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Un mar de oraciones a la Virgen del Carmen

Virgen del Carmen de San Cayetano | MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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Es Ella, como la que alumbra y acompaña al Sagrario de manera permanente, luz en las noches oscuras de los corazones tristes. Y es Ella, como en una candelería abundante, luz radiante de las alegrías de las almas que ríen. Es Ella, la Virgen del Carmen, luz del mes de julio, que irradia desde su mano un Sol Niño que abrasa y limpia, que quema lo malo y hace resplandecer lo mejor de quien le reza a Él y a su Madre. Y es la Virgen del Carmen motivo de celebración a mediados de este mes caluroso de verano en dos barrios cordobeses que la festejan como en los mejores puertos marineros.

Las calles de San Cayetano, Puerta Nueva, Santa Marina y San Lorenzo fueron las aguas del mar simbólico, los caminos del cielo en la tierra, por los que en la noche de este domingo paseó la Virgen del Carmen rescatando gentes, recogiendo oraciones, desde los pasos en que la llevaban cada una de las dos hermandades que le rinden culto en Córdoba. No escatimaron en ofrendas para sus imágenes titulares ninguna de las dos cofradías de gloria que a las nueve de la noche comenzaban sus procesiones.

En San Cayetano lo hacía tras la Función Principal que había empezado a las ocho de la tarde y que fue oficiada por el padre Juan Dobado, carmelita predicador de la novena celebrada los días previos, y que contó con el acompañamiento de una soprano. La Virgen, vestida por Manuel Jiménez, gustó con un exorno floral formado por nardos, rosas de pitiminí y fresias que había colocado con el esmero y el cariño de siempre Rafael Barón.

Para que caminara al son de la música contó su archicofradía una vez más con la banda de El Carmen de la localidad sevillana de Salteras, que interpretó marchas clásicas de su repertorio a las que sumó algunas de las dedicadas a la imagen coronada canónicamente que preside el altar de la iglesia conventual de San José, conocida como San Cayetano. Sonaron así el “Himno a la Virgen del Carmen”, “La Virgen del Carmen” o “Madre Marinera”.

En la parroquia de Puerta Nueva la función principal se había celebrado por la mañana aprovechando que este 16 de julio cayó en domingo. Fue oficiada por su párroco, Antonio José Ruiz, y cantada por una coral de la localidad cordobesa de Moriles. La Virgen, sobre su paso, llevaba una composición floral formada por nardos, astromelias, rosas y lisianthum en tonos blancos, rosas y malvas. El encargado del exorno floral fue José Ignacio Aguilera, quien también vistió a la imagen.

Salió la Virgen desde los dos templos cordobeses con la última luz del día y pronto le anocheció en un recorrido que desde San Cayetano la llevó, tras bajar la cuesta que antecede a su iglesia, por la avenida de las Ollerías hasta los Jardines de Colón. Desde la Torre de la Malmuerta cayeron pétalos de flores, que también le tiró el grupo joven de la cofradía en la calle Alfaros. Había pasado antes de esto la Virgen por los lugares emblemáticos de la plaza de Capuchinos y la Cuesta del Bailío, donde la esperaba un público expectante y donde la Hermandad de la Paz aprovechó para hacerle otra petalada.

Rafael Muñoz mandaba la cuadrilla de costaleros que llevó a la Reina del Carmelo por las calles, algunas de ellas adornadas, camino del barrio de Santa Marina, donde se vivió uno de los momentos cumbre de la noche. Fue junto al monumento a Manolete, de quien se cumplen este 2017 cien años de su nacimiento. Por ello y porque el matador de toros fue hermano de la cofradía, ésta quiso que sonara en ese lugar el pasodoble que lleva su nombre.

La Virgen de Puerta Nueva fue este año por la Ronda de Andújar, Historiador Domínguez Ortiz, Prolongación Escañuela, Kiko Pastor, San Francisco de Sales y Ronda de la Manca. Por esta calle se introdujo en María Auxiliadora, a las puertas de cuyo santuario paró como también en la parroquia de San Lorenzo antes de emprender camino de vuelta a Puerta Nueva por Arroyo de San Lorenzo, plaza de la Magdalena, Francisco Borja Pavón y Alfonso XII.

Sonaron para la Virgen del Carmen de Puerta Nueva marchas que interpretó la cordobesa banda del Cristo del Amor mientras una cuadrilla de costaleros que dirigía Carlos Herencia la mecía. Duró tres horas la procesión, que terminó con los sones de “Macarena” en el interior del templo pasadas las doce de la noche. Había llevado en el frontal del paso la Virgen un relicario en cuyo interior había una piedra del entorno de la primera basílica del Carmen que se encuentra en el Monte Carmelo y que ha traído desde allí el cofrade Manuel Aparicio.

Más tarde entraba la Virgen en San Cayetano arropada por sus hermanos y devotos y precedida como estuvo en todo el recorrido por la imagen de Santa Teresa de Ávila, que portaron sobre un paso caoba una cuadrilla de hombres y otra de mujeres.

Terminaba así el día del Carmen en Córdoba, la ciudad que hace público su amor a esta advocación a mediados  del mes de julio aunque el idilio se mantiene en la intimidad de los templos durante todo el año. No en vano, los cultos siguen en Puerta Nueva, que expondrá en besamanos a su titular desde este martes al jueves, día de San Elías y en el que quienes lo deseen podrán pasar bajo el manto de la Virgen que ilumina tantas vidas y es luz de julio, luz de esperanza en los corazones tristes y luz de la alegría en las almas felices.

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