Pablo Sánchez, un oro mundial para la historia del balonmano cordobés

El eco de una medalla de oro mundial resuena con fuerza en Córdoba. Con la calma que sucede a la euforia, el hito conseguido el pasado fin de semana por el joven jugador del Cajasur CBM, Pablo Sánchez, se asienta como una de las páginas más brillantes y memorables en la historia del balonmano provincial. No es para menos. Traer a casa un campeonato del mundo es una gesta mayúscula que trasciende lo deportivo, un motivo de orgullo para la ciudad y la confirmación de que la cantera local produce talento de talla internacional, y que cuenta con un futuro, cuanto menos, ilusionante.

El camino hacia esa medalla dorada en el Mundial de Túnez fue una demostración de poderío y solvencia. La selección española juvenil, dirigida por Sebastián Hernández, navegó por las eliminatorias con una autoridad insultante, sin ceder un solo set. En cuartos de final superaron con holgura a Tailandia (2-0) y, en semifinales, derribaron a uno de los gigantes de la modalidad, Brasil, con un idéntico y rotundo 2-0 que presentaba su candidatura al título.

En la gran final esperaba la siempre competitiva Alemania, pero el guion no varió. Lejos de sentir la presión, los 'Hispanos Juveniles de la Arena' jugaron su mejor partido, desarmando por completo a su rival. Un primer set fulgurante (16-8), seguido de un segundo más trabajado pero igualmente dominado (16-12), certificó una victoria incontestable. España era campeona del mundo y un cordobés estaba en el centro de la celebración.

“Es una experiencia y vivencias que me van a marcar mucho para el futuro”

Un triunfo de tal magnitud que, días después, el propio protagonista aún intenta procesar. En una entrevista reciente con Radio Córdoba de Cadena SER, Pablo Sánchez se mostraba abrumado por la experiencia. “La verdad es que todavía no lo asimilo muy bien del todo porque al final es una experiencia y unas vivencias que yo creo que me van a marcar mucho para el futuro”, confesaba con sinceridad. En la misma intervención, desveló con humildad su papel clave en la final, donde su entrada fue un revulsivo táctico: “Los entrenadores decidieron que a lo mejor ese cambio podía pasar por mí”. Y resultó con el cordobés coronándose, además, como el mejor pívot de la competición.

Más allá del análisis deportivo, el joven campeón destacó el calor de los suyos como la mejor recompensa. “La gente, sobre todo lo más cercano, sí que te llaman y te escriben. Creo que al final eso es una buena seña de que algo estás haciendo bien”, reconoció el joven jugador granate, antes de añadir y confirmar que “cuando te llegan esos mensajes, la verdad es que son bastante reconfortantes”. Eso sí, Sánchez dejó claro que, pese al éxito, mantiene los pies en el suelo: “Es importante darte cuenta de que luego eres un chaval de 17 años relativamente normal”.

Pero la aportación cordobesa a este éxito no se limitó a la arena. En la trastienda de la victoria, velando por la salud y el rendimiento de los campeones, ha sido una figura fundamental el fisioterapeuta del Ángel Ximénez de Puente Genil, Jesús Morales. Su trabajo en el cuerpo técnico de la selección ha resultado crucial para que la plantilla llegara en un estado físico óptimo al exigente tramo final del campeonato, sumando otro éxito a su ya dilatada y prestigiosa experiencia con las categorías inferiores nacionales y poniendo de manifiesto la calidad de los profesionales del deporte en la provincia.

Y el futuro no se detiene. Este oro mundial parece ser solo el principio de un verano inolvidable para Pablo Sánchez. Según desveló, su próximo gran reto será con la selección de balonmano pista en el Festival Olímpico de la Juventud Europea (FOJE), consolidándose como un talento único capaz de competir al máximo nivel en dos disciplinas. Un reconocimiento que se suma a su creciente importancia en el Cajasur CBM, con el que ya ha debutado en el primer equipo y donde se espera que la próxima campaña siga creciendo a pasos agigantados. La gesta en Túnez, por tanto, no es un punto final, sino el brillante comienzo de un futuro prometedor.