Arqueología
Encuentran los restos de la que podría ser una de las aldeas más antiguas del sur de la Península
En el sexto milenio antes de Cristo comenzaron a asentarse las primeras comunidades agrícolas en el sur de la Península Ibérica. Se sabe que comenzaron a edificarse las primeras aldeas, pero son muy escasos los testimonios de esta protourbanización que han llegado al día de hoy.. El carácter precario de las estructuras con los que se construía, el paso del tiempo y el uso agrícola de las tierras donde se asentaron ha impedido que lleguen testimonios arqueológicos de aquellas primeras aldeas del sur de la Península Ibérica. Pero gracias a un modesto pero ambicioso trabajo arqueológico, a un kilómetro de Zamoranos, una pedanía de Priego de Córdoba, se ha descubierto lo que podría ser una de las aldeas más antiguas jamás estudiadas en el sur de la Península.
En estos calurosos días de agosto ha concluido la primera campaña de excavación arqueológica en el Cerro del Cercado, en la localizad de Zamoranos, Priego de Córdoba, dirigida por Rafael M. Martínez, profesor del Área de Prehistoria de la Universidad de Córdoba, y en el que han colaborado profesores de las universidades de Huelva (J. Carlos Vera) y Córdoba-Granada (A. Maldonado), así como distintos estudiantes e investigadores vinculados a las universidades de Córdoba, Sevilla, Huelva, La Laguna y Granada. Esta actividad, autorizada por la Delegación Territorial de Cultura y Patrimonio Histórico en Córdoba y financiada por el Ayuntamiento de Priego de Córdoba, desde el Servicio Municipal de Arqueología (Museo Histórico Municipal), ha supuesto una primera toma de contacto con la ocupación del territorio en la Depresión Priego-Alcaudete durante el Neolítico antiguo, siguiendo trabajos previos realizados en la cercana Cueva de los Mármoles, de la misma localidad (2018). “Esta vez, se ha empleado de forma sistemática herramientas de digitalización tridimensional como parte de las tareas de documentación arqueológica”, detalla el arqueólogo Rafael Martínez.
Martínez detalla que en el territorio que hoy ocupa Andalucía, así como en gran parte del Mediterráneo occidental, “los testimonios conservados de los asentamientos de las primeras sociedades agrícolas y ganaderas, donde se realizaría una parte importante de sus actividades económicas y productivas así como de sus rituales simbólicos y funerarios, resultan muy escasos, siendo muy pocos los yacimientos identificados como poblados al aire libre ocupados entre 7.500 y 6.800 años antes de la actualidad”, señala. “El carácter precario de estas estructuras, y la acción del tiempo y el uso del suelo, ha limitado en gran medida que testimonios de estas características hayan llegado a nuestros días, frente a una mejor conservación, aunque de carácter muy diferente, en cuevas, abrigos y en el medio subterráneo”, expone.
En la excavación de estas semanas desarrollada en el Cerro del Cercado de Zamoranos, en una zona de olivares, se han realizado dos sondeos estratigráficos que “han desvelado la realidad de un yacimiento con más de una fase de ocupación dentro de este período”, detalla el director de esta interesante excavación. “Entre otros hallazgos, destaca la existencia de estructuras constructivas, que podríamos considerar entre las más antiguas del sur de la Península Ibérica; disposiciones estructurales a base de bloques de piedra, agujeros y calzos de poste, así como contextos formados por multitud de fragmentos de arcilla con improntas de entramado vegetal, testimonio de antiguas paredes de bareque”, agrega.
“Entre los artefactos y otros restos recuperados, destaca una gran cantidad de cerámica realizada a mano, con destacados testimonios de cerámica impresa, incisa y a la almagra (un característico engobe rojo); ejemplos de adorno personal en concha y piedra (incluyendo fragmentos de brazaletes), y multitud de artefactos de piedra y sílex, láminas que fueron usadas como cuchillas, componentes de hoces destinadas a la siega, o puntas de proyectil y taladros”, relata el arqueólogo. En la excavación también se han encontrado una multitud de huesos de animales, sobre todo especies domesticadas como ovejas y cabras, vacas y cerdos, aunque también se han reconocido ciervos y conejos.
Después de “esta primera toma de contacto”, el equipo pretende continuar los trabajos con el objetivo de “ajustar la secuencia y definir y documentar con mayor resolución las estructuras constructivas detectadas, de cara a un estudio futuro centrado en un yacimiento rico y complejo, como es el Cerro el Cercado”, concluye Martínez.
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