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Una dulce costumbre solidaria

Muestra de Dulces Conventuales de la hermandad del Calvario. | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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El paladar comienza a disfrutar sin abrir bocado. Una mirada es suficiente para sentir, al menos en la imaginación, cada uno de los sabores. Y no son pocos los que tiene a su alcance el visitante. Es amplio el número de productos, todos artesanales, que a lo largo de varias mesas aparece expuesto. Turrones, yemas de Santa Clara y trufas, por ejemplo, forman parte de un recorrido que, ya a la simple vista, resulta una delicia. La repostería claustral vuelve a cobrar protagonismo en Córdoba con una cita cada vez más consolidada y, desde luego, tradicional. Es la Muestra de Dulces Conventuales que cada año por estas fechas organiza la hermandad del Calvario. Un evento en el período previo a Navidad de pleno arraigo de un tiempo a esta parte en la ciudad y que además supone una atractiva fórmula de obra social. Sobre todo para los que deciden acudir al Palacio Episcopal, en la calle Torrijos, durante unos días. En concreto, desde este lunes hasta el próximo domingo, 11 de diciembre, en que permanecerá abierto el tradicional mercado de la corporación de San Lorenzo.

La Muestra de Dulces Conventuales de la cofradía del Miércoles Santo alcanza este 2016 su décimo segunda edición. Aunque son ocho las que realmente cumple bajo la organización del Calvario, una corporación que considera a éste como uno de sus más destacados eventos anuales. Por encima incluso de su Cruz de Mayo. La diferencia está en el destino de la recaudación de cada una de dichas citas. “La Cruz es un sustento para la hermandad pero esto es una obra social. Siempre tenemos nuestras recogidas de alimentos pero en ese sentido el acto fuerte y ya consolidado es la Muestra de Dulces Conventuales”, expresa Rafael Guerra, hermano mayor del Calvario. “El año pasado hubo conventos de los que no se vendieron todos los dulces, que nos quedamos y dimos a Cáritas”, añade. Porque la aportación es, si cabe la posibilidad, múltiple a quienes requieren de apoyo.

Colaboración necesitan, sin ir más lejos y como la propia iniciativa anuncia, las propias órdenes religiosas. “Tratamos de venderle a los conventos todo el dulce que se les compra, porque están en una situación precaria por falta de subvenciones y, en casos, de hermanas”, indica Rafael Guerra. Ejemplos de ese difícil contexto son en Córdoba el convento de Santa Isabel -conocido como San Pancracio-, cuyas ocupantes fueron trasladadas ante una próxima venta del edificio, o el de Santa Cruz, también en un escenario complicado y que “no tiene las suficientes hermanas como para abastecer el obrador para el público”. Los dos se ausentarán de la muestra este año, en el caso del último después de siete años de presencia. La recaudación también va dirigida a otro organismo. Se trata de Cáritas Parroquial, al que la hermandad del Calvario ayuda a partir de ganancias restantes y según sus necesidades.

En esta edición, la Muestra de Dulces Conventuales de la cofradía radicada en San Lorenzo la conforman once conventos, que presentan a lo largo de una semana sus deliciosos dulces en tan hermoso marco como es el Palacio Episcopal. El paseo por la exposición de venta permite viajar hasta la localidad jiennense de Martos de la mano de la repostería de las Hermanas Trinitarias o hasta la granadina de Baza con la presencia de la Santísima Trinidad. De tierras sevillanas llegan las dulces delicias de Santa Clara de Estepa, de la Purísima Concepción de Marchena, de las Monjas Jerónimas de Constantina y del Convento Concepcionista de Osuna. Mientras, sobre las mesas aparecen los productos artesanales de Santa Ana y San José y de Santa marta de la capital, así como de los conventos erigidos como de Santa Clara en los municipios de Montilla y Belalcázar y del Monasterio de San José de Villaviciosa.

Acerca de los dulces, el hermano mayor del Calvario, Rafael Guerra, recuerda y destaca que “están hechos con primeras materias primas y es notable la diferencia con la repostería comercial”. He ahí lo que hace especial a las joyas gastronómicas que recoge desde este lunes el Palacio Episcopal. La muestra permanecerá abierta hasta el próximo domingo, 11 de diciembre, con un horario que va desde las 10:30 de la mañana hasta la 20:00 de la tarde noche. Este martes, por otro lado, la cita estará amenizada, a partir del mediodía, por el Coro Amigos del Rocío.

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