CALOR
Un refugio contra el calor cuando no se tiene techo
José Manuel vive desde hace cuatro años en la calle. De su Martos (Jaén) natal hasta Santander, su viaje de vida se ha hecho siempre sin un techo propio. “Siempre he estado viviendo por ahí, en la calle, en albergues”, cuenta mientras explica que no tiene familia.
Ahora, vive en Córdoba. Y “para quitarnos del calor” -explica-, acude por primera vez a la Casa de Acogida Municipal, que en verano activa un Plan Especial Ola de Calor para servir de refugio a quienes tienen que soportar en la calle, sin un techo, temperaturas de más de 40 ºC como las que se sufren en esta época en la capital cordobesa.
Esta pasada semana, José Manuel ha acudido por primera vez a estas instalaciones. Para los días siguientes, tendrá su plaza guardada. El centro municipal oferta diez plazas diarias dentro de su Plan Especial Ola de Calor. Otra de ellas la ocupa -el mismo día en que Cordópolis acude a estas instalaciones para realizar este reportaje-, Rafael. Él -cuenta-, viene “todos los días”. Y repite la misma frase: “Para quitarnos del calor”.
A las 13:00, junto a otra media docena de personas, José Manuel y Rafael esperaban pacientes la apertura de la puerta de la Casa de Acogida. Su horario como 'refugio' contra el calor se inicia a esa hora y se extiende hasta las 20:00, cuando ya el sol no cae sobre los hombros de quienes están en la calle. A la entrada, deben mostrar su documentación y, dentro, cumplir unas normas de convivencia, además de no estar bajo los efectos del alcohol o las drogas.
A partir de ahí, las puertas del centro están abiertas para ellos y les esperan las duchas para refrescarse, el menú
del día en el comedor y estancias donde pasar las horas de más calor a una temperatura adecuada, en instalaciones climatizadas. “Además, si alguno de ellos requiere asistencia de nuestro equipo técnico -educadores e integradores sociales-, también están a su disposición”, explica a este periódico la directora de la Casa de Acogida Municipal de Córdoba, María Blázquez.
José Manuel y Rafael, como el resto de las personas sin hogar que en esta jornada han acudido al centro, pasan por la ducha en primer lugar, dispuestas en la planta alta. Una trabajadora del centro les dispensa gel y toallas. Y el frescor en el cuerpo revitaliza a quienes han llegado hasta allí después de estar en la calle con el calor de la ciudad a sus espaldas.
En la planta baja, les espera el comedor, junto a la cocina propia donde cada día se prepara el menú para las personas que acuden dentro del Plan Especial Ola de Calor y para quienes tienen en la Casa de Acogida su hogar. Comen en turnos distintos. Hoy toca salmorejo y tortilla de patatas. Hacen cola para coger del mostrador los platos y se vuelven hacia las mesas dispuestas en la estancia climatizada.
José Manuel ha tenido tiempo antes, incluso, de echar un vistazo a las estancias para refugiarse después, bien sea en la sala de televisión o en la sala de talleres. Allí pasarán varias horas, a resguardo de los más de 40 ºC en la calle. A media tarde, también reciben una merienda. Y aunque la hora tope de salida del centro para ellos está marcada a las 20:00, son libres de marcharse cuando quieran.
Ese es el día a día de este refugio contra el calor para quienes no tienen un techo en Córdoba. Desde junio que se activó el Plan Especial Ola de Calor hasta la semana pasada, el centro ha registrado 341 ingresos de un total de 39 personas distintas. De estas, 29 han repetido su estancia en las instalaciones para refugiarse del calor. Porque resguardarse del calor, proteger la salud de estas personas frente a las altas temperaturas, es el objetivo de este programa, que lleva en marcha en Córdoba desde 2015.
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