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Dos generaciones socialistas se encuentran en Los Pedroches

Susana Díaz y José Luis Rodríguez Zapatero, ayer en Pozoblanco.

Manuel J. Albert

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El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez y la jefa del Ejecutivo andaluz, Susana Díaz, coinciden en un coloquio celebrado en Pozoblanco

José Luis Rodríguez Zapatero se encontró ayer de nuevo con Susana Díaz. La cita fue en Pozoblanco, donde el primero estaba invitado a un coloquio y la segunda asistió como público. Dos generaciones socialistas juntas de nuevo. El expresidente del Gobierno se convirtió en la nueva esperanza socialista cuando a principios de la década pasada ocupó la Secretaría General del PSOE, ofreciendo un salto generacional. Un cambio parecido ven algunos en la llegada de Susana Díaz al frente de la Junta de Andalucía. En su toma de posesión, hace dos meses, ella se definió como heredera de las políticas sociales emprendidas por Zapatero. Y ayer, él le tomó la palabra, de alguna manera y resaltó “el esfuerzo que contra la pobreza y la exclusión social está haciendo la Junta de Andalucía”.

Zapatero estaba en Pozoblanco para clausurar una nueva edición de las Jornadas de Otoño que organiza la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno. La presencia del ex presidente del Gobierno despertó un gran interés mediático y del público en general, que por segundo día consecutivo, llenó el Auditorio del Recinto Ferial del municipio.

Rodríguez Zapatero abordó numerosas cuestiones planteadas por el presidente de la Fundación, Santiago Muñoz Machado, recientemente ganador del Premio Nacional de Ensayo. Él fue el encargado de conducir una conversación.

Zapatero no excluyó el tema catalán. Uno de los aspectos en los que ha despertado alguna crítica de Susana Díaz quien, a principios de octubre, la nueva responsable del ejecutivo andaluz no negó las aristas que, a su juicio, existieron en la gestión del anterior jefe de Gobierno. Especialmente, en su política territorial con respecto a Cataluña. “No fue un acierto afirmar que se aceptaría cualquier texto del Estatuto que viniese de Cataluña”, afirmó durante un encuentro en Madrid con periodistas.

Ante la nueva andanada nacionalista que se vive en Cataluña, donde la Generalitat gobernada por Artur Mas (CiU) tantea una fecha y un enunciado para un hipotético referéndum independentista, Zapatero destacó en Pozoblanco que “el mapa autonómico en este país es irreversible y nadie va a modificarlo. ¡Pero si no hay quien fusione un Ayuntamiento en España”. En este sentido, Zapatero señaló que hay que “resolver el fuerte sentimiento de identidad de Cataluña”.

Durante su charla, Zapatero repasó alguno de los hitos clave en sus siete años al frente del Gobierno de España. En especial, recordó los tragos más amargos que le supuso la crisis económica. Un trance que lidió con medidas de incentivo económico, por un lado, como el Plan E, destinado a obras y gestionado por los Ayuntamiento. “Se ha criticado mucho el Plan E, pero yo no vi ningún ayuntamiento que renunciara a las obras”, destacó. Por otro lado, su gestión de la crisis también supuso un cambio legislativo de fondo, como la reforma del artículo 135 de la Constitución que fija los límites de déficit. “La reforma gustó menos a la izquierda que a la derecha”, reconoció Zapatero, quien negó presiones externas en el seno de la UE. “No fue impuesta, pensé que evitaba el rescate”.

En torno a la temática de la crisis, Rodríguez Zapatero llamó al consenso, alegando que “echo en falta acuerdos importantes. Creo que hicimos tal acuerdo en la Transición que nos agotamos y ahí nos quedamos y un país necesita renovar esos grandes acuerdos”. Un acuerdo que tampoco se alcanza en lo referente al Estado del Bienestar que el ex presidente no quiso dar por muerto al apostar por “confiar en el progreso, aunque estemos en un momento de angustias y expectativas cerradas” y que ha defendido a través de las políticas sociales que impulsó su gobierno como la Ley de la Dependencia.

Antes de cerrar, los dos protagonistas del diálogo volvieron a hablar de la necesidad de un pacto entre las grandes fuerzas políticas en temas como la Educación. Zapatero defendió la necesidad de “confeccionar políticas de que la escuela sea un espacio de convivencia” ante el crecimiento y la diversidad de la población. “Hay diferencias en materias educativas importantes, diferencias en relación al tema de la religión y sin entrar en debate político, Educación a la Ciudadanía por qué no”, se preguntó.

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