#HÉROES SIN CAPA | Cajera de supermercado: “La mayor muestra de gratitud es que la gente sigue viniendo a comprar”

Patricia Gómez Olvera, cajera en la cadena de Supermecados Deza, es una de las muchas profesionales que se encuentran en el ojo del huracán o, en este caso, del coronavirus. Su labor es condición sine qua non, ahora y siempre, para que los cordobeses puedan hacer las compras de primera necesidad, por lo que los reconocimientos no han tardado en llegar en diversas formas.

Miles de españoles han aplaudido también la labor de todos los de su gremio, pero lo que más agradece Patricia es que los cordobeses sigan pasando por su caja igual que han hecho durante los 11 años que lleva en ella. “La mayor muestra de gratitud es que la gente sigue viniendo a comprar con total normalidad”, explica Patricia. Además, todos los días recibe el apoyo de muchos clientes habituales con los que “el aprecio es mutuo”.

Cuando la emergencia estalló, los trabajadores de Deza se sintieron “superados” por la situación, cuenta Patricia, que sintió miedo e incertidumbre, en parte, porque era lo que le transmitían los clientes con sus compras masivas. Sin embargo, dos semanas de confinamiento después, percibe que tanto los clientes como el supermercado “se han adaptado muy rápido”. Ahora, tras el “llamamiento a la calma” que hizo el supermercado y gracias a los protocolos de actuación que comienzan antes que la propia jornada laboral, siente que “hay más tranquilidad” y que están “preparados” para hacer frente a la situación sin problemas de abastecimiento.

Protocolo de actuación

“Mi rutina de trabajo ha ido cambiando continuamente” cuenta Patricia, que ahora sale todos los días de casa enfundada con una mascarilla y un bote de gel hidroalcohólico, ambos “proporcionados por la empresa para cada trabajador”. A continuación, cuando llega al supermercado, debe cambiarse la mascarilla, ponerse guantes y empezar “un ritual de limpieza que se extiende a lo largo del día”.

En este sentido, según ha subrayado, se “ha ido incrementando las medidas de seguridad” día a día, actuando con “rapidez y contundencia” y reinventándose continuamente. Además de las medidas generales como el lavado continuo de manos y las distancias de seguridad, cada puesto de trabajo cuenta ahora con un protocolo de actuación específico. En el caso de Patricia, debe desinfectar su zona de trabajo cada vez que un determinado número de clientes pase por su caja, que ahora cuenta con una mampara de PVC para protegerla de posibles contagios, ya que está en continuo contacto con los clientes.

A su vez, aunque haya personas que acuden al supermercado como forma de “evasión de esta situación” y otras que “se saltan las normas”, Patricia considera que “la inmensa mayoría de los clientes están muy concienciados”, de forma que casi todos se protegen a sí mismos y los protegen a ellos.

A pesar de los primeros días de compras masivas, de la continua exposición a posibles contagios y de las rutinas de trabajo cambiantes, la reflexión que saca Patricia de la situación actual es que “hay mucha solidaridad en España” y que superaremos la emergencia sanitaria gracias a esa solidaridad y permaneciendo todos juntos, desde los hospitales hasta los supermercados y pasando, por supuesto, por sus clientes.