'Ciudad y resiliencia': reconstrucción urbana tras un cataclismo invisible
El profesor titular de la Universidad de Córdoba en el Departamento de Historia del Arte, Arqueología y Música, Pablo Rabasco, ha coordinado la publicación de Ciudad y Resiliencia (Akal, 2020), una obra colectiva que reflexiona sobre cómo la pandemia del Covid-19 debería funcionar de acelerador de un cambio de modelo productivo a nivel global, cuyos efectos van a ser mucho más palpables en ciudades como Córdoba.
Rabasco atiende a este periódico para analizar el libro, concebido para plantear un nuevo escenario desde el que poder transformar las ciudades y los territorios donde desarrollamos nuestras vidas; y, sobre todo, para reflexionar sobre la incapacidad de la ciudad para reflejar las necesidades del ser humano. Una incapacidad expuesta con todo lujo de detalles a partir de la pandemia del Covid-19, una situación “dramática e inesperada” que ha abierto la grieta por la que este grupo de investigadores quiere colar algunas cuantas ideas.
A él, que ha coordinado un total de 13 capítulos que abarcan una panorámica prácticamente integral de todos los temas que afligen a las ciudades importantes, le ha apetecido hablar del concepto de reconstrucción, equiparando los efectos de la pandemia a los que históricamente han provocado fenómenos destructivos a nivel arquitectónico y urbanístico, como cataclismos, guerras o desastres naturales. “Ahora se habla de reconstrucción pero no hay ruinas”, explica Rabasco, que pone varios ejemplos -que amplía el libro- de tensiones propias del confinamiento en núcleos urbanos.
Uno de ellos, recuerda el autor, fue aquel primer día que se permitió la práctica deportiva. Aquellas imágenes de deportistas compartiendo adoquines, ante las que muchos vecinos se escandalizaron, quizá sin reparar en que “no hay ningún parque en cinco kilómetros a la redonda” y en que “la ciudad no es flexible para este tipo de situaciones”.
La ciudad como expresión del adultocentrismo
Otro ejemplo es el del confinamiento infantil. Para Rabasco, la ciudad es una extensión del adultocentrismo de la sociedad, que ha dejado para el final la reapertura de los parques infantiles o los colegios. “Para ver mobiliario urbano en la ciudad para los niños, que son el 35% de la población, te tienes que ir a un parque acotado por barras”, recalca el profesor, que aclara que esta situación, de nuevo, “viene de mucho antes”.
“La ciudad está hecha para adultos y ahora se están pensando muchas cosas. Por lo tanto, hemos querido acudir a quien lleva mucho tiempo denunciando esto para que, en vez de que esto se tome como un espacio de resistencia, se tome como una espacio de transformación”, advierte sobre una obra que aborda cuestiones como la agroecología; la energía sostenible a partir de empresas municipales; las cooperativas de vivienda... “Vivir de otra manera en espacios comunes que hagan todo más accesible”, resume el editor, que también pone la lupa sobre otra cuestión muy significativa: la pandemia también ha ido por barrios.
Para ello, recuerda la imagen que se ha dado en los medios de comunicación del confinamiento en zonas como Palmeras, Moreras o las 3.000 viviendas, en Sevilla, hablando de problemas de orden público para describir el desalojo de plazas que, ya antes de la pandemia, eran un lugar de confinamiento para los habitantes de estas zonas, que rara vez abandonan los barrios.
Todo ello, rememora, el mismo día en que las salidas de la capital de España se llenaban de coches conducidos por personas que viajaban a segundas residencias y a las que se les pedía desde los medios precaución, con modales muchos más suaves que los que se exponían para hablar de los barrios periféricos.
“En esos barrios hay tensiones durante todo el año. Son barrios marcados por la pobreza y por otros problemas, como el consumo de droga. Pero es que los puntos de venta de drogas de estos barrios los han frecuentado precisamente los vecinos del centro”, apunta Rabasco, que apostilla que en el libro se ha optado por confrontar estos episodios con el caso de las villas de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, para centrarse también en cómo los propios barrios se han autorganizado en momentos en los que no tenían ningún tipo de ayuda.
“La vivienda turística no tiene carácter compensatorio, sino que genera dependencia”
Ahora son otras zonas las que piden ayuda. Las zonas turísticas que no tienen sustento para seguir engordando la gallina de los huevos de oro, afrontan con incertidumbre una situación de la que muchos venía advirtiendo, entre ellos Rabasco, y que, a pesar de la evidencia, parece no querer superarse. “Volver al modelo anterior es el discurso del capital”, aclara el investigador, que defiende que eso sería “un error garrafal”.
“Está claro que no se sostiene. Córdoba es una de las ciudades más visitadas de toda Europa y somos la segunda ciudad con mayor tasa de desempleo de toda Europa. Ese modelo no sirve”, reflexiona, al tiempo que pone como ejemplo las moratorias para las viviendas turísticas aplicadas en grandes capitales como Amsterdam y París, y explica por qué no tienen sentido en Córdoba.
“En Córdoba, la vivienda turística no tiene carácter compensatorio, sino que genera dependencia. Es decir, a diferencia de otros países, en los que la vivienda turística es un recurso económico extra, en Córdoba, con las tasas de desempleo tan brutales, la gente ve una oportunidad de subsistencia en irse de su casa para alquilársela a turistas. Y no hay que culpabilizar a nadie. Pero es un modelo que se apoya en la desesperación, que no es comparable al de ciudades como Amsterdam o París”, manifiesta Rabasco.
A Córdoba le viene bien que cambie el modelo, porque está abajo
En este ámbito, adelanta que, en los próximos meses, se va a dar un fenómeno curioso: va a haber muchas viviendas turísticas que no van a ser ocupadas ni por turistas ni por vecinos porque están pensados para estancias cortas, se han reformado como hoteles, y devolverlas para alquiler de larga duración requiere una inversión que nadie está dispuesto a pagar.
Así que, según el libro coordinado por Rabasco, toca repensar lo que queremos que sea la ciudad de los títulos de patrimonio mundial y de la mayor tasa de paro, en disputa eterna con Cádiz. “Con este modelo de gente que hace camas y sirve bocadillos solo podemos llegar al 30% de desempleo. A nosotros nos viene bien que cambie el modelo. Porque estamos abajo. Todo lo más que puede pasar es que llegue otro distinto que nos permita desarrollar algún tipo de industria”, sentencia.
Lo dice en pleno casco histórico, en una calle que poco a poco ha vuelto a la normalidad precovid-19, y que se comporta de nuevo como si nada hubiera ocurrido. Entonces cuela el último gol: “Es normal que la gente haya vuelto a comportarse igual. La ciudad es la misma. La ciudad nos obliga a esto”.
'Ciudad y Resiliencia' se puede adquirir en versión digital en el siguiente enlace: https://www.akal.com/libro/ciudad-y-resiliencia_51245/edicion/ebook-57326/https://www.akal.com/libro/ciudad-y-resiliencia_51245/edicion/ebook-57326/
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