Descubren la posible ubicación del teatro de Torreparedones

Poco a poco, Torreparedones, la “Pompeya cordobesa”, comienza a dar a conocer las entrañas de una ciudad romana que ha permanecido siglos oculta bajo olivares. Los arqueólogos ya han sacado a la luz su foro, su santuario, su cardo, su decumano, cimientos de antiguas viviendas y edificios públicos. También un impresionante anfiteatro para la época. Pero faltaba el teatro.

Un equipo de arqueólogos y profesores de la Universidad de Córdoba, compuesto por Santiago Rodero Pérez, Massimo Gasparini, Antonio Monterroso Checa, Juan Carlos Moreno Escribano y Carlos Márquez Moreno, ha dado a conocer una hipótesis sobre la ubicación del hasta ahora desconocido teatro romano de Torreparedones. Este estudio, que emplea metodología no invasiva, ha sido publicado en las Monografías del Museo Histórico Municipal de Baena, y sugiere que el teatro se situaba dentro de los límites fortificados de la antigua ciudad.

El yacimiento arqueológico de Torreparedones, también conocido como Castro el Viejo o Torre de las Vírgenes, es un elemento patrimonial de primer orden ubicado entre los términos municipales de Baena y Castro del Río. Protegido como Bien de Interés Cultural, ha experimentado un considerable progreso en su conocimiento en los últimos años. Localizado en uno de los puntos más altos de la comarca, desde donde controlaba una extensa área y probablemente una importante vía de comunicación, estuvo habitado durante al menos 3.500 años, desde la Edad del Cobre hasta la Baja Edad Media. El hallazgo de numerosos e importantes restos de las culturas tartesia, íbera y romana ha llevado a algunos medios a denominarla la “Pompeya cordobesa”.

Tres hipótesis de inicio y una propuesta definitiva

Los trabajos de investigación que acaban de ser publicados plantearon tres posibles ubicaciones para el teatro romano en Torreparedones: dos extramuros, en el sector sureste, y una intramuros.

Las primeras hipótesis, ubicadas extramuros, mostraron resultados inconcluyentes. La primera localización se planteó al suroeste del anfiteatro y a media ladera del cerro. Una prospección realizada en 2017-2018 detectó anomalías que podrían sugerir restos de un teatro romano. Sin embargo, esta interpretación se consideró “muy poco fiable” debido a que la coincidencia de los rasgos magnéticos fue “bastante pobre”, aunque el arrasamiento y el derrumbe pudieron enmascarar la geometría. La segunda propuesta extramuros, situada sobre la anterior, al suroeste del anfiteatro y bajo el santuario íbero, se basó en la observación de un arco de circunferencia excavado en la ladera. No obstante, la prospección geomagnética llevada a cabo en esta área en 2023 arrojó resultados negativos, es decir, no se encontraron elementos estructurales definitorios de un edificio de espectáculos como gradas, muros anulares o estructuras de la escena.

La propuesta más sólida planteada ahora por los investigadores sitúa el teatro intramuros. La tercera y última ubicación, considerada la “más fiable y plausible” a la espera de confirmación mediante excavación arqueológica, se localiza al noroeste del yacimiento, cerca del castillo y a unos 250 metros al noreste del anfiteatro. Para esta determinación, la Unidad Patricia de la Universidad de Córdoba realizó en 2022 un levantamiento LiDAR desde un Vehículo Aéreo No Tripulado (VANT) y una prospección arqueológica con métodos geofísicos.

Los resultados de esta actuación fueron de gran interés. Se detectaron anomalías magnéticas que corresponden a una estructura de forma semicircular de aproximadamente 55 metros de ancho, con orientación noreste-suroeste, y que se adapta a la pendiente orográfica. Estos desvíos magnéticos definen, con un alto grado de fiabilidad, el hasta ahora desconocido teatro de Torreparedones. Además, esta prospección de 2022 también permitió definir con mayor claridad elementos arqueológicos previamente delineados en una campaña de 2008 y 2009, incluyendo tres ejes viarios del entramado urbano y anomalías de probable edilicia privada.

Este descubrimiento sugiere que la fachada occidental de la ciudad de Torreparedones, vista desde Castro del Río, estaría presidida por un imponente conjunto monumental: un teatro elevado sobre la muralla de la ciudad, a cuyos pies se levantaba el anfiteatro. La elección de esta ubicación en la cara occidental de la ciudad, aprovechando las pendientes, influyó en el trazado semicircular u ovalado del anfiteatro, adaptándose a la topografía para facilitar su construcción y la colocación del graderío, aprovechando una cantera y la suave inclinación de la falda del cerro. Este tipo de disposición del anfiteatro de Torreparedones, clasificado como de “falda de colina”, es común en otros sitios romanos, como Segóbriga o Tarraco. La elección del lugar para el anfiteatro fue “oportunista” y determinada por la posibilidad de aprovechar la topografía ya modificada.

Este hallazgo mediante métodos no invasivos refuerza el conocimiento sobre la complejidad y monumentalidad de la antigua ciudad de Torreparedones, y demuestra cómo la arqueología no siempre tiene que abrir en canal un cerro para poder aportar datos interesantes. Mientras, poco a poco, la ciencia descubre en Torreparedones la grandeza de una ciudad romana.