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El médico Vicente Bermúdez, 310 días ingresado en Córdoba por la covid: “Estaba muy fuerte y me pasó esto”

Vicente Bermúdez, cuando recibió el alta.

Alejandra Luque

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La pandemia por el coronavirus ha dejado en Córdoba historias realmente de superación. El virus ha golpeado a todos los grupos de población aún cuando, al principio, se pensaba que afectaba únicamente a los mayores. La historia de Vicente Bermúdez es una prueba de ello. Médico de familia en Córdoba, con 60 años se infectó de covid y estuvo en el hospital Reina Sofía 310 días. En más de una ocasión se temió por su vida. Amante de las carreras, hoy se recupera muy poco a poco de las secuelas físicas y mentales que ha dejado la enfermedad en su cuerpo.

Bermúdez y su familia se han sentado ante los micrófonos del Reina Sofía para contar su historia y concienciar sobre la importancia de seguir cuidándonos, a pesar de que la vacunación vaya a velocidad de crucero. Durante 16 años, este médico de familia ejerció en Fuencaliente (Ciudad Real) y desde 2006 estaba destinado en el centro de salud de Avenida del Aeropuerto. El 18 de marzo de 2020, días después de la declaración del estado de alarma, empezó a encontrarse mal.

“Al tercer día ya estaba muy fatigado y, en casa, comprobé la saturación de oxígeno capilar y vi que había caído por debajo de 90”, cuenta Bermúdez, emocionado. Llamó a un compañero y profesional del hospital, que le emplazó a acudir de inmediato. Ese sería el principio de los 310 días que estuvo ingresado en el Reina Sofía. Durante cinco meses estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), de donde salió en varias ocasiones, y a la que volvió por un empeoramiento de su salud.

Su memoria empezó a desfallecer cuando ingresó en el centro. “A partir de ese momento, se me olvidó todo. Horas después ya me bajaron a la UCI, me sedaron y perdí las consciencia. Sólo recuerdo algunas alucinaciones propias de la medicación sedante, ya que me generaban mucha ansiedad”. Su segundo recuerdo lo sitúa cuando lo pasaron a planta, “la molestia de la sonda y la presencia de las limpiadoras, las enfermeras y mi familia”.

Su mujer y sus dos hijas son médicas, por lo que se fueron anticipando a las complicaciones que podían surgir. Cuando su padre enfermó, Carmen acababa de aprobar el examen para ser médica residente y aún no había escogido especialidad, aunque sí se planteaba escoger Medicina Intensiva, la que se ejerce en la UCI.

Tanto ella como su hermana Mercedes y su madre, Mari Carmen Ruiz, esperaban ansiosas en casa el sonido del teléfono. “No sabíamos cuándo podían llamar del hospital así que, cada día, una cogía el teléfono y apuntábamos previamente las preguntas que íbamos a hacer. Al colgar siempre decíamos: 'Teníamos que haber preguntado esto'”, recuerda Mari Carmen.

El 21 de junio de 2020, cuando España se preparaba hacia la desescalada, este médico era el único enfermo de covid en la UCI del Reina Sofía. El 20 de agosto salió pero, un mes después, volvió a ingresar. “Ha sido todo una montaña rusa y en más de una ocasión nos advirtieron de que el desenlace se iba a producir”.

Pero Bermúdez consiguió salir de la UCI y regresar, por fin, a planta. Fue entonces cuando empezó a conocer las secuelas que la enfermedad había dejado en su cuerpo. “Pensaba recuperarme del todo pero fue muy duro cuando me dijeron que había perdido los dos riñones. Ya me han dicho que me haga a la idea que la solución es un trasplante”. No era capaz de valerse por sí mismo tras sufrir una tetrapalexia, que aún continúa únicamente en la pierna derecha.

Cuando su estado de salud lo permitió, comenzó su etapa de rehabilitación. “Yo era deportista y en mi habitación colocaron una pizarra que me regaló mi hermano. En ella apuntábamos los logros, como levantarme de la silla, afeitarme solo, comer con cuchara o hacerlo solo, además de los ejercicios de abdominales o piernas. Era una manera de reconducirme y de plantearme un camino a seguir”.

El 21 de enero de 2021, recibió la noticia de su alta, aunque sus hijas la afrontaron con miedo. “Veíamos que aún quedaban muchas cosas por resolver”. Hoy, Bermúdez continúa con su rehabilitación en casa. En su cabeza retiene la fortaleza que tenía y que, pese a ello, se infectó de coronavirus, sufriendo unas graves consecuencias. Mira al futuro con los ojos puestos en el día a día. “Lo que tenga que ser, será. En lo que de mí depende, me emplearé al 200%. No hay más consejo que seguir, no rendirse y llegar hasta donde se pueda”.

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