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REPORTAJE

¿Por qué le llamamos Judería cuando debemos decir Medina? Los expertos opinan

Calleja de La Hoguera, en el centro histórico de Córdoba

Aristóteles Moreno

25 de enero de 2025 20:28 h

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Todos los expertos coinciden en que la antigua Judería de Córdoba se sitúa en el pequeño triángulo comprendido entre las calles Manríquez, Romero, Tomás Conde, Judíos, Almanzor y Puerta de Almodóvar como vértice. En esa manzana se agruparon los judíos tras la conquista cristiana de 1236. Todo apunta a que se trataba de un gueto amurallado. Una puerta estaría situada en la actual calle Judería y otra posiblemente en la confluencia de Romero y Deanes.

La Judería, por tanto, estaba situada al noroeste de la Mezquita Aljama y apenas era un minúsculo barrio de la gran medina de Qurtuba, capital de Al Andalus. El topónimo, sin embargo, ha ido fagocitando con los años la totalidad del centro histórico cordobés hasta el punto de sustituirlo. En el imaginario colectivo, la Judería ha sido identificada como todo el entorno de la Mezquita y no solo el barrio hebreo medieval. Es decir, lo que históricamente delimitaba la medina islámica amurallada y posteriormente se convirtió en la villa.

La pregunta cae por su propio peso: ¿cómo es posible que el barrio que abraza a la gran Mezquita musulmana sea el barrio judío? O dicho de otro modo: ¿por qué se ha tomado la parte por el todo para denominar al corazón de la antigua ciudad andalusí? La confusión ha llegado a contaminar durante años a muchos de los folletos turísticos, que han usado la denominación Judería para nombrar a todo el conjunto histórico que rodea al gran oratorio islámico cordobés.

La pregunta no tiene una respuesta clara. Ni incluso entre los especialistas consultados por Cordópolis. Para Virginia Luque, historiadora, gestora cultural y experta en patrimonio andalusí, la razón podría residir en el proceso de “turistificación” que ha condicionado la interpretación histórica de Córdoba en las últimas décadas. “Tenía que haber sido un producto cultural antes que turístico y ha ocurrido justamente al revés”, argumenta en conversación telefónica. De ahí que se hayan “deformado los conceptos” hasta el punto de confundir Judería con todo el centro histórico. “La memoria oral ha hecho el resto”, sostiene.

La turistificación ha ido deformando los conceptos

Virgina Luque Historiadora y gestora cultural

La especialista afirma que hasta hace escasamente una década muchos folletos turísticos incluían conocidos enclaves del centro histórico como parte integrante de la Judería, cuando en rigor no lo eran. Se refiere, por ejemplo, a la calle de las Flores o a la del Pañuelo, dos de los principales reclamos turísticos de Córdoba. Aunque, en realidad, por extensión, a la Judería se la ha identificado erróneamente con un área más amplia coincidente con el viejo espacio intramuros de Córdoba articulado en torno a la Mezquita.

En árabe medina significa ciudad. El vocablo ha cristalizado en castellano en algunos topónimos concretos como Medina Sidonia, Medina del Campo o Medina Azahara. Pero su uso no se ha extendido para denominar a las viejas ciudades históricas de Al Andalus. En el Magreb, en cambio, sí se mantiene en vigor el término para aludir a los centros históricos amurallados. La medina en Marruecos es el espacio intramuros de origen medieval.

Esa nomenclatura, sin embargo, no ha prosperado en España, pese a que decenas de localidades peninsulares cuentan con cascos antiguos de origen netamente andalusí. Córdoba es el ejemplo paradigmático. Un proyecto cultural intenta desde hace un par de años recuperar y poner en valor a todos esos centros históricos bajo la marca de Red de Medinas. Bajo ese prisma, la Judería de Córdoba sería una pequeña parte de la vieja Medina andalusí.

El historiador Manuel García Parody tampoco tiene una respuesta concreta que explique por qué el topónimo Judería se utiliza de forma extensiva para todo el centro histórico en torno a la Mezquita. “Yo también me lo he preguntado y realmente lo ignoro. El conjunto debería llamarse Medina, que sería el nombre más correcto”, indica. Parody recuerda que la Judería es la “zona occidental de la Medina”, aunque por extensión también alude a otras áreas del casco histórico que en modo alguno estuvieron habitadas por judíos. “Incluso llamamos Judería a la calle Cabezas”, subraya por señalar una vía muy alejada del barrio judío bajomedieval.

En época andalusí, antes de la conquista cristiana, la comunidad judía pudo haberse agrupado en torno a la Puerta de Osario, también conocida como Bab al Yahud o Puerta de los Judíos. Existen unas inscripciones hebreas en la Iglesia de San Miguel que han alentado algunas hipótesis sobre la presencia judía en la zona. Se trataría de un cipo funerario procedente de un cementerio judío, previsiblemente reutilizado en la construcción del templo, según informa la web municipal turismodecordoba.org.

Esa era la época conocida como “edad de oro del judaísmo español”, según remarca Jesús Peláez del Rosal, catedrático de Griego y experto en cultura sefardí. En su libro La Judería y la Sinagoga de Córdoba analiza en profundidad los orígenes de la comunidad judía y sus áreas urbanas de asentamiento. Peláez también cita la Puerta de Osario como probable localización hebrea en los periodos emiral y califal, pero sostiene que no hay evidencias irrefutables.

Uno de los personajes claves de la comunidad judía en época andalusí fue Hasday Ben Shaprut, médico y ministro de Abderramán III. Y, por supuesto, el gran filósofo Maimónides, referencia indiscutible del judaísmo mundial hasta hoy. En su opinión, Córdoba acogió una de las poblaciones hebreas más importantes de toda la península. Con todo, se trataba de un grupo “no muy grande”, aunque es muy difícil fijar un censo aproximado. La Sinagoga de Córdoba que hoy se conserva fue construida en 1315, casi un siglo después de la conquista de Fernando III, y sus pequeñas dimensiones sugieren que la comunidad judía era poco numerosa. “No sabemos si hubo una Sinagoga mayor, pero yo creo que es la única”, asegura.

El conjunto debería llamarse Medina, que es el nombre más correcto

Manuel García Parody Historiador

Fernando III y Alfonso X practicaron una política tolerante con las comunidades minoritarias, incluida la hebrea. Los primeros testimonios documentales del barrio judío datan de 1241, según recoge Jesús Peláez en su libro. Y, a partir de 1260, muchos se desplazaron hacia San Andrés y San Salvador, cerca del actual Ayuntamiento.

La relativa convivencia interreligiosa se mantuvo hasta que salta por los aires en 1391 cuando estalla la masacre antijudía en Sevilla y se extiende a decenas de ciudades españolas, incluida Córdoba. La Judería se desintegra y se inician las conversiones forzadas al cristianismo. “Muchos se refugian en el conocido como Castillo de la Judería, que podría estar en el Alcázar Viejo”, señala Virginia Luque.

La comunidad judía de Córdoba era una de las más importantes de Al Andalus. De eso no hay duda. Pero, en términos relativos, era una ínfima parte de una población mayoritariamente musulmana, que muchos expertos cifran en varios cientos de miles de personas. Que la Judería haya terminado dando nombre a todo el conjunto de la vieja Medina andalusí es un enigma aún por resolver.

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