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Veinte años del 11S y diez del fracaso de que el nombre de Córdoba estuviese en la Zona Cero

Las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001

Alfonso Alba

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Hoy es 11 de septiembre. Hace 20 años, lo que ocurrió en Nueva York cambió al mundo para siempre. Dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas en el mayor atentado yihadista de la historia, vinculado a Al Qaeda. Los ataques conmocionaron al planeta y configuraron un nuevo orden mundial en el que la lucha contra el terrorismo fue la prioridad. Pero hoy hace también diez años de que fracasara una iniciativa que iba a poner el nombre de Córdoba en pleno corazón de la Zona Cero.

Todo el mundo sabe dónde estaba y qué hacía el 11 de septiembre de 2001. Muchos recuerdan ver los ataques en directo, el impacto del segundo avión, el derrumbe de las dos torres, el atentado en el Pentágono. Pero en una ciudad como Córdoba apenas trascendió una iniciativa que tuvo un enorme debate en Estados Unidos y que por ello no fraguó: la construcción en las inmediaciones del World Trade Center del llamado Córdoba House. El proyecto fue conocido como la Mezquita de la Zona Cero y nunca se llevó a cabo. Ahora, diez años después, varios de los grupos que se opusieron a la iniciativa han pedido perdón y han considerado que su postura entonces fue “errónea, simple y plana”.

El Córdoba House era un proyecto del imán Feisal Abdul Rauf vinculado a la llamada Iniciativa Córdoba. Ésta, a su vez, se sostenía en el famoso Paradigma Córdoba que unos años después impulsó el filósofo iraní Yamin Jahanbegloo en un artículo publicado en prensa de medio mundo: el diálogo entre las grandes religiones y civilizaciones desde un punto de paz y respeto. Tanto la iniciativa como el paradigma Córdoba se basaban en la histórica concepción de convivencia entre religiones que hubo en la ciudad durante el siglo X, en los años del Califato. Musulmanes, judíos y cristianos convivieron en paz durante años en la ciudad, bajo dominación islámica.

El proyecto no salió adelante por la fuerte oposición del Partido Republicano. Entonces, los discursos más radicales los pronunciaba Sarah Pallin, del famoso Tea Party, que consideraba que la construcción de una mezquita a unos metros del lugar donde se produjo el mayor atentado yihadista de la historia era una falta de respeto hacia las víctimas. Pallin sostenía que el atentado se había cometido en nombre de Alá y que por tanto no cabía lugar para una mezquita.

El imán Feisal Abdul Rauj publicó hace diez años un artículo de opinión en The New York Times, en el que insistía en que el proyecto iba a contar con “espacios de oración separados para musulmanes, cristianos, judíos y hombres y mujeres de otras confesiones”, y que no solo sería una mezquita. Se llegó a reunir con el fiscal general Eric Holder y con líderes de otras religiones en Estados Unidos. “Nuestro nombre, Córdoba está inspirado en la ciudad española donde musulmanes, cristianos y judíos coexistieron en la Edad Media durante un periodo de gran enriquecimiento cultural creado por los musulmanes”, llegó a escribir. Pero todo fue en vano.

Cinco años después, el promotor inmobiliario Sharif El-Gamal cambió el proyecto y convirtió el edificio de Park 51 en un inmueble de viviendas de ultra lujo. El imán se trasladó a la ribera del Hudson, en la isla de Manhattan pero muy lejos del lugar en el que se produjeron los atentados, donde sigue adelante con el proyecto Córdoba House, pero simbólicamente en un paraje totalmente diferente.

Ahora, cuando se cumplen 20 años de los atentados y diez de que este proyecto interreligioso no viera la luz, uno de los principales promotores de las protestas ha pedido perdón. El director general y el director nacional de la Liga Antidifamación (ADL), Jonathan Greenblatt, ha publicado un artículo de opinión en la CNN pidiendo perdón. “No podemos cambiar el pasado”, ha asegurado. “Pero aceptamos la responsabilidad de nuestra imprudente postura sobre Córdoba House, nos disculpamos sin reservas y nos comprometemos a hacer todo lo posible en el futuro para utilizar nuestra experiencia en la lucha contra los prejuicios antimusulmanes como aliados”.

Greenblatt asegura que su disculpa es fruto de un profundo diálogo con responsables de otras religiones en Estados Unidos. Pero tanto el proyecto de Córdoba House, como la Alianza de Civilizaciones que pactaron España y Turquía en la ONU como el Paradigma Córdoba están hoy más lejos que nunca de convertirse en símbolos de paz y tolerancia.

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