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Descubriendo en Córdoba a científicos que cambiaron el mundo

Paseo de Jane por Calles de Ciencia | ÁLEX GALLEGOS

Carmen Reina

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A veces, las prisas del día a día y lo habitual del sonido de sus nombres en el callejero cordobés no dejan que habitualmente se repare en los logros de científicos cuyas investigaciones cambiaron el mundo. Por eso, uno de los Paseos de Jane que se celebran este fin de semana en la ciudad, ha querido hacer protagonistas a las Calles de Ciencia.

En Córdoba, un recorrido por el entorno de Conde Vallellano da muestras de reconocimiento en el callejero a distintos médicos y científicos y, sobre cada uno de ellos, ha versado el itinerario guiado por responsables de la Unidad de Cultura Científica de la Universidad. Desde Fleming a Barraquer, desde Marañón a Severo Ochoa, detenerse en el nombre de cada una de estas calles da pie a conocer la importancia de las investigaciones de cada uno de ellos para la sociedad del siglo XX.

El recorrido, seguido por una treintena de personas en la mañana de este sábado, ha comenzado en la vía que lleva el nombre del Doctor Fleming -que estuvo en Córdoba en 1949. Nobel de Medicina por el descubrimiento de la penicilina en 1945, Fleming abrió con ello la puerta a la curación de todas aquellas enfermedades infecciosas que hasta entonces se trataban solo por sus síntomas pero no se combatía como enfermedad.

La aportación fundamental de Fleming -descubierta casi por casualidad en uno de sus cultivos de bacterias que infectó el hongo que sirvió para combatirlas-, ha dado paso a los participantes en este paseo a descubrir a otro científico en la calle que lleva su nombre: Doctor Jiménez Díaz, reconocido como el primer médico intensivista español, que desarrolló la acción médica para estudiar al paciente de manera global.

Jiménez Díaz, junto a otros médicos de principios del siglo XX conformaron la generación de plata de la medicina española, a la vanguardia en los años 20 y 30 a nivel internacional, formados con becas en el extranjero y que desarrollaron en esos años sus investigaciones fundamentales.

Como fue el caso de quien lleva otra calle en Córdoba: Doctor Barraquer, de familia de oftalmólogos que cogió el testigo para llegar a desarrollar la técnica e instrumental para operar la córnea.

El recorrido del Paseo de Jane por las Calles de Ciencia sigue por Doctor Marañón, considerado padre de la endocrinología, cuyas investigaciones tuvieron relevancia internacional. Su carrera, como la del resto de médicos españoles, se truncó en España en la Guerra Civil, casi todos se exiliaron y, ya en 1942, Gregorio Marañón volvió a su país.

No fue el caso de quien da el nombre a la última calle de este recorrido: Severo Ochoa. Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959, que se quedó en Estado Unidos a desarrollar gran parte de su carrera. Sus investigaciones sobre biología molecular y bioquímica, el descubrimiento de enzimas y de la síntesis del ácido ribonucleico, encumbraron a este científico español.

¿Y las científicas? No hay ningún nombre de ellas en el barrio donde se ha realizado este recorrido pero, este domingo, un segundo Paseo de Jane por las Calles de Ciencias, llevará en bicicleta a los participantes hasta el parque tecnológico de Rabanales 21, donde cada vía lleva el nombre de astrónomos y astrónomas.

La temática de estos Paseos de Jane responde a un proyecto de la Unidad de Cultura Científica de la UCO quem bajo el nombre de Calles de Ciencia, propuesto a la ciudadanía que localizara en el callejero las vías que llevan nombres de científicos y científicas, proyecto que sigue abierto. El fin es acercarse a la ciencia desde el día a día y, además, proponer el nombramiento de nuevas calles con nombres de investigadores e investigadoras.

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