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El agua de Sierra Boyera que empuja a la de La Colada para limpiar la red de abastecimiento

Camiones cisterna

Alfonso Alba

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Bajo las comarcas de Los Pedroches y el Alto Guadiato hay unos 800 kilómetros de tuberías. Toda esta red parte de la estación potabilizadora de Sierra Boyera y una los depósitos municipales de los municipios en los que viven 80.000 personas. De ahí, a cada uno de los hogares de estos vecinos. Durante un año, esas tuberías han transportado agua no potable, procedente de otro trasvase más, el de La Colada. Sierra Boyera se secó y hubo que bombear agua desde un embalse que está a 40 kilómetros de distancia.

El viaje del agua en el norte de la provincia, por tanto, es larguísimo. De hecho, hay fuentes que calculan que lo que tarda en llegar el agua que sale de Sierra Boyera hasta el punto más alejado de la red es dos semanas. Ese sería, por tanto, el tiempo mínimo que habría que esperar entre que se ha conectado de nuevo el embalse de Sierra Boyera, tras las lluvias, hasta que se compruebe en el punto final de la red que el agua que sale del grifo ya es potable.

El proceso de reversión de la potabilidad al norte de Córdoba es simple. A pesar de lo que se ha llegado a especular, el agua de los dos embalses no se mezcla nunca en origen. Al contrario, el bombeo de La Colada se suspendió en el mismo momento en el que Emproacsa comenzó a tomar el agua directamente del embalse de Sierra Boyera. Y es ahí cuando comenzó el proceso de limpieza de toda la red de abastecimiento. Es el agua de Sierra Boyera la que empuja a la de La Colada y la que a su vez puede limpiar los restos, si es que los hay, de contaminación.

En esencia, el agua que ha estado un año manando por los grifos del norte de la provincia de Córdoba no se podía beber por la concentración de carbono orgánico, que superaba los valores fijados por la Organización Mundial de la Salud para considerar el líquido como potable. El carbono activo es un indicativo de la presencia de restos orgánicos, como algas. Esas algas, a su vez, han crecido alimentadas por la contaminación en origen, en La Colada. Ese carbón activo, sostienen fuentes consultadas por este periódico, no es un contaminante que ha podido quedarse en la red. Está en al agua y, por tanto, se irá con ella.

Es decir, el agua ya sin ese carbón activo que sale de la potabilizadora de Sierra Boyera empuja a la que lo tiene. Cuando esta última salga de la red se entiende que habrá finalizado el proceso. Pero la norma señala que hay que asegurarse al 100% de que eso ha pasado. Por eso, se tienen que hacer tres analíticas concluyentes en diferentes días y puntos de la red.

Y ahí está la clave del plazo que ha dado el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, para considerar que el agua volverá a ser potable: “15 o 20 días”, dijo este miércoles. Es decir, entre dos o tres semanas. No obstante, se trabaja con la posibilidad de que pueda ser incluso antes, según ha podido saber este periódico.

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