Juzgan a tres médicos por la muerte de un paciente que ingresó con un esguince
La Fiscalía señala que la víctima, de 31 años, presentaba un riesgo alto de sufrir un tromboembolismo en caso de tener inmovilizado uno de sus miembros, como le fue diagnosticado | El joven murió en noviembre de 2008
El Juzgado de lo Penal número 4 de la Audiencia Provincial de Córdoba sentará en el banquillo de los acusados el próximo día 17 a tres médicos del hospital comarcal de Montilla por la muerte de un paciente que ingresó en el centro con una lesión en un tobillo y que acabó muriendo, supuestamente por la inmovilización de la pierna. Según consta en la calificación de la Fiscalía Provincial de Córdoba, uno de los doctores, C. E. A. V., está acusado de un homicidio por imprudencia grave, por el que se enfrenta a un año y dos meses de cárcel. Los otros dos, A. G. C. y R. E. P., se enfrentan a un delito de homicidio por imprudencia leve y una pena de un mes y diez días de multa con una cuota diaria de 12 euros.
Según consta en la calificación de la Fiscalía, los hechos ocurrieron en el año 2008. La víctima, de 31 años y casado, sufrió una lesión jugando al fútbol y acudió a las Urgencias del hospital de Montilla. El hombre se quejaba de un fuerte dolor en el tobillo izquierdo. Allí fue atendido por la doctora A. G. C., que le diagnosticó un esguince de tobillo y le prescribió una férula de inmovilización durante 15 días, además de ibuprofeno. El hombre, con antecedentes familiares de muerte por tromboembolismo, no recibió un tratamiento de heparina, que según la Fiscalía recomienda la Sociecad Española de la Especialidad de Riesgo Tromboembólico.
Cinco días después la víctima regresó al hospital, nuevamente a Urgencias, por molestias. En esta ocasión fue atendido por otro médico, R. E. P., que observó un hematoma importante en su tobillo y el fuerte dolor que le producía la inmovilización. El doctor le diagnosticó un esguince de grado III y le puso tratamiento, que tampoco incluía la heparina “a pesar de los signos externos que presentaba el tobillo” y los antecedentes clínicos del paciente, además de su peso.
Nuevamente, tres días después el hombre acudió al hospital, pero esta vez a la consulta de Traumatología. Allí le atendió el doctor C. E. A. V., que le diagnosticó que sufría una “fractura sin desplazamiento de peroné y maléolo posterior de tibia”. Ante eso, le prescribió como tratamiento una bota de yeso por cuatro semanas. “A pesar los antecedentes clínicos del paciente y su concreta evolución, y conociendo o debiendo conocer como especialista” que “el riesgo de sufrir trombosis pulmonar es moderado-elevado” para un paciente así tampoco le prescribió heparina, a modo de prevención.
El 28 de noviembre de 2008, sobre las 18:15, el joven de desvaneció súbitamente, cuando estaba en compañía de su padre. El chico ingresó cadáver en el hospital de Montilla. Según la autopsia, la causa de su muerte fue un “corpolmonale agudo secundario a tromboembolismo pulmonar”. Según un informe del médico forense, “existe una relación directa entre el tromboembolismo que causó la muerte” del joven “y la inmovilización de miembro inferior al ser un factor de riesgo”, señala la calificación de la Fiscalía.
El Ministerio Fiscal acusa a los médicos de no actuar “con el debido cuidado exigible a cualquier facultativo en servicio de Urgencias al prescribir a su paciente inmovilización de un miembro inferior, descuidando la debida prevención de los posibles riesgos de tromboembolismo derivados de esta inmovilización prolongada, desconociendo por falta de indagación o descartando de forma descuidada como tal peligro el hecho de que el paciente tuviera antecedentes directos de esta enfermedad (su madre murió así)”.
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