Viejas y jóvenes, el presente de un feminismo intergeneracional

El feminismo ya no es una idea, sino que mueve masas y pensar lo contrario sería evitar la realidad. Este miércoles el rectorado de la Universidad de Córdoba (UCO) fue el espacio donde muchas formaron parte de este feminismo vivo, con aristas y puentes entre viejas y jóvenes, gracias al diálogo entre la profesora de universidad y escritora, Anna Freixas, y la sexóloga y psicoterapeuta, Isa Duque, presentado por la periodista cordobesa Marta Jiménez, dentro del ciclo Feminismos siglo XXI. Diálogos entre la cuarta ola y la reacción machista.

“El feminismo es el mayor movimiento social en contra de lo establecido”, afirmaba la periodista al comienzo de este encuentro en el que emocionaba ver la diversidad de personas interpeladas por esta cuestión. El diálogo intergeneracional ha sido la semilla que, ya plantada desde la primera pregunta, se fue regando con las aportaciones de mujeres jóvenes y viejas, sin necesidad de eufemismos.

Duque, conocida en redes sociales como la Psicowoman, aseguraba que “no” existe este diálogo. Aunque Freixas contrapuso un “sí” rotundo y la primera acordó añadir un “no lo suficiente”. La sexóloga aportaba desde su experiencia la sensación de falta de escucha a las compañeras de menor edad, por lo que se crean jerarquías dentro del feminismo.

La presencia del antifeminismo

El evento, bajo el título Mujeres viejas y jóvenes: el feminismo como rebelión intergeneracional, puso de manifiesto los elementos que actualmente atraviesan a las mujeres, desde las redes sociales hasta el consentimiento. Las profundas reflexiones estaban acompañadas de un toque de humor, quizás necesario para “acortar distancias”, según Jiménez, quien orientaba la conversación hacia el auge de tendencias antifeministas.

Según Freixas, “el aumento de violencia machista tiene que ver con el avance de las mujeres”. Un avance que responde a esa “ira contenida por un abuso patriarcal sutil y explícito, que nos ha convertido en reinas de la complacencia”, exponía ante un salón de actos que rozaba el lleno absoluto.

En este sentido, Duque apuntaba directamente al “discurso antifeminista que se cuela en las mañanas de las televisiones y en internet” y el efecto que tiene en las jóvenes, ya que como psicoterapeuta es testigo de discursos reaccionarios en institutos que reproducen el mensaje lanzado desde plataformas como TikTok.

De hijas a madres y viceversa

Este diálogo, enmarcado dentro de la cátedra Leonor de Guzmán, sacó a relucir los aprendizajes que se dan entre generaciones en ambas direcciones, hijas que enseñan a sus madres y “abuelas y madres que han sido protofeministas, porque han propiciado las condiciones para que sus hijas estudien”, señalaba la docente, quien lo denomina “feminismo inconsciente”.

El feminismo, por definición, se mueve al compás de la sociedad y la actualidad marcada por un verano negro -47 mujeres asesinadas hasta septiembre de 2023-, por la violencia sexual y por el caso Rubiales. “El feminismo está en todas partes y es importante porque las chicas han dado pasos de gigante”, señalaba Freixas.

Unos pasos que tienen como objetivo encontrar espacios de convivencia para acercar posturas e historias, así como no hacer hincapié en los disensos propios de un movimiento social que reúne a millones de personas. En palabras de Marta Jiménez, “el feminismo será intergeneracional o no será”.