La Confederación afirma que cierra el acceso al Canal del Guadalmellato porque su entrada está prohibida

“Este canal ha estado siempre cerrado al tráfico y señalado mediante cartelería de 'Prohibido el paso para toda persona no autorizada'. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la afluencia de viandantes y de ciclistas que acceden al mismo obviando las señales de prohibición y, por ello, se ha ido cerrando por tramos”. El Gobierno de España ha contestado de esta manera al diputado de Sumar por Córdoba, Enrique Santiago, que preguntó por el cierre de varios tramos del Canal del Guadalmellato, muy usado por ciclistas y senderistas.

La última clausura del canal se produjo hace unos meses, cuando la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) decidió instalar una gran valla que impedía totalmente el acceso desde el puente sobre el arroyo Rabanales, en las inmediaciones del campus universitario. Esa valla fue derribada por personas desconocidas y ahora mismo el acceso está prohibido por una señal y una cadena, que es fácilmente franqueable.

En la respuesta parlamentaria, la Confederación, a través del Gobierno, justifica los motivos por los que cierra por tramos el canal. “El camino de servicio que discurre junto al canal principal a lo largo de prácticamente todo su trazado tiene como función permitir el mantenimiento, la conservación y la explotación del canal”, arranca. Al tiempo que insiste en que el objetivo de la infraestructura es aportar agua para los regantes y “en menor medida” a la empresa municipal de Aguas de Córdoba, Emacsa. De hecho, los regantes y Emacsa pagan todos los años una tarifa, con la que se financian las intervenciones de reparación en el canal.

La Confederación insiste en que el paso por el canal nunca ha estado permitido a personas ajenas a este organismo público. Y que han sido varios los motivos que han obligado a tomar medidas para ir impidiendo el tránsito a ciclistas y senderistas, que lo usan habitualmente.

En primer lugar, señala que “el camino discurre junto al canal justo al borde del cajero del canal y no dispone de ningún elemento de contención que pueda evitar caídas al canal. Estas caídas son un riesgo tanto en los meses de la campaña de riego, debido al caudal de agua que circula por el mismo, como en los meses fuera de campaña en los que se encuentra vacío y la altura de la caída es importante”.

Pequeñas presas “para bañarse”

También alude a “motivos de seguridad del personal laboral de la CHG que realiza las labores de mantenimiento y conservación” y a “afección a la funcionalidad propia del canal que es la de conducir y suministrar agua los regantes y en situaciones concretas al abastecimiento de agua de la ciudad”. En este punto señala que a causa de la “afluencia de personas al camino de servicio del canal unido a la imposibilidad de disponer de vigilancia, se ha producido la obstrucción de las rejillas debido a los vertidos de enseres domésticos (colchones, electrodomésticos…) y otros objetos voluminosos que en algunos casos incluso se han utilizado para retener el agua que circula por el canal y bañarse”, relata el Ejecutivo en su respuesta parlamentaria.

Además, el Ejecutivo insiste a preguntas del diputado de Sumar que cierra el canal “por incremento de riesgo de producir daños por inundaciones a las parcelas aledañas en épocas de lluvia por el elevado caudal que puede transportar. Puede provocar inundaciones si no se controlan las rejillas y compuertas. Estas compuertas, si se exponen a tránsito de personas no autorizadas, pueden ser muy fácilmente manipulables, con el consiguiente riesgo de inundación y rotura de tableros de canal por empuje del agua en el trasdós del muro cuando se quedan en seco de nuevo”, señala. De hecho, alude a “problemas de vandalismo y robos tanto de elementos asociados al canal como en las fincas que lindan con el mismo al facilitar el acceso”.

El Gobierno también informa que “por petición expresa del Rectorado” de la Universidad de Córdoba “se ha procedido al cierre del último tramo que pasa próximo a Rabanales. Se justifica porque existen caminos alternativos para acceder a la Universidad por vías públicas, caminos vecinales y el carril bici que se acaba de construir y que comunica Córdoba” con el campus universitario. Así que “por el momento, la CHG no tiene previsto abrir al uso público el camino de servicio por las razones expuestas en el punto anterior, y en tanto no se puedan garantizar las medidas de seguridad necesarias”.

Acuerdo con el Ayuntamiento

“La CHG es competente en la gestión del agua y en la explotación y mantenimiento de las infraestructuras hidráulicas no pudiendo asumir la gestión de una vía pública de recreo”, insiste el Ejecutivo. En este caso, el canal se podría abrir al público “mediante la firma de un convenio de colaboración con la administración local o provincial si así se acordara y siempre que ésta asumiera las labores concretas de seguridad, vigilancia y mantenimiento del camino”. En este sentido, el Gobierno señala que ya “se han mantenido contactos al respecto con el Ayuntamiento de Córdoba y se siguen manteniendo reuniones para tratar el asunto. Además, la solución que se adopte debe contar con la conformidad de los usuarios del canal”.

Para concluir, el Ejecutivo señala que los técnicos de la Confederación y los del Ayuntamiento de Córdoba “mantienen un contacto continuo que permite ir resolviendo situaciones que están pendientes de regularización, principalmente en el casco urbano de Córdoba y en las zonas donde el canal ha sido soterrado donde se ha producido la ocupación de los terrenos de titularidad estatal. El Ayuntamiento de Córdoba, además de su interés por sus competencias urbanísticas, es usuario del canal al ser una vía alternativa de suministro de agua al abastecimiento de la población de Córdoba. Se ha valorado la posibilidad de que se convierta en una vía de tránsito público, pero requiere, tal y como se ha indicado anteriormente, de la firma de un convenio de colaboración entre las administraciones además de la conformidad de los usuarios del canal”.