El principal acusado de la reyerta mortal de Las Moreras confiesa los hechos y dice que fue en defensa propia
“Pensé que me iba a matar”. Rafael R. V. tiene ahora 22 años. El 8 de noviembre de 2018 tenía 19. Este lunes, ha arrancado el juicio con jurado popular que trata de aclarar qué pasó aquella mañana del 8 de noviembre del 2018 en el patio Gabriel Celaya de Las Moreras, cuando tras una reyerta murió Luis, un joven de 26 años y padre de tres hijos. Rafael R. V. ha confesado que fue el autor material de la muerte de Luis, pero ha insistido ante el jurado popular que asiste a la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba que en todo momento actuó en defensa propia.
El juicio se ha iniciado este lunes. La pandemia ha dilatado los plazos de una vista pública que tenía que haberse celebrado en 2020. El paso del tiempo no ha menguado la tensión entre las familias implicadas en los sucesos. Este lunes había tres docenas de agentes de la Policía Nacional y un nutrido destacamento de la Guardia Civil protegiendo el juicio. Tanto antes de la reyerta mortal como después de la misma, miembros de las dos familias han tenido diversas disputas que han acabado en los tribunales.
Las posturas previas al juicio están claras. La defensa de Rafael R. V., de su hermano Juan José R. V. y de la madre de estos trata de demostrar que todos actuaron en defensa propia. La familia, ha argumentado, acudió al patio de Las Moreras alertadas por una hermana de su madre que aseguraba que su hijo, de 13 años y con discapacidad, había sido agredido por Luis, la víctima mortal. Las acusaciones, por su parte, tratan de demostrar que lo de los dos hermanos fue un “asesinato con alevosía y ensañamiento”, que habrían planeado la agresión y que finalmente la habían ejecutado. La Fiscalía Provincial rebaja el delito a homicidio y solicita una pena de 12 años de cárcel para los dos hermanos por los hechos.
Además, en el banquillo de los acusados están también procesados la madre de los dos principales acusados, por un presunto delito de amenazas, su hermana y tía de los principales procesados. Por la parte de la otra familia, en el banquillo se sientan como acusadores y a la vez como acusados la madre y el padre del fallecido. Están acusados de varios delitos de lesiones por participar en la trifulca.
Durante la primera sesión del juicio, y a buen seguro que durante el resto de los días que quedan de audiencia pública, se proyectó el principal documento sobre el que tanto la acusación como la defensa sostienen su tesis: un vídeo de poco más de un minuto grabado por una vecina el día de los hechos. En el vídeo, analizado y mejorado para su visionado por la Policía Nacional, se observa claramente el momento clave de la reyerta en el que Rafael y Luis están agarrados hasta que este último cae desplomado y también los momentos en el que las dos madres participan en otra trifulca y en el que el padre de la víctima y el hermano de Rafael también están en otra.
El fiscal que se encargó de la causa y que participa también de este juicio es Antonio Romero, que calificó los hechos como muy graves. “Murió una persona, varias resultaron heridas muy graves, otras, graves y otras, leves”, resumió. El padre de la víctima recibió una puñalada por la espalda que apunto estuvo de acabar con su vida si no llegan pronto los sanitarios. En toda la investigación ha sido imposible descubrir cómo este hombre recibió la puñalada, por lo que su caso se sobreseyó. El autor confeso de la muerte de Luis estuvo en el hospital ya que una catana le atravesó un brazo y sufrió otro pinchazo en un hombro. Las dos madres sufrieron heridas leves, al igual que el hermano del autor confeso de los hechos.
Las dos familias
La Fiscalía ha sostenido en su tesis previa que el origen de todo está en el enfrentamiento entre dos familias. “Había enemistad previa. La chispa saltó y el fuego se propagó el día de los hechos”, aseguró. La defensa de los principales acusados ha negado estos hechos. El abogado Eduardo Villarejo, que es tío de los dos acusados y hermano de la madre de estos, resumió que “no hay enemistad entre dos familias, al menos con esta parte. La enemistad era con otra parte de la familia que ha provocado un incendio y ni se ha quemado la ropa”. Villarejo se refería a otra de sus hermanas, la madre del niño de 13 años presuntamente agredido por Luis, el fallecido durante la reyerta. “Aquí, ni los malos son tan malos ni los buenos son tan buenos”, repitió.
Por su parte, la acusación particular sostiene en la calificación de los hechos como un “asesinato”. El abogado de los padres del fallecido se dirigió al jurado para avanzarles el testimonio de un policía nacional que, según dijo, habría escuchado a Rafael decirle a su madre: “No te preocupes, mamá, que ya me lo he cargado”. Rafael negó que dijese esto en el posterior interrogatorio.
El juicio se extenderá probablamente durante al menos dos semanas. La vista pública se extendió durante la tarde de este lunes con la declaración de todos los acusados para lograr seguir el cronograma marcado. Este martes declararán los primeros diez testigos de los hechos.
Antes, declaró durante unas dos horas el autor confeso de los hechos. Rafael sostuvo que a Luis solo lo conocía “de vista” y que aquella mañana acudió con su madre y su hermano al patio de Las Moreras porque había recibido la llamada de su tía alertándole de que una persona había agredido a su primo, de 13 años. “Solo fuimos a ver qué había pasado”, sostuvo, al tiempo que negó que fuesen armados.
Rafael dijo que en el patio se encontró con el padre de Luis, al que según su testimonio le pidió explicaciones. El padre le dijo que iba a subir a hablar con su hijo y que bajaría. Según Rafael, que se había retirado de su madre y su hermano, al poco escuchó gritos y vio cómo Luis y su padre “estaban armados”.
“Luis se vino hacia mí con una catana. Comenzó a tirarme para dar, empecé a echarme para atrás y pensé que me iba a matar”, sostuvo. En ese momento, su hermano comenzó a forcejear también con el padre de Luis, que según su testimonio iba armado con un palo y un cuchillo jamonero. Las dos madres también forcejeaban. “No me marché, me quedé”, contestó a preguntas del fiscal sobre por que no huyó cuando vio a Luis con la catana. “Podía pegarme una puñalada por la espalda”, dijo. Así que “lo que hice fue echarme encima de él para que no me diera. Era como un estoque de matar a los toros. Llevaba eso y nada más”, explicó.
La catana
En su defensa, Rafael dijo que en un momento vio cómo la catana le atravesó el brazo izquierdo. “Al sentir otro pinchazo más pensé que me mataba”, relató. “Vi otro cuchillo en el suelo”, que negó que fuese suyo, y lo cogió. “Cuando siento la puñalada lo intento apartar de mí como pude y le di yo una puñalada”. En ese momento, Luis comenzó a desangrarse y falleció a los pocos minutos. Rafael ha asegurado que él no supo que había fallecido hasta que no se lo dijo el jefe de Homicidios de la Policía Nacional. Preguntado sobre lo que hacían su hermano y su madre, Rafael contestó en todo momento que “yo estaba pendiente de que Luis no me quitara la vida”.
Cuando Luis cayó desplomado al suelo, según se observa en el vídeo, el hermano de Rafael se acerca. Según Rafael y su propio hermano, fue para coger la catana y apartarla de la zona. En ese momento, la madre de Luis se acerca, le arrebata el palo y golpea a Rafael. Rafael a su vez le lanza dos puñetazos a la mujer, que cae al suelo, según reconoce y se ve en el vídeo.
Preguntado por el fiscal y la acusación sobre qué le dijo a su madre cuando ocurrió todo, Rafael asegura que fue lo siguiente: “Ellos eran los que querían que pasara algo así y así ha pasado. Querían formar esta pelea y por desgracia nos tuvimos que pelear”.
En minutos llegó la Policía. Los hermanos sostienen que fueron ellos los que llamaron a los agentes. Los policías detuvieron a los dos hermanos y a la madre. Los hermanos ingresaron en prisión provisional por estos hechos. Pero solo Rafael siguió en la cárcel tras su testimonio confesando los hechos.
“No sé en qué pensaron al bajar con las armas”, insistió en su declaración. “Mi actitud fue defensiva. Creía que me iban a matar. Vi como un trozo de carne salía por mi brazo. Vi la hoja y la carne. Seguro que si no cojo el cuchillo me mata”, concluyó, tras preguntas de los abogados defensores. “Solo quería apartarlo. No quería matarlo. Jamás en la vida pensé que iba a llegar a una situación de estas”.
Juan José, por su parte, tiene ahora 27 años. En el juicio sí que reconoció que llegó a la zona con una cadena “de perro” porque “ellos tenían antecedentes por haber pinchado a mi tía. Para defenderme. La llevaba en el bolsillo”, pero aseguró que no la usó. “Cuando vi al padre con un cuchillo y un palo, ¿qué hacía yo con una cadena?”, se preguntó. Además, aseguró que cuando vio que su hermano y Luis estaban enganchados le dijo al padre de éste “vamos a separar a los niños”, y que acudieron allí “a que la cosa no fuese a más”. Al ver cómo había transcurrido la pelea, admitió que “me quedé en shock” y que huyeron porque “si me quedo allí me linchan”.
Las penas que pide la Fiscalía
Por todo ello, el Ministerio Fiscal solicita una pena de prisión de 12 años a R. R. V. y J. J. R.V por un delito de homicidio; a la tía de los acusados -M. J. V. L.-, pena de dos años de prisión por delito de amenazas al padre de la víctima tras el altercado en el callejón; a la madre de los acusados, -R. E. V .L.-, una pena de dos meses de multa a razón de diez euros al día por un delito leve de lesiones hacia la madre de la víctima; al padre de ésta, tres años de prisión por un delito de lesiones hacia el acusado J. J. R.V; y una pena de dos meses de multa a razón de diez euros diarios por un delito leve de lesiones hacia la madre de los acusados.
Además, al acusado J. J. R. V. le pide 40 días de multa a razón de diez euros al día por un delito leve de agresiones hacia el padre de la víctima mientras que para R. R. V pide dos meses de multa a razón de diez euros al día por un delito de lesiones a la madre de la víctima y otra multa por otro delito leve de agresión sin lesión al padre del joven.
El juicio continuó durante la tarde de este lunes, con la declaración de todos los acusados. En la vista, la madre del fallecido ha tenido que abandonar la sala en un par de ocasiones, cuando ha roto a llorar. El padre se mantuvo en todo momento, atendiendo a la madre y escuchando la declaración de los principales acusados.
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