El cerebro de los EREs falsos debutó negociando uno en Fuente Obejuna
Según el auto de la juez Mercedes Alaya, Juan Lanzas fletó un autobús para llevar a todos los trabajadores del matadero a firmar un contrato simulado en otra empresa y llevarse un 29% de comisión
Juan Lanzas es considerado por la juez sevillana Mercedes Alaya como el cerebro y el creador del “modus operandi” del “entramado” de los EREs falsos, según consta en el auto judicial de la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla al que ha tenido acceso este periódico. Lanzas mediaba entre las empresas en suspensión de pagos y la Junta de Andalucía. El Gobierno andaluz, a través de un fondo de dinero público, financiaba los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) de las empresas en apuros. Según la juez, Lanzas mediaba entre la Junta y estas empresas, imponía en la intermediación a la consultora Vitalia (sin concurso público) y se llevaba jugosas comisiones, que repartía con socios de Vitalia y con el ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero, hoy encarcelado. Lanzas también está en la cárcel por orden de la juez.
Según el auto, al que ha tenido acceso este periódico, el primer ERE en el que medió Juan Lanzas fue el que en 1998 concluyó con el cierre del matadero de Fuente Obejuna. Entonces, Juan Lanzas era secretario general de la Federación de Alimentos de UGT Andalucía, cargo que abandonaría cuatro años después, en 2002. Según la juez, Juan Lanzas interviene “en la negociación” de este ERE “para conseguir financiación junto al que él llamaba su equipo, Estudios Jurídicos Villasís y la mediadora Vitalia”. “Se concedieron tres ayudas: una de 1,9 millones de euros, otra de 450.000 y otra de 120.000, y se suscribieron cuatro pólizas con un sobrecoste de 574.874 euros, con un 29% de comisión en alguna de ellas”, agrega la juez Alaya, que insiste en que todo se hizo “con la ayuda de Lanzas y el consentimiento de la administración”.
“Se daba la circunstancia de que los beneficiarios de la póliza 455/2 [los más de 100 trabajadores del Matadero de Fuente Obejuna que acabaron perdiendo su trabajo pero acogidos a este ERE] habían dejado transcurrir más de 90 días desde que se les extinguió su prestación por desempleo por lo que no podían pedir el convenio especial con la Seguridad Social” y, por tanto, acogerse al ERE. Es decir, durante la negociación había transcurrido más tiempo del previsto y los 100 trabajadores, al encasquillarse el diálogo, se quedaban fuera del ERE. Pero la juez detalla el papel fundamental de Juan Lanzas para evitarlo. “Ante ello, Juan Lanzas pidió a un conocido, J. J. V. cuya hija era la administradora de la empresa Técnicas Agrícolas Ecológicas e Integrales, para que diera de alta a todos los trabajadores de esta póliza. Por decisión de Lanzas, los montaron a todos en un autobús y se les hizo en la mencionada empresa los contratos simulados”. Los 100 trabajadores del Matadero de Fuente Obejuna estuvieron dados de alta sin trabajar en esta empresa entre 16 y 21 días.
Después de esta jugada, la juez detalla como “como agradecimiento” Juan Lanzas “presuntamente introdujo” a cuatro intrusos en el ERE del matadero de Fuente Obejuna. La primera era la hija del amigo al que pidió el favor de que diese de alta a los trabajadores de forma simulada, y la segunda la pareja también de su amigo. El tercer instruso fue un vecino de la localidad jienense de Albánchez de Mágina donde vive Juan Lanzas “y trabajador de la antigua Hamsa”, la empresa en la que Lanzas realizó “complejas negociaciones”. “Su inclusión en este expediente obedece al interés personal del señor Lanzas”, asegura la juez. En este pueblo jiennense vivía Lanzas el día en que lo detuvieron. En su casa, la Guardia Civil grabó un vídeo que ha dado la vuelta al mundo de cómo el ex sindicalista guardaba bajo su cama más de 90.000 euros en efectivo.
El cuarto intruso en el ERE del matadero de Fuente Obejuna es, según la juez Alaya, la esposa del presidente de la “asociación de trabajadores” del matadero de Fuente Obejuna que se formó. Su inclusión “estaría en consonancia con la de esposas de sindicalistas anteriores”, agrega la juez en su auto.
El matadero de Fuente Obejuna comenzó a funcionar en 1976 y alcanzó su máximo apogeo cuando estuvo gestionado por la firma Carnes Estellés, que también se hizo cargo de Iccosa, un matadero localizado en Córdoba detrás de las polémicas naves de Colecor, hoy propiedad del Ayuntamiento de Córdoba tras su embargo a Arenal 2000. En el matadero de Fuente Obejuna llegaron a sacrificarse hasta 2.500 cerdos al día. Esta empresa abandonó la actividad en 1990, fecha en la que los trabajadores constituyeron la sociedad anónima laboral Mafusal, que se hizo cargo de las instalaciones entre 1990 y 1998.
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