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Cordobeses en Florida: esperando a Dorian o cómo afrontar tu tercer huracán en siete años

Dorian visto desde la Estación Espacial Internacional.

Alfonso Alba

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El Atlántico Norte estrena una nueva temporada de huracanes. El calentamiento global agita con fuerza unas aguas que se convierten en auténticos generadores de bombas de viento y lluvia como el que ha fabricado en los últimos días, bautizado con el nombre de Dorian y que amenaza a las Bahamas y a toda la Costa Este de Estados Unidos.

Aunque incluso a Córdoba ciudad han llegado los coletazos de algún huracán (es el caso del famoso Vince que dejó en la capital 80 litros en apenas cuatro horas), los cordobeses no se llegan a acostumbrar a estos fenómenos que siembran a su paso el caos y la destrucción, y que obviamente generan mucho miedo.

En Miami, en el estado de Florida, vive Ana Cobos, una periodista cordobesa que llegó en el año 2012 con un contrato de trabajo de dos años y que lleva ya siete. Ana Cobos presenta el programa de directos de fútbol de Bein Sports para Hispanoamérica. Llegó a Miami con la idea de volver a España pronto y ya tiene dos hijos que son estadounidenses y una vida asentada en uno de los estados donde más notables son los efectos del cambio climático.

PREGUNTA. Imagino que ya eres veterana en esto de los huracanes. ¿Cuál es el peor que habéis pasado? ¿Habéis tenido que ser desalojados otras veces? ¿Habéis sufrido problemas en casa?

RESPUESTA. Dorian es el tercero. Estamos tranquilos porque los últimos informes alejan el cono de proyección del Sur de la Florida, pero sigue siendo imprevisible la trayectoria y además se está fortaleciendo. En el verano de 2017 con Irma decidimos evacuar. El huracán venía directo a Miami y no nos parecía seguro quedarnos en casa con una niña tan pequeña, mi hija Martina apenas tenía año y medio, además las autoridades aconsejaron salir de Miami. Fue una odisea. Cargamos el maletero con agua, comida, algo de ropa, documentos importantes y salimos sin tener muy claro hacia dónde... Terminamos en Atlanta después de 24 horas en el coche con atascos infinitos y cruzando los dedos para encontrar gasolineras donde poder ir llenando el depósito... muy estresante. Las carreteras estaban colapsadas, los hoteles también... Éramos miles de personas evacuando el sur de la Florida. Parecía el fin del mundo.

P. ¿Cómo está viviendo la gente la llegada del huracán, aunque parece que ahora se desvía algo más al Norte?

R. Hay de todo. Gente más previsora y algunos que esperan hasta última hora, aunque por lo general impera el nerviosismo. A media semana en muchos supermercados ya era complicado encontrar agua y aún ni siquiera se conocía la trayectoria del huracán. Desde hace días es común ver colas interminables en las gasolineras para repostar. Impresiona, de verdad.

Dorian es actualmente un huracán de categoría 4, con previsión de que se siga intensificando. El Centro Nacional de Huracanes ya no prevé que impacte contra Florida, sino que recorra su costa hacia el Norte sin tocar tierra. Eso sí, dejará graves inundaciones a su camino, según está previsto.

P. ¿Todo normal por el trabajo, os han dado ya orden de evacuación? Si es así, a dónde os mandan? ¿Afecta al trabajo?

R. El viernes se tomó la decisión de trabajar con normalidad el fin de semana y suspender la producción del lunes hasta próximo aviso. En estos casos se traza un plan B con voluntarios que quieran pasar el huracán en el canal y se les permite que puedan venir con sus familias. Además se facilita comida y colchonetas para dormir. El edificio es fuerte y está preparado para estos casos. Al final es un sitio seguro.

P. ¿Habéis hecho acopio? ¿Qué es en lo primero que habéis pensado?

R. Lo primero que decidimos fue no movernos esta vez. Con dos niños y un perro todo se complica. No queremos exponer a los chicos a lo que ya vivimos hace dos años. Hemos comprado agua, comida y hemos llenado los depósitos de los dos coches por si acaso. El domingo colocaremos los refuerzos en las ventanas y puertas. Nuestra casa es nueva pero no tiene ventanas de impacto y por seguridad se recomienda colocar unas planchas metálicas de aluminio. Estamos tranquilos porque la trayectoria está cambiando hacia el oeste y el impacto no sería directo. Esperamos mucha lluvia y viento.

P. Desde España, ¿os llegan muchos mensajes preocupados?

R. Como es lógico nuestra familia y amigos están preocupados. Las imágenes impactan muchísimo y están tan informados como nosotros de la situación o incluso más. Yo soy muy nerviosa y aprensiva pero trato de darle normalidad para que no se preocupen demasiado en casa. Ya estamos bastante lejos.

P. Miami es quizás el lugar más castigado por el cambio climático. ¿Hay por allí conciencia de que nos estamos cargando el planeta o crees que esto se asume como algo que es normal?

R. En general la gente que lleva toda su vida viendo este tipo de fenómenos no relaciona esto con el cambio climático. De junio a noviembre es temporada de huracanes y normalmente se intensifican las probabilidades de que se forme alguno en estos meses. Para muchos es simplemente algo normal en esta época del año, cuando llega el famoso 'pico estadístico'. Pero la realidad es que todo está relacionado: las temperaturas más altas de los océanos y la subida del nivel de los mares intensifican que se formen estos fenómenos.

P. Llevas poco tiempo allí, pero los más viejos del lugar, ¿qué es lo que os dicen? ¿Que a esto hay que acostumbrarse?

R. Mis compañeros y amigos me dicen que esté tranquila, que tomando las medidas adecuadas y reforzando la casa no hay de qué preocuparse, pero que esté preparada. Vivir un huracán es una experiencia poco agradable. El ruido del viento suele asustar bastante y al tener todas las ventanas completamente tapadas no sabes exactamente qué está pasando fuera. Me aconsejan que tenga a mano tapones para los oídos, sobre todo para los niños porque pueden pasarlo mal. Algunos me han contado su experiencia con Andrew y cómo les afectó. Dos semanas sin agua ni electricidad y daños en sus hogares. Para muchos esto es algo normal y los más confiados te dicen que nunca pasa nada.

P. En estos días de incertidumbre, imagino que lo que más se valora es la solidaridad de la gente ante situaciones difíciles.

R. Por suerte tenemos muchos amigos y conocidos que se han ofrecido a ayudarnos en lo que necesitemos. En el primer huracán que viví aquí nos juntamos varios amigos españoles en casa y compramos un jamón por si acaso... Al final no pasó nada porque el huracán perdió fuerza pero nosotros arrasamos con la pata de jamón.

P. Aparte de los huracanes, ¿recomiendas una visita?

R. Miami es una ciudad espectacular, las playas, Ocean Drive, Key West, Key Biscayne... a mi particularmente me encanta. Desde que soy mamá salgo poco de fiesta pero es una ciudad súper divertida. ¡Aunque te aseguro que cambiaría un mojito en Miami Beach por un buen salmorejo en la Judería!

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