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Ana Palacios: “Los santuarios de animales son una lección de empatía, compasión y amor”

Exposición de Ana Palacios en la Casa Góngora.

Rosario Ostos

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El último proyecto fotográfico de Ana Palacios ha cambiado el enfoque en los derechos humanos para ponerlo sobre los derechos de los animales. En esta ocasión, la periodista ha captado el vínculo entre los trabajadores y voluntarios de Gaia y Hogar Animal, dos santuarios de Cataluña, y los animales rescatados. Esta exposición, bajo el nombre Armonía, se enmarca en la Bienal de Fotografía de Córdoba y podrá visitarse en la Casa Góngora hasta el 18 de junio. “A nivel personal ha sido muy catártico”, ha asegurado en esta entrevista con Cordópolis.

PREGUNTA (P). ¿De donde surge el nombre de Armonía para esta exposición sobre los santuarios de animales?

RESPUESTA (R). Armonía es el nombre con el que bautizaron a la ovejita que acompañé a rescatar en el santuario Gaia. Estuve 15 días con ellos y pude ir a un rescate, uno de los grandes momentos de los santuarios. Ellos van a buscar a los animales que se van a sacrificar, luego los curan y los cuidan hasta que mueran de forma natural. Esta ovejita estaba en una hípica, donde tenían más ovejas para cortar el césped, tenía la pata rota y llamaron al santuario. También nos trajimos a la madre para que no se rompiera el vínculo y el cordero pudiera seguir mamando. En los santuarios ponen nombres enseguida porque allí cada ser vivo es único. Al cordero lo bautizaron con el nombre de Armonía y a la madre, Tecla.

Decidí llamar Armonía a la exposición porque era un nombre muy acorde con el proyecto. Armonizar a todos los seres vivos con la naturaleza de la tierra en la que vivimos. Me parecía que sintetizaba bien lo que quería contar. 

P. ¿Cómo ha sido tu acercamiento al mundo animal y qué consecuencias ha tenido?

R. Fue mi primera experiencia. No tenía ni idea de lo que era un santuario de animales ni había tenido contacto con nada similar. Fue un encargo de la Asociación Española de Pequeñas y Medianas Fundaciones (Pymef) para tener fotos guardadas, pero lo convertí en un proyecto personal que aún dura. He encontrado un mundo muy interesante, donde hay una gran entrega y amor de los trabajadores y voluntarios hacia los animales que rescatan.

En el caso de los dos santuarios en los que estuve, Gaia y Hogar Animal, rescatan animales de granja, en concreto aquellos que se consideran desechos de la cadena de consumo por la razón que sea. A través de llamadas de vecinos, policía o ganaderos acuden a recogerlos. Para mí, el hecho de cómo se volcaban estos humanos con los no humanos me pareció una lección de empatía, compasión y amor. Ha sido una transformación a nivel profesional, en cuanto a abrir mi campo de interés de los derechos humanos a los derechos de los animales, y a nivel personal ha sido muy catártico y transformador, no he vuelto a probar la carne desde entonces, que fue en septiembre de 2020. Ahora miro los animales y los entiendo de otra manera, desde otro lugar.

P. ¿Cómo es la relación de la población con el consumo de productos de origen animal?

R. Yo creo que disociamos mucho, vas al supermercado y ves los filetes bien presentados, no piensas que detrás hay un ser vivo sintiente que ha sufrido para llegar a esa bandeja. Ahora hemos evolucionado lo suficiente como para encontrar recursos alimenticios fuera del origen animal. A nivel medioambiental no es sostenible la ganadería intensiva, el consumo de agua de los animales ni la deforestación para hacer monocultivos de cereales de consumo animal. Hay tal volumen de animales para consumo humano que deja de ser sostenible, también por cómo se gestionan los residuos de estos animales.

P. La Bienal de Fotografía de Córdoba se enfoca en torno a la mirada femenina delante y detrás de la cámara, ¿crees que se espera algo de la mirada femenina?

R. Es una pregunta con muchas aristas, en mi opinión, lo que resulta positivo es que hayan decidido hacer este acercamiento al mundo de la mujer desde la Bienal, pero lo negativo es que tengamos que seguir haciendo estas distinciones y no esté naturalizado la participación de hombres y mujeres y que haya que hacer estas excepcionalidades para potenciar y visibilizar esa mirada femenina. El tema de la mirada femenina tiene más páginas. 

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