Doce feriantes de Lucena, atrapados en Paiporta: “Pedimos ayuda para desenterrar nuestras atracciones”
Doce feriantes de Lucena de dos familias diferentes, compuestas por adultos y niños, se encuentran atrapados en Paiporta, el municipio más afectado por la DANA y que se ha convertido en la zona cero de la tragedia.
Tal y como han adelantado Ser Andalucía y Lucena Hoy, y ha confirmado Cordópolis, estos feriantes lucentinos estaban en Paiporta desde el pasado viernes con motivo de la feria del municipio. La intención de estos trabajadores era recalar en este pueblo valenciano para luego viajar a Ibiza, pero todo su trabajo se ha ido al traste tras esta catástrofe que ha dejado, por el momento, 205 muertos. De todos ellos, 202 han fallecido en Valencia.
Poder hablar con estos feriantes es tarea complicada dada la falta de cobertura que hay en Paiporta. Tras múltiples intentos, uno de ellos -José Pérez- consigue responder al teléfono. Tanto él como sus familiares y el resto de vecinos de Paiporta siguen sin luz y sin agua, y la cobertura, pese a que ha mejorado levemente con respecto a este jueves, aún es muy baja.
Cuando la DANA descargó toda su fuerza el pasado martes, buena parte de los feriantes se encontraban resguardados. “Por suerte, en esta feria no hemos usado caravanas porque, si no, habría sido nuestra muerte”, explica Pérez, que cuenta que durante la estancia en Paiporta se encuentran viviendo en una casa que tiene su hermano a diez kilómetros del recinto ferial. A quienes sí pilló los efectos de la DANA fue este familiar de Pérez y “a otros dos compañeros. Estaban en el recinto ferial echando un vistazo cuando comenzó todo. Justamente enfrente hay un colegio y gracias al conserje de este edificio, tanto mi hermano como los dos trabajadores están vivos porque les abrió el centro y se subieron a los tejados”, cuenta a este medio.
Las necesidades de estas familias se reducen a conseguir herramientas y maquinaria para poder desenterrar sus atracciones porque son su motor económico: El Barco Pirata y Space Roller. “No queremos dinero, solo palas o lo que sea para poder quitar tierra”, implora este lucentino, que afirma que el lodazal supera “los dos metros y medio” de altura. Tanto él como el resto de feriantes saben que “hay mucho dinero perdido, pero lo importante” es que están bien.
Debido al desastre, cuando llega la noche, Paiporta se convierte en un municipio fantasma donde, además “no hay comida en los supermercados, porque están saqueados. Así que, lo que hace la gente es andar dos o tres kilómetros para ir a otras zonas en las que encontrar comida, pero hay muy poca”, explica este feriante.
El futuro más inmediato de estos lucentinos pasa por poder limpiar sus atracciones. Para ello cuentan tan solo con dos palas. Después de ello, las desmontarán y verán qué pueden recuperar para después emprender el regreso a Lucena “porque las navidades en Ibiza se han acabado”, lamenta este hombre.
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