Isa Sereno, presidenta de Al-Zahara: “Se ha perdido el activismo vecinal, hay apatía”
A comienzos de este mes de octubre, Isa Sereno se ha convertido en la primera mujer en la historia que está al frente de la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara de Córdoba. Y, además, ese cargo también lo ocupa por primera vez alguien procedente de una barriada periférica de la ciudad. A ese doble check en su haber, Isa Sereno suma su larga trayectoria comprometida con la representación vecinal.
Desde su barriada de Los Ángeles-Alcolea, Sereno ha estado siempre presente en asociaciones juveniles primero y después en asociaciones vecinales y en la representación del consejo de distrito. Ha asumido también en tres etapas con sendos alcaldes distintos la representación de la Alcaldía en Alcolea, y su participación también ha llegado al mundo de las peñas y otros colectivos.
Ahora, en una entrevista con Cordópolis hecha a los pocos días de asumir su cargo como presidenta de Al-Zahara, Sereno se encuentra en pleno aterrizaje en el puesto, a donde llega con el bagaje de su experiencia y apuntando los ejes de la tarea que tiene por delante, donde repasa la situación de la participación vecinal y el déficit que detecta en la práctica del modelo del que siempre hizo gala Córdoba. Habla también de asuntos como la subida de tasas de la basura y el agua, las parcelaciones, los centros cívicos, las barriadas periféricas, las relaciones con las instituciones, la igualdad o la participación de la juventud; y del poder real que tienen los vecinos ante las políticas que les afectan.
Córdoba ha sido modelo de participación, pero creo que hemos perdido eso
PREGUNTA. ¿Qué le llevó a participar de lleno en el mundo de las asociaciones de vecinos?
RESPUESTA. Desde hace mucho tiempo, fui la secretaria de mi consejo de distrito, la primera antes de entrar en una asociación vecinal. De ahí salté a la secretaría de mi asociación vecinal, a la que represento, que es Poeta Rafael Alberti, de la barriada de Los Ángeles. Ahí trabajamos mucho, porque la barriada de Los Ángeles estaba muy mal en aquel momento, y a mí realmente me llenaba el poder hacer algo, el estar ahí.
Luego, es verdad que fuimos adquiriendo situaciones, llegando a otros lugares, como el Ayuntamiento y la representación de la Alcaldía. Pero yo nunca me consideré una representante política, siempre fui una representante vecinal. Me reñían de vez en cuando por eso.
Yo creo que con esa vena nacemos, con la vena de servir a la sociedad nacemos. Y creo que la mía vino de nacimiento. Y aunque después estuve un tiempo retirada, es verdad que cuando venía alguien a buscarme -yo tengo una oficina en mi barrio, trabajo en mi barrio y mi oficina es casi una ONG de solucionar problemas vecinales-, pero no me importa, no me importa. Además, es que alguien lo tiene que hacer. Y de verdad que cuando lo haces con ilusión y ganas, y luego ves que a veces sale y a veces no, pero la mayoría de las veces se resuelve, eso te llena de orgullo y satisfacción personal, pero además es algo colectivo.
P. ¿Cómo fueron esos inicios? ¿Cómo lo recuerda?
R. Yo me inicié primero en una asociación juvenil, fue mi primer cargo de secretaria. Yo siempre he estado de secretaria, las presidencias no me gustaban mucho, prefería estar de secretaria. Y desde esa asociación juvenil, la verdad es que saltamos al consejo de distrito, a la Comisión de Festejos y desde ahí no hemos parado, hasta las asociaciones vecinales.
Yo siempre tengo un recuerdo bonito, porque he conocido a mucha gente y además me ha aportado mucho, muchísimo. Gente de mi barrio y gente de fuera de mi barrio. Se me pone el vello de punta, porque algunos están, pero otros ya no están. Yo he aprendido mucho y me ha llenado mucho el conocer a esas personas, para saber dónde estoy y lo que quiero. Y lo que quiero es la mejoría, siempre busco lo mejor, sin importarme tanto yo -eso me lo dice mucho mi gente-. Pero es bonito ver cómo el que tienes enfrente mejora día a día. Y con eso ya lo demás nos sobra.
P. Ahora se ha convertido en la primera mujer que es la cabeza visible de los vecinos de Córdoba. Año 2024. ¿Ya era hora?
R. Era hora, claro, era hora. La verdad es que yo, desde mis inicios, nunca he encontrado ninguna traba por ser mujer. Siempre me he rodeado de personas que me han acogido y me han mimado. Puedo decir que nunca me he sentido marginada por ser mujer. Al revés, siempre me han animado.
¿El estar ahora aquí, ser la primera? Pues me ha tocado, le podía haber tocado a cualquier otra. Para mí es un superorgullo. Pero sí creo en la igualdad y la verdad es que nos tocaba. Tenemos que estar.
Y también creo que, en cierto momento, nosotras nos hemos echado un poquillo atrás, porque no nos han dejado, por muchas cosas que suelen pasar en el día a día del movimiento vecinal, que era algo que estaba hecho para el hombre. Y yo nunca he creído que estuviera hecho para el hombre, de hecho, siempre he estado ahí. Quizás nosotras, a lo mejor con nuestra forma de ser, podemos llegar y actuar de otra forma. Hay sitio para ambos.
P. Esa igualdad no sé si ha tenido su particular carrera de obstáculos dentro del movimiento vecinal, de la representación vecinal. Eso que comentaba que parecía hecho para el hombre, por ejemplo, en cuanto a horarios de reuniones y quién se quedaba en casa cuidando de la familia… ¿Ha habido esos obstáculos para las mujeres?
R. Los ha habido. En mi caso, no. Sí, ciertamente, yo he vivido con una persona que pensaba igual que yo, que íbamos de la mano a todas las reuniones… Por desgracia ya no está y es un vacío que me ha quedado, pero también es un orgullo porque sé que a él le hubiera gustado acompañarme ahora.
Por eso digo que yo no he vivido esas trabas de horarios en casa, los niños… Siempre hemos sabido lo que queríamos y, aunque evidentemente a mi hijo yo no quería que le faltara nada y que su madre estuviera, sí hemos aprovechado todos los momentos y lo hemos compartido. Y en mi familia me entienden, siempre me han ayudado a hacer lo que yo quería. Personalmente, no he tenido esos obstáculos, me puedo sentir orgullosa de eso. Es así.
La subida de las tasas de la basura y el agua es una locura
P. Córdoba siempre fue referente en Participación Ciudadana. ¿Lo sigue siendo?
R. Ese es un tema un poco complicado, porque cara afuera de la ciudad es un modelo, tenemos un modelo de participación que no existe realmente en otros lados. Hemos sido modelo y ejemplo en muchos sitios, pero yo creo que hemos perdido eso. Creo que, poco a poco, nos hemos quedado con el modelo, pero no lo fomentamos.
Y hay que devolverles a los vecinos esa participación. Tiene que existir algo que no está existiendo, porque ha habido un momento en que, o bien no hemos sido escuchados, o nos hemos sentido mal, o nosotros mismos nos hemos sentido reprimidos, o no hemos ido a la calle y tampoco realmente hemos llegado a donde teníamos que llegar y a donde antes llegábamos.
Los tiempos también cambian, tenemos que adaptarnos, pero hay que devolverle a Córdoba ese tejido de participación que antes teníamos. Y que era el que a nosotros nos llenaba, el de tú a tú, y el llegar a todas partes y que los vecinos se sientan representados por sus representantes. No hay más.
P. ¿Los políticos se creen de verdad la participación ciudadana?
R. Hay de todo. Hay políticos que se creen de verdad la participación ciudadana y hay otros que no se la creen; hay otros que se la cargaron en su momento. Porque, yo he vivido momentos muy duros dentro de los consejos de distrito cuando incluso tendían a desaparecer. Un consejo de distrito es un ámbito de participación ciudadana muy fuerte. Ese momento fue muy duro. Entonces, ¿se cree en la participación ciudadana? No del todo.
P. Y los propios vecinos, el grueso de la población, ¿ha perdido interés o no conoce los cauces de esa participación? ¿Cree que se ha perdido el activismo vecinal o goza de buena salud?
R. Se ha perdido, en todos los distritos. No es lo mismo. La alegría de antes en una simple reunión, no existe. Hay apatía. No hay ganas a veces por ir a esa reunión.
Por ejemplo, cuando como presidenta de mi distrito organizamos una reunión, la convocamos y te dicen: ‘¿Y hoy para qué vamos a ir, si de verdad no sirve para nada? ¿Va a servir de algo?’. Bueno, pues vamos a verlo, vamos a intentarlo… Siempre los llevamos de la mano y siempre hay un grupo que sí acude, pero siempre hay otro que se ha caído.
Y luego tampoco hemos sabido inculcar la participación a la juventud. Yo, ahora mismo, estoy contenta porque en mi distrito la verdad es que se está volviendo a esa participación y con la juventud, estamos renovando cargos jóvenes. Y bueno, yo todavía soy pequeña (ríe) y estoy aquí.
Quiero decir, que tenemos que trabajar con ellos, de la mano de los jóvenes, porque al final son los que nos van a renovar.
P. Para que se implique la juventud ¿hay que cambiar algo o usar otros métodos de participación? ¿Las redes sociales, por ejemplo, son participación social?
R. Pero son muy frías. A ver, a mí me encantan las redes sociales y no hay día en que no esté ahí porque, además, a mí me ha servido mucho de salida por mi momento personal que pasé. Pero son frías.
La verdadera participación está en una mesa, sentado, hablando contigo, mirándote a los ojos, sabiendo lo que tú me estás diciendo y lo que yo te estoy diciendo, llegando a acuerdos, firmando esos acuerdos. Y las redes están ahí, pero son muy frías, bajo mi punto de vista.
No hemos sabido inculcar la participación a la juventud
P. ¿Cómo canalizamos a la juventud entonces? ¿Cómo la atraemos para esa representación de los vecinos de los que también forman parte?
R. Eso es lo que tenemos que ver y estudiar. También hubo un momento en el que a la juventud se le quitó su sitio en la participación y hay que darle su sitio, hay que darle cancha. Y hay que dejarlos que decidan, que promuevan; no vetarlos.
Porque en su momento también fuimos un poco vetados. Yo recuerdo que, en mi asociación juvenil, nos vetaban un poco por nuestras ideas. Y a lo mejor era una simple fiesta o cuando decíamos que queríamos plantar árboles y nos decían: ‘Ahora no se plantan árboles’. Bueno, pues vamos a buscar cuándo, pero no me lo niegues.
Por eso hay que buscarle su sitio a cada sector y tenemos que encontrarlo.
P. ¿Se ha provocado que la gente se desinterese en esa participación?
R. Yo creo que sí, que poco a poco, sin tener que nombrar a nadie, sí que poco a poco se ha creado un desinterés.
P. Hablemos de lugares donde se da esa participación, como los centros cívicos. Los vecinos se quejan desde hace tiempo de un desmantelamiento. ¿Qué opina?
R. Existe. A lo mejor no es la palabra adecuada, pero sí que es verdad. En los barrios, los sitios de unión de los vecinos son los centros cívicos, los centros de mayores… En este caso, en los distritos, los centros cívicos están casi vetados, porque tienen un horario que no corresponde; cuando tú puedes hacer una reunión o verte con alguien para hacer algo, el centro cívico está cerrado.
Tú no puedes tener un centro cívico que no deja de ser un centro de unión vecinal y que a las 20:30 o 21:00 de la noche te digan: ‘Hasta aquí hemos llegado’. Y si no, encima, tenemos que pagar a un guarda, que te da cargo de conciencia. Si no hay más remedio, no hay más remedio.
Pero hemos perdido ese poder dentro de nuestros barrios porque tampoco tenemos sitio para reunirnos. Hay barrios que no tienen sitio para reunirse para nada, hay barrios que aún no tienen centro cívico. Todo eso hay que hablarlo. Y luego hay centros cívicos que son centros administrativos, no son centros de participación. Hemos perdido todo. Eso hay que verlo tranquilamente y devolverlo a la ciudad.
P. ¿Se presta atención real desde el Ayuntamiento a la participación?
R. Bueno…Creo que no se presta la que se debería de prestar. Pero también es verdad que nosotros estamos apáticos, por otro lado. Si tú no me prestas atención y yo estoy apático, al final tenemos un conflicto entre dos.
La ocupación de la vía pública no está tan regulada, porque no se cumple
P. ¿Interesa de los vecinos su opinión o solo su voto?
R. Yo creo que lo que más interesa es la opinión. Porque votar, votamos en cualquier momento, lo podemos decidir en un momento. Pero la opinión es lo que debe de contar. Porque el voto se lo podemos dar a cualquiera, pero si no sabemos la opinión que tienen, ¿al final a quién estamos votando?
P. ¿Cree que las reivindicaciones vecinales pierden peso con un gobierno municipal con mayoría absoluta?
R. Siempre pierden, porque si hay una mayoría absoluta, a veces lo que vean o políticamente crean es lo que van a hacer. No debería ser así, pero desgraciadamente lo es al tener mayoría absoluta.
Hasta ahora, desde mi etapa anterior, estamos trabajando comúnmente y sacando cosas. ¿Que hace falta más? Claro, siempre va a hacer falta. En ningún momento han dicho (desde el gobierno municipal) ‘Esto es lo que hay y esto lo que yo mando’, por lo menos hasta ahora. Si lo dicen, lo veremos, porque los vecinos también tenemos medios para hacer nuestras reivindicaciones y la lucha vecinal.
P. ¿Qué poder real tienen los vecinos ante la administración?
R. Está claro que una administración pública, y más la local, sin los vecinos no llega. No llega. Porque tú puedes hacer lo que quieras pero la opinión vecinal tiene que contar. Y te puedes buscar un problema, un problema muy gordo. Porque si los vecinos se ordenan, al final ganan los vecinos. La historia lo ha dicho, no yo. Y es así.
Los vecinos tenemos que tener una parte importante dentro de todas esas decisiones y tenemos que tener, no sé si poder -porque a lo mejor la palabra 'poder' suena así un poco…-, pero sí tenemos que ser conscientes nosotros y tienen que ser conscientes (en la administración) de que estamos aquí.
Y de que no estamos enfrente, sino que estamos al lado y tenemos que trabajar en común por una ciudad, que es la nuestra. Y hacer ciudad, pero entre todos.
P. ¿Qué le parece la subida de las tasas de la basura y el agua?
R. Una locura, una locura... porque si están intentando bajar impuestos y ahora nos pegan esos subidones… Hay gente ahora mismo que no puede pagar el agua, hay gente que no puede pagar la factura de Sadeco. Hay gente a la que le tenemos que pagar la luz, y eso lo sabemos. Hay personas que no tienen para comer.
Y además los sueldos, o los ingresos. Hay muchas personas que viven con 480 euros. Si ahora les subimos y además no tenemos ningún plan de choque para ayudar a estas personas -en Emacsa lo hay para los más vulnerables-, pero ¿los demás qué hacemos? Vivimos de un sueldo. Son subidas de un 10% y eso en una factura del agua es un importe importante. Y la subida (anterior) de Sadeco se ha notado muchísimo. No creo que hubiera que haber hecho eso.
Hay que devolverle a Córdoba ese tejido de participación que antes teníamos
P. Las arcas municipales están en superávit…
R. Claro, es que no es el momento de eso. De hecho, se han mantenido los impuestos del IBI y de vehículos, y ahora subimos el agua que es una necesidad diaria. Yo no lo veo.
P. Córdoba tiene a varios de los barrios más pobres del país. ¿Qué opinión le merece el desequilibrio entre barrios de la ciudad? ¿Qué se puede hacer?
R. Sí es verdad, tenemos barrios pobres y hay que trabajar por ellos. También hay que ver y estudiar bien dónde y cómo. Evidentemente, hay que apostar por ello.
Pero también hay que hacerlo con acuerdos con esos barrios, ver la situación real. Yo creo que se está haciendo un buen trabajo, que hay que continuar y mejorarlo seguramente.
P. ¿Con los propios vecinos, contar con su implicación?
R. Si no se implican los propios vecinos, al final no vamos a ninguna parte. Los vecinos son los que, al final, llevan a la administración la problemática que hay, porque si no, no se ve.
P. Problemáticas de empleo, de vivienda, muy acuciantes… ¿Son algo crónico?
R. No terminan y no sé van a terminar, porque quizás el modelo también habría que cambiarlo. Y educar, enseñar y encaminar a las personas, que a lo mejor no los encaminamos lo suficiente.
P. Bueno, el fracaso escolar es otro de las grandes cuestiones en estos barrios.
R. Claro, hay que ir de la mano, darles la oportunidad. Y también educar desde la casa.
P. Al final, ¿hay vecinos de primera y vecinos de segunda ante la administración?
R. No creo que haya vecinos de primera y de segunda. Cada uno optamos por vivir donde más nos gusta o donde mejor podemos hacerlo. Nuestros barrios están unos mejor, otros están más dejados y habría que igualarlos. Eso sí, aunque no sea del todo posible, porque las zonas de la ciudad son diferentes, pero sí que es verdad que hay que apostar más por las zonas más desfavorecidas de la ciudad.
Nuestro casco histórico se ha envejecido y no estamos haciendo nada
P. Uno de los caballos de batalla de los vecinos siempre es el Urbanismo. Quería preguntar sobre el uso de la vía pública. ¿Qué radiografía hace de ese uso? Hablamos por ejemplo de veladores, terrazas y esa ocupación.
R. La vía pública está para ocuparla. Los vecinos siempre hemos sido partidarios de ocupar la vía pública y la hemos ocupado. ¿Hay que regularla? Hay que regularla, claro, de la mano de todos. Vamos a seguir trabajando en ese sentido.
P. Pero regulada está, otra cosa es que sirva.
R. No está tan regulada, porque no se cumple. Hay una regulación, pero la mayoría no se cumple, bien porque nos da igual o porque no ha habido nadie que rija eso realmente. Desde el Consejo del Movimiento Ciudadano ya ha habido varias denuncias sobre esto.
Pero también es verdad que, en ciertos momentos, hay que ser un poco permisivos, porque la ciudad tiene fiestas, actividades, etcétera y en esos momentos hay que ser un poco permisivos. Pero en momentos clave, no a diario porque yo quiera poner la terraza y en este acerado no dejo pasar a los vecinos.
Hay que ser coherentes y no lo somos. Realmente hay muchas terrazas donde no puedes pasar ni puede pasar una silla. Eso hay que regularlo bien y hacerle un seguimiento.
P. También en cuanto a urbanismo, otro gran foco histórico es toda la población que vive en parcelaciones… ¿Cuál es la situación presente y cuál el camino futuro?
R. Bueno, se está trabajando en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), que pretende recoger todas las parcelaciones y urbanizaciones de Córdoba. Evidentemente, parcelaciones no se han abierto más, se mantiene lo que hay. Pero lo que hay, de una forma u otra, hay que llevarlo a buen término.
No deberíamos sacarlas de ahí, pero sí hacerlo con una cohesión social y una responsabilidad. Creo, esto es mi opinión personal, que hay que regularizarlas de alguna forma. Y que sean parte de la ciudad, porque lo son.
P. ¿Todo tipo de parcelaciones? Porque hay algunas que están en zona inundable o en zona BIC cerca de Medina Azahara.
R. Hay que regularizarlas según las zonas en las que estén también. Hay instrumentos. Instrumentos hay para hacerlo. Lo que no debemos de permitir es que se construyan más. Ya está, hasta aquí.
Las reivindicaciones vecinales pierden peso si hay una mayoría absoluta gobernando
P. En cuanto a las barriadas periféricas… ¿Cree que la distancia es el olvido para la administración?
R. Es cierto que siempre la ciudad central, el núcleo de la ciudad, siempre ha estado mejor que las barriadas periféricas. Eso es notable. Tú vas a un barrio nuestro y se nota la diferencia con la ciudad.
También es verdad que nosotros tenemos pensamiento más de pueblo, en algunas barriadas más que en otras. Pero sí es verdad que somos los hermanitos pobres de la ciudad.
P. Son ciudadanos iguales que el resto, pagan los impuestos igual y deberían haber los mismos servicios.
R. Debería haber los mismos servicios y en algunos sitios los hay. Pero, por ejemplo, Santa Cruz no tiene autobús. Y es una barriada periférica igual que Alcolea o que El Higuerón. O en Santa María de Trassierra, que todavía tenemos muchos por hacer.
Hay que trabajar mucho sobre eso porque, con la dispersión, nos hemos quedado un poco lejos y es complejo a veces llegar a acuerdos, sobre todo en cuanto a transporte.
O, por ejemplo, ahora con el proyecto de la Base Logística del Ejército, en mi barrio (Los Ángeles-Alcolea), se desconoce. Nadie ha llegado allí a explicarnos cómo va a ir eso. Me parece muy feo por parte de quien corresponda porque Alcolea va a ser el barrio de al lado, porque es lo más cercano (a la base), y nos sentimos un poco aislados, nos sentimos aislados porque nadie ha llegado a explicarnos qué va a ser la base para nuestro barrio.
Hablaba este tema con la subdelegada del Gobierno -en la primera cita institucional tras asumir Isa Sereno el cargo de presidenta de Al-Zahara- y me decía: ‘Si quieres hacemos unas jornadas’. Pues algo hay que hacer. Porque lo que no podemos es tener vendido aquello y sin saber. Además, el valor de la vivienda está subiendo, a nosotros ya nos cuesta comprarnos una vivienda allí y vemos que no tenemos información de nada ni sabemos en qué nos va a repercutir.
P. ¿Desde Al-Zahara planteáis que sea más fuerte la presencia de las barriadas?
R. Yo tengo muy claro que aquí represento a la ciudad y que tenemos que hacer ciudad. Pero también vengo de un barrio periférico, conozco la realidad. Eso no me va a poner una venda en ninguna otra cuestión de la ciudad, es un barrio más. Y lo que quiero para mi barrio lo quiero para todos. Trabajaremos por todos y la periferia tendrá su lugar. A mí, lo que me encantaría, es que por fin seamos la ciudad; que estemos integrados dentro de la ciudad.
P. Mientras, en el casco histórico de la ciudad se da el abandono de estos barrios por los vecinos, se van… ¿El turismo es el único culpable? ¿Hay una falta de servicios?
R. Nuestro casco histórico se ha envejecido y tampoco estamos haciendo nada por ello. Yo quiero sentarme con las asociaciones vecinales (ahora mismo nos hemos reunido con un presidente) porque quiero verlo con ellos de primera mano y quiero que me cuenten la realidad que ven. Porque es verdad que esa parte de la ciudad para mí está todavía por descubrir.
Conocemos la ciudad y ciertos problemas, pero quiero verlo con ellos. Y una vez que lo veamos, nos pondremos a trabajar sobre los problemas, pero siempre de su mano.
Las barriadas periféricas somos los hermanitos pobres de la ciudad
P. Otro reto de la sociedad es el cambio climático, un reto de presente y futuro. ¿Qué radiografía hace de qué habría que hacer? Plantar árboles, refrescar de alguna manera la ciudad… ¿Qué aportación o cómo se ve desde Al-Zahara?
R. Ahí estamos también estudiando este tema. El otro día me reuní con Guillermo Contreras (de Barrios por el Clima) y nos vamos a sentar a hablar sobre el tema y continuar con la colaboración que hay desde la Federación Al-Zahara. También hay un grupo de chavales que están interesados en crear una comisión sobre ello y empezar a trabajar sobre el tema.
Desconozco -porque llevo tres días y estoy poniéndome al día- la labor propia que creo que es importante y está haciendo la Federación y vamos a continuarla, también con esos chavales jóvenes, para darles cabida y que se sientan representados aquí.
P. Más allá de la concreción del plan que se pueda hacer, es algo que nos afecta a todos y no sé si desde los vecinos hay que dar un golpe en la mesa para hacer algo, sí o sí. No verlo o no querer mirarlo no arregla nada, ¿no?
R. No. Es que nos estamos matando la ciudad. Y una ciudad como la nuestra que, además, las temperaturas son como son, tenemos coches por todos lados …. Entiendo que hay que buscar otra fórmula. No podemos matar la ciudad como la estamos matando.
P. ¿Qué otros retos tienen los vecinos, la Federación Al-Zahara, que sean prioridades?
R. Tenemos retos importantes. El primero, estar aquí. La verdad es que somos una junta directiva nueva, a excepción de Juan Andrés de Gracia, que ya lo conocemos y además su presencia es importante, porque nadie como él sabe el funcionamiento de la ciudad y yo le agradezco que esté ahí. Se lo agradezco enormemente, porque nos da vida a los que realmente vivimos y sabemos lo que es la participación.
Luego, vamos a empezar a trabajar en todas las comisiones con gran ilusión. Queremos que la Federación vuelva a estar en todos lados representada y que confíen plenamente en nosotros. Devolver la confianza es muy importante para nosotros, muy importante.
Y luego, el tema social que hablábamos antes, tenemos que ir de la mano. Tenemos un programa que es tan abierto que lo que realmente quiero es trabajar del lado de los vecinos y de su mano. Vamos a empezar reuniéndonos con todos y ahí, dentro de unos meses, te diré: esto es lo que queremos y a dónde vamos. Porque ahora mismo, hablar de retos y a dónde vamos a llegar, sin haber hablado con las asociaciones vecinales, me parece una falta de respeto hacia ellas.
P. Imagino que también estará iniciando esa ronda de presentación con las instituciones. ¿Qué les pide?
R. Realmente hemos tenido la primera presentación con la subdelegada del Gobierno, ya nos conocíamos, pero formalmente hemos estado con ella. Hemos estado hablando, sobre todo, de seguridad. La seguridad ciudadana es importantísima, sobre todo por los últimos acontecimientos de robos que están habiendo en periferia o en El Brillante, eso lleva a un problema ciudadano.
Hemos hablado de la Ronda, de la Base Logística, hemos hablado de asuntos de la ciudad grosso modo. Pero realmente el trabajo vendrá después. El día de la presentación es algo bonito, aquí estamos, pero el trabajo vendrá después.
P. A lo mejor no es el momento de un compromiso, pero sí de establecer qué dinámica de trabajo se pretende tener con las administraciones…
R. La dinámica de trabajo es ir de la mano. Mientras he estado preparándome para esto, tengo relación, evidentemente, estoy en el mismo mundo. La verdad es que la dinámica de trabajo tiene que ser ir de la mano. Y cuando no podamos ir de la mano, pues estaremos enfrente. Ya sabemos quiénes somos los vecinos y hasta dónde podemos llegar. Pero, en principio, de la mano, vamos a intentar llegar a acuerdos, que funcionen y sacar proyectos que están en el cajón.
Las parcelaciones hay que regularizarlas y que sean parte de la ciudad, porque lo son
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