La Rambla: la bajada más loca de los autos más artesanales
En la cima de un suave cerro y en plena campiña al suroeste de Córdoba se levanta el municipio de La Rambla. Con una población de poco más de 7.500 habitantes, este pueblo tiene en la agricultura su principal fuente de riqueza y empleo. Sin embargo, un cartel a la entrada del municipio explica que también es una ciudad alfarera, donde más de 90 fábricas distribuyen sus productos por todo el territorio nacional e internacional. Modernas fábricas de harina, de ganadería y de envases de cartón, junto a la cooperativa olivarera, forman el tejido productivo de una población que el pasado sábado vivió uno de sus días grandes.
Cerca de 5.000 personas se reunieron para disfrutar de la que es ya una fiesta tradicional en la localidad: la Bajada de los Autos Locos. Desde que se celebrara la primera edición en 2004, esta cita ha alcanzado su decimotercera edición con un paréntesis: en 2016 se suspendió por falta de seguridad en el recorrido. ¿Y en qué consiste este singular concurso? Se trata de una bajada de vehículos realizados artesanalmente por los concursantes y que a lo largo de 800 metros ofrecen un recorrido divertido a todos los asistentes que se distribuyen a ambos lados del camino. Esta prueba, que no tiene carácter competitivo sino de mera exhibición, permite la participación de hasta cinco personas en cada automóvil, que puede ser de cualquier punto de España.
Juan Carlos Yébenes fue concejal del Ayuntamiento de La Rambla en 2003 y uno de los promotores de la Bajada de los Autos Locos. Hoy forma parte de la organización del evento, La Ballena Roja, donde más de 20 personas se involucran para que todo se celebre con total normalidad. Tal y como cuenta Yébenes, la puesta en marcha de esta cita “surge de la inquietud de la asociación por hacer algo nuevo”, hecho que él mismo cataloga como “un acto de rebeldía institucional”. En aquellos años, la propuesta de llevar a cabo la Bajada de los Autos Locos suponía un enorme revuelo en el municipio.
Y aunque al principio era “algo muy propio de la asociación y la gente colaboraba”, esta cita se convirtió en una seña de identidad del pueblo gracias “al nivel de los propios coches, a una mayor campaña de publicidad” y un mayor apoyo “del Ayuntamiento”. Además, tanto Policía Local como Protección Civil han incrementado para este año su plantilla y los controles de seguridad para cubrir el evento. Asimismo, también han dispuesto camiones y vehículos para evitar atentados como los ocurridos hace un mes en Las Ramblas de Barcelona.
Así, el recorrido que realizan los vehículos abarca desde el llano Espíritu Santo hasta la Carretera Fernán Núñez y la entrada a la Caseta Municipal. Y aunque la bajada arranca a partir de las 19:00, los autos permanecen estacionados desde las 12:00 en el llano Espíritu Santo para que puedan ser inspeccionados. El tema para diseñar el vehículo es libre y debe respetar las medidas de seguridad establecidas. Además, los vehículos deben tener un sistema de frenado y otro de dirección delantera y trasera para tomar los cambios necesarios y poder maniobrar.
Si la seguridad en el coche es importante, no lo es menos la de los participantes, quienes, en un primer lugar, no pueden participar bajo los efectos del alcohol y las drogas. A todos se les realizan unas pruebas antes de la carreara. Además, en toda la bajada, los participantes deben ir sentados y llevar un casco, ya que éste es un requisito obligatorio. Y como este concurso no tiene un mínimo de edad, los mas pequeños van acompañados de los adultos, que son quienes conducen el vehículo.
Después de esta exposición, todos los participantes se concentraron a partir de las 17:00 y fue a las 18:00 cuando arrancó el pasacalles previo a la bajada, momento en el que el municipio se llenó de música y ambiente festivo. A las 19:00, los 21 vehículos de esta décimo tercera edición empezaron a circular por el recorrido, donde cada auto desciende cada tres minutos. Durante la Bajada, los asistentes pudieron ver vehículos de todo tipo: el Ferrari de Fernando Alonso, una cocina portátil, la mina del botijo dorado, un coche de bomberos, un automóvil hecho de ladrillos o una patrona un tanto peculiar, entre otros. Y todos ellos portaron el tradicional botijo de La Rambla en clara alusión a la campaña que desde el Ayuntamiento del municipio se está realizando para que se conozca mundialmente este elemento señero de la localidad.
Tras la bajada total de los vehículos, a partir de las 20:30 tuvo lugar otro paseo hasta la Caseta Municipal y a partir de las 23:00 se produjo la tradicional entrega de premios acompañada con una fiesta musical. Para este año, la organización ha destinado 3.150 euros a premios en metálico, lo que ha supuesto un 31,35 % más que la pasada edición. Así, un equipo compuesto por seis personas de las asociaciones locales del municipio repartieron los seis premios de las tres categorías: auto más gracioso, más original y más currao, que fueron para La Blanca Porrona, La Mina del Botijo Dorado y El Ladri Móvil.
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