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Los colosos de Corduba reencontrados en los almacenes del Museo Arqueológico

Los colosos de Corduba reencontrados en los almacenes del Museo Arqueológico, en imágenes

Alfonso Alba

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A través de “fragmentitos”, el catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba Carlos Márquez junto a Juan de Dios Borrego de la Paz, del grupo de Investigación HUM. 882: Antiguas ciudades de Andalucía, han dado luz a un periodo brillante pero aún oscuro de uno de los grandes momentos de la historia de Córdoba, cuando se llamaba Corduba o Colonia Patricia y se pobló de enormes monumentos de mármol y estatuas colosales. El trabajo acaba de ser publicado en la última edición de la revista del Archivo Español de Arqueología.

La Colonia Patricia posterior al mandato del emperador Augusto se convirtió en una de las ciudades más prósperas del imperio y la principal de Hispania, gracias a la riqueza de sus minas. Bajo el gobierno de dos emperadores béticos, Trajano y Adriano, Corduba se transformó en una ciudad monumental de la que han llegado “fragmentitos”. Sobre sus restos se construyó la no menos importante Qurtuba islámica, a la que le sucedió la Córdoba cristiana y la actual. La ciudad se levanta sobre estratos de más de 2.000 años de civilización ininterrumpida.

Gran parte de los restos de esos estratos han ido saliendo en diferentes excavaciones. El material se deposita en los almacenes del Museo Arqueológico de Córdoba, en el antiguo Silo de trigo junto a la estación de tren. Allí, en sus entrañas, están esos “fragmentitos” de los que el trabajo de Carlos Márquez y Juan de Dios Borrego de la Paz han logrado aportar luz, dibujar e incluso proponer cómo eran las esculturas colosales que se levantaron en la Colonia Patricia de Corduba, que llegó a tener un Senado propio, un teatro casi tan grande como el de Marcelo en Roma y un anfiteatro de dimensiones algo más pequeñas al Coliseo. Estas esculturas colosales, algunas de casi cinco metros de altura, formarían parte de esa monumentalidad.

El catedrático Carlos Márquez lleva año trabajando en esos colosos monumentales, con un trabajo que le ha llevado a Italia, a investigar y a comparar otras esculturas gigantes y no tanto, unos modelos similares a los que guarda el Museo Arqueológico de Córdoba, y que le ha llevado a lanzar unas propuestas concretas sobre qué es lo que había y dónde.

La influencia de los emperadores béticos

El origen bético de emperadores como Trajano y Adriano supuso un impulso notable para la región. Ambos mandatarios no solo promovieron políticas que beneficiaban a las provincias de Hispania, sino que también incentivaron la producción artística y arquitectónica. Según el estudio de Márquez y Borrego, las esculturas monumentales encontradas en Córdoba reflejan una manifestación de este patrocinio imperial, con obras que no solo adornaban los espacios públicos, sino que también servían como herramientas de propaganda política y cultural.

Las estatuas recientemente estudiadas destacan por su tamaño descomunal, con algunas piezas alcanzando varios metros de altura. Estas figuras no solo poseían un valor estético, sino que también simbolizaban la grandeza del Imperio y el poder de Roma. Las esculturas, muchas de las cuales representan figuras de dioses y emperadores, estaban diseñadas para impresionar a los ciudadanos y visitantes de la ciudad, recordándoles constantemente la presencia omnipotente del poder romano.

Un viaje por los almacenes del Museo Arqueológico

El descubrimiento de estas piezas no se dio en una excavación arqueológica convencional, sino en los mismos almacenes del Museo Arqueológico de Córdoba, donde habían permanecido olvidadas durante décadas. Márquez y Borrego de la Paz, al realizar un inventario exhaustivo de las colecciones almacenadas, identificaron estas esculturas como piezas de gran relevancia histórica y artística. Su estudio ha permitido catalogar y documentar cada pieza, revelando datos cruciales sobre su origen, materiales y técnica de elaboración.

Estas son los fragmentos hallados y la propuesta:

1.- Fragmento de pie con tronco de palmera

Este fragmento corresponde a una escultura del tipo Hüftmantel (“manto en la cadera”), posiblemente representando a divus Augustus o divus Iulius, vinculada al culto imperial en el periodo tiberiano. Su procedencia sugiere que formaba parte de un complejo de culto al divo Augusto, dado su hallazgo en la calle Morería, donde se descubrió un centro religioso.

2.- Mano derecha sosteniendo un objeto

Una mano colosal elaborada en mármol blanco que sostiene un objeto aún no identificado. Sus dimensiones sugieren que pertenece a una escultura de aproximadamente 4,7 metros de altura. Aunque su procedencia es incierta, su tamaño y estilo refuerzan la idea de un carácter monumental y ceremonial, asociado al poder imperial.

3.- Escultura de tipo Hüftmantel encontrada en la calle Claudio Marcelo

Representa a un personaje relacionado con el culto imperial, posiblemente divus Claudio o divus Vespasiano. El manto en la cadera y los elementos estilísticos indican su relación con los augusteia del periodo flavio, destacando el uso político y propagandístico de estas esculturas.

4.- Escultura colosal de Mercurio

Realizada en mármol de Paros, esta estatua muestra un fuerte vínculo con el periodo adrianeo y habría decorado un espacio oficial en el vicus hispanus (actual calle Ángel de Saavedra y Altos de Santa Ana). Se asocia con un programa decorativo más amplio que incluía zonas ajardinadas y arquitectura monumental.

5.- Estatua de Apolo

Identificada como una figura de Apolo Citaredo, destaca por su estilo idealizado que combina elementos griegos y romanos. Su conexión con el culto imperial y los programas iconográficos refuerza su propósito ornamental y político en un contexto monumental.

“El cambio de siglo y de dinastía debió suponer una ocasión inmejorable para celebrar el acceso al poder del primer emperador bético, Trajano y de su sucesor, Adriano, de familia originaria de Itálica; siempre ha sorprendido el modo en que los italicenses celebraron la llegada al poder de ambos personajes y el nulo reflejo que dicha circunstancia se había observado, hasta ahora, en la capital de provincia”, escriben los investigadores, que detallan que “hoy contamos con nueva información que confirma una notable presencia de esculturas de carácter ideal y de grandes dimensiones en esta ciudad en ese periodo, lo que de alguna manera repara un vacío histórico carente de toda lógica”.

De esta manera, sostienen que la Colonia Patricia responde al estímulo de “la llegada al poder de ambos emperadores de modo similar a como se hizo en Itálica, con un programa caracterizado por un tono culto con marcados matices decorativos donde los dioses alcanzan ahora el protagonismo que los emperadores habían tenido en el siglo anterior como acabamos de comprobar”.

En Córdoba ya se conocían algunos ejemplos de escultura de ámbito privado, pero no otros colosos que demostraban el poder público del imperio. “A la escultura de Hércules ya conocida hay que sumar el Mercurio aquí analizado, ambos elaborados en mármol de Paros; este último decoraría un nuevo espacio oficial situado en lo que la historiografía conoce como vicus hispanus, en la actual calle Ángel de Saavedra y Altos de Santa Ana; por estar aún en estudio el material aparecido en esta zona y por la fragmentariedad que lo caracteriza, no se puede definir con precisión el ambiente de la que fue la zona más elevada de la Córdoba romana, si bien estamos en condiciones de adelantar la presencia de al menos un edificio colosal y de zonas ajardinadas con fuentes”, señalan, como un guante lanzado a futuras investigaciones.

“Los elementos arquitectónicos ahora en estudio corresponderían con piezas similares empleados en complejos bien conocidos del periodo flavio como el Foro de la Paz o el Transitorio, pero también con otros posteriores de marcado carácter administrativo como la Biblioteca de Adriano en Atenas. El programa escultórico que decoraría este complejo estaría presidido por el Mercurio colosal junto a otras divinidades de menor tamaño como Apolo, Venus y Fortuna como tendremos ocasión de demostrar en un trabajo próximo”, adelantan. “Si no cabe duda del carácter oficial de este nuevo complejo, tampoco creemos equivocarnos si se plantea un carácter religioso y administrativo al mismo, quizá vinculado con el comercio, lo que explicaría la presencia del colosal enviado de los dioses, programa iconográfico donde, repito, se plasmó una escultura con un marcado tono culto y decorativo similar al que se conoce en el cerro de San Antonio en Itálica que, a modo de balcón asomado y presidiendo el teatro de Itálica repite la misma ubicación que esta zona cordobesa dado que el teatro de Córdoba se encuentra en una terraza inferior y a escasos metros de donde se han encontrado estas piezas”, concluyen.

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