan lo que el espectador ve. Estas instantáneas son el ojo de quien está sentado en su butaca observando el desarrollo de la obra. Es el actor sobre el escenario.
Fuera o dentro del escenario, el aspecto que sí comparten las 25 instantáneas es que pertenecen a obras de teatro que han tenido lugar en alguna de las ediciones de la Feria de Teatro de Palma del Río. Así, López reúne en la sala un total de 15 espectáculos: Cineclown 3D, El Intérprete, Esperando a Godot, Tomar partido, Fun, fun, fun, Breve ensayo DVD amor, Reencuentro, Patrimonio, Aleluya erótica, Respira, Moc, moc, Oye Yoe, El profeta loco, Dos idiotas y Una niña.
El actor Roberto Quintana, protagonista de una de las fotografías, denomina a López como el testigo accidental de estas “memorables” instantáneas. “Y digo memorables porque son miradas secretas, captadas desde la generosidad del testigo accidental no inductor, sino seducido, y desde la oscuridad y buscando la luz del escenario, del personaje que surge, o del actor que vuelve a la vulgar realidad después de haber navegado por el proceloso océano de la poesía de la ficción, ya sin artes de encantamiento, como diría el Próspero shakesperiano”.
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