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Urbanismo ya tiene los informes favorables para la segunda puerta de la Mezquita

Interior de la Mezquita Catedral | MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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La Gerencia Municipal de Urbanismo tiene desde el pasado día 9 todos los informes favorables para autorizar la licencia de obras al proyecto de retirada de una celosía y apertura de una segunda puerta en la fachada Norte de la Mezquita Catedral. El área de Seguridad del Ayuntamiento de Córdoba ya ha remitido a la Gerencia el informe que quedaba pendiente. En el mismo, elaborado por el departamento de bomberos, se estima que abrir otra puerta más en la Mezquita Catedral es “un factor de seguridad añadido”.

Según el documento, al que ha tenido acceso este periódico, la apertura de una segunda puerta no supone riesgo alguno para la seguridad de los usuarios al monumento cordobés. Al contrario, estima que al abrir una nueva puerta de entrada o salida puede ser una alternativa útil para la evacuación del edificio en caso de emergencia. Además, recomienda se actualice el plan de emergencia del monumento y que se regule el uso como tal de la puerta, además de que se señalice correctamente.

Seguridad responde así a una alegación presentada en noviembre de 2015 por el arquitecto Rafael de la Hoz hijo, que reclama proteger una de las cuatro celosías instaladas por su padre a principios de los años setenta, cuando el monumento todavía no estaba protegido por la Unesco.

Ahora, Urbanismo tendrá que decidir cuándo lleva la autorización de la apertura de la segunda puerta de la Mezquita Catedral a Comisión de Licencias. No obstante, el presidente del organismo, Pedro García, podría firmar la licencia sin necesidad de convocar la comisión.

El proyecto de apertura de la segunda puerta de la Mezquita Catedral, en la fachada Norte del monumento y en el Patio de los Naranjos, es una aspiración del Cabildo pero especialmente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías. La intención de los religiosos es sustituir la estructura fija por ora móvil que permita abrirse y cerrarse para permitir la integración del monumento -catedral desde 1239- en la Carrera Oficial de la Semana Santa.

Las celosías que han provocado toda esta polémica y por las que el Cabildo lleva un lustro de estudios para retirar una, se instalaron en 1972. Rafael de La-Hoz Arderius las encajó en los cuatro últimos arcos que no están tapiados del muro de acceso desde el Patio de los Naranjos. Son los cuatro único vanos que permiten la entrada de la luz natural y tamizada que acompañaba a los fieles musulmanes. A excepción de esos cuatro arcos, toda la fachada fue tapiada por orden de un obispo hace dos siglos. Le molestaba que entrasen las aves al interior del bosque de columnas. Con el tiempo, todo el muro norte del templo, ya cerrado al patio, se llenó de capillas.

De La-Hoz escribió en el prólogo de La Catedral de Córdoba, la obra magna de Manuel Nieto Cumplido, canónigo archivero del templo: “La iluminación de lo que resta de Mezquita queda así definitivamente plana, sin aquella profundidad que prestan los contrastes de luz y sombras; uniforme e inexpresiva. El antiguo efecto evanescente, su misterio y magia desaparecen (…) Vuelta del revés la luz que la define, fragmentado el espacio, cegada su permeabilidad visual, y destruida por incomprensión cultural el alma misma del ordenamiento arquitectónico original, se consumó la más triste de las ruinas: la ruina de la Idea”.

A principios de los años setenta, el arquitecto dio forma a su propia idea: lograr preservar los cuatro arcos libres de la presencia de capillas para garantizar que el último testimonio de cómo entraba la luz en el templo originariamente siguiese en ese rincón de la Mezquita. Así, logró convencer a los responsables sobre la necesidad de instalar las celosías, que han ofrecido, durante 40 años, un asomo de la luz tamizada que debía tener el templo. De La-Hoz insistió siempre en que aquella fue la primera acción no religiosa ni arqueológica, sino puramente arquitectónica en favor del edificio.

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