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¿Por qué están tan cabreados los agricultores?

Olivareros de Jaén forcejeando este jueves con la Guardia Civil | JORDI VIDAL

Alfonso Alba

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Este jueves, la provincia de Jaén ha estado totalmente colapsada. Todos sus accesos, desde todas sus carreteras, han estado cortados completamente al tráfico durante una protesta inaudita y protagonizada por sus agricultores, especialmente los olivareros, que representan a casi el 90% del sector. A los cortes de tráfico se sumaron, de manera individual, varios olivareros y agricultores cordobeses. En Córdoba también se han convocado protestas y hasta una huelga general en el campo entre el 13 y el 14 de febrero. Pero, ¿por qué están tan cabreados los agricultores? La respuesta es compleja y, desde luego, no es homogénea.

Por primera vez en mucho tiempo también se han unido las cuatro organizaciones agrarias: Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias. De momento, no se han sumado los sindicatos, pero sí que las protestas cuentan con el apoyo del PP o de Izquierda Unida, algo que explica que las movilizaciones tengan un gran respaldo y que los motivos sean mucho más complejos y heterogéneos que una simple “crisis de precios”. El problema va más allá y encaja, además, con el abandono del mundo rural por una falta de rentabilidad. Y es este abandono el que provoca precisamente la crisis demográfica que está vaciando muchos pueblos.

La tabla reivindicativa

Los precios que se pagan en origen están hundidos. Los agricultores denuncian que llevan años vendiendo a pérdidas y que la situación, como es lógico, es insostenible. El Gobierno, por su parte, argumenta que no puede regular los precios que se pagan. Y el problema, por elevación, toca sobre el corazón de la Unión Europea, que ya está lidiando con protestas similares de los agricultores de Francia y Holanda, que llevan meses protagonizando protestas cada vez más intensas.

“Los actuales precios ruinosos sin justificación deben ser cuestión de Estado”, reclaman los agricultores cordobeses, que exigen la creación de “una mesa interministerial para solucionar el problema”.

https://cordopolis.es/2019/02/07/los-precios-en-origen-se-hunden-y-arruinan-al-campo-cordobes/

Aunque el Gobierno insiste en que poco puede hacer para regular los precios, los agricultores sí que ven varias opciones. Una, “acabar con la venta a pérdidas” y con “el uso de productos agrarios” como “reclamo”. Muchos ven con frustración cómo hay grandes superficies que ofertan productos agrarios a precios irrisorios con el objetivo de atraer a consumidores. “Exigimos una regulación para ello de las administraciones competentes”, detallan. De hecho, también solicitan que la Comisión de la Competencia inicie una “investigación de oficio” para ver qué es lo que está pasando con los precios en España.

Más allá de los precios, los agricultores cordobeses denuncian que los aranceles que ha impuesto Estados Unidos a España también están arruinando el campo. Así, sostienen que “no somos culpables de lo que hacen otros sectores” y que si Europa ha sido sancionada por Estados Unidos al subvencionar a Airbus “los aranceles sean para los aviones y no para los agricultores”.

Dignificar al sector

El campo también se ve como una víctima, como un sector al que últimamente se le culpa de todo. Los agricultores sostienen que son víctimas del cambio climático. De hecho, insisten, en muchos casos son las principales víctimas, ya que ven cómo está cambiando el ciclo de la agricultura, cómo tienen que invertir grandes cantidades de dinero para prepararse y cómo, a pesar de ello, en muchos casos las cosechas se arruinan. Ante ello, ven cómo en las diferentes cumbres contra el clima se acusa a la agricultura y a la ganadería de ser responsable del cambio climático.

“Proporcionamos alimentos sanos y de calidad a toda la sociedad, garantizamos de supervivencia de un mundo rural, contribuimos de forma decisiva a la sostenibilidad y mitigamos el cambio climático al ser sumideros netos de CO2”, sostienen.

La España vaciada

Si el campo se resfría, los pueblos se vacían. La falta de oportunidades en el medio rural es la principal causa del abandono de muchos pueblos, que sufren una crisis demográfica sin precedentes. Ante ello, los agricultores reclaman que las administraciones ayuden a hacer una “apuesta por el relevo generacional”. Para ello, la agricultura tiene que ser “rentable” y así fijar “población para mantener el medio rural y proteger el medioambiente”.

Además, reclaman un “incremento de los regadíos” para “tener una agricultura más competitiva”. Es una antigua reclamación del sector en Córdoba. Ahora, denuncian que se han perdido 280 hectómetros cúbicos en la provincia. También reclaman que se garantice el agua para los ganaderos, que en Los Pedroches sufren una crisis también sin precedentes.

La comercialización

Por otra parte, los agricultores reclaman una apuesta firme por mejorar la “comercialización” y la promoción “del consumo de nuestras producciones”. El objetivo pasaría por un fomento del consumo de productos de cercanía y también del movimiento cooperativo en el sector de la distribución. También reclaman una “mejora de la Ley de la Cadena Alimentaria” y “acuerdos comerciales justos” de la Unión Europea.

Los terceros países

En este punto, los agricultores aseguran que hay una competencia deseleal con otros países del entorno en los que Europa compra más barato y hace que se desplomen los precios. Así, reclaman “igualdad de condiciones laborales y de uso de productos fitosanitarios con las producciones de terceros países”, con “controles rigurosos en las fronteras”.

El aceite de oliva

La protesta suma a todo el campo pero ha estallado por la grave crisis de precios del aceite de oliva. Aquí, los agricultores reclaman “no más engaños” con una “revisión completa del sistema de almacenamiento privado, con un presupuesto garantizado y transparente, para tener precios dignos”.

Además, llaman a “perseguir” la “banalización” del aceite y su “uso como producto reclamo” en las grandes cadenas comerciales, además de “medidas de apoyo” al olivar “con mayores dificultades”, como es el menos rentable pero más sostenible, el que se localiza en las sierras.

La respuesta del Gobierno

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha asegurado este jueves que España “está insistiendo cerca de la Comisión Europea” para que exista un “control efectivo” de los reglamentos comunitarios en cuanto a la entrada de productos hortofrutícolas de terceros países de modo que, entre otros aspectos, “se vigilen efectivamente” los precios de referencia.

Así lo ha indicado el ministro en declaraciones a los periodistas ante las protestas del sector agrario de los pasados días, la última de ellas este mismo jueves en Jaén, por la crisis de precios que se da en el sector primario y que, en el caso de las frutas y hortalizas, se ha declarado “estructural” por parte de las organizaciones de productores.

Durante una visita a una finca de Níjar (Almería), Planas ha reconocido que el país exporta “más de la mitad” de sus productos del sector agroalimentario y, por lo tanto, debe “abrir nuevos mercados”, si bien también ha considerado que es precios que la normativa comunitaria se cumpla “de manera estricta” en cuanto al etiquetado de productos y el cumplimiento de reglas fitosanitarias.

“España está insistiendo cerca de la Comisión Europea para que lo haga sobre todo en el sector de frutas y hortalizas, particularmente, y en el conjunto de los sectores”, ha afirmado el ministro, quien también se ha referido a la necesidad de que los precios de referencia de entrada de producto, como es el caso del tomate procedente de países extracomunitarios, se cumplan.

En el mismo sentido, ha señalado que “de vez en cuando” es necesario recordar a la Comisión la aplicación de las normas para que lleguen a los estados miembro que tienen que ponerlas en marcha ya que a través de las diferentes fronteras se reciben esos productos. “Creo que de esa forma, quien exporte a España lo hará en plenitud de legalidad y nosotros también, lógicamente, tenemos que defender nuestra provisión en otros mercados”, ha dicho.

En relación a las manifestaciones realizadas en los últimos días en lugares como Don Benito (Badajoz) o Almería, Planas ha reconocido la “preocupación” de los productores por los precios, cuya situación es “complicada” y deriva de otros “muchos factores” como la “climatología” o la “situación del mercado”.

“Tenemos que ser capaces de estructurar, de mejorar la organización del sector para conseguir efectivamente que la estructuración de la oferta a través también de las cooperativas agroalimentarias, de las organizaciones profesionales de frutas y hortalizas y también de las interprofesionales, puedan mejorar”, ha opinado a tenor de este asunto.

Junto a estos problemas, Planas ha identificado otros “factores de incertidumbre” que acompañan a la crisis de precios, entre los que ha apuntado la negociación de la nueva PAC que se debatirá el 20 de febrero en Bruselas, a donde viajará el presidente del Gobierno; los aranceles impuestos por Estados Unidos y la aplicación del Brexit a partir de enero de próximo año una vez se cumpla la moratoria.

“Ante esa preocupación solo se responde con esfuerzo, trabajo conjunto, diálogo y racionalidad”, ha dicho el ministro, quien ha repasado la agenda de reuniones que mantuvo la primera semana como ministro para escenificar la necesidad de “trabajar todos juntos” para “sacar adelante” la agricultura, que es “uno de los grandes activos de España”. “Creo que el futuro es brillante, pero para esto tenemos que remar todos en la misma dirección”, ha apostillado.

De otro lado, Planas se ha vuelto a referir a la aplicación de salario mínimo interprofesional (SMI) en el sector. “Somos uno de los 12 países más ricos del mundo y estamos en octavo lugar en la UE en cuanto importe del salario mínimo interprofesional, con lo que esto no es el problema”, ha manifestado.

Para el responsable estatal de Agricultura, la aplicación de SMI es “perfectamente asumible” por lo que ha animado a la patronal y a los representantes de los empleados a “llegar a un acuerdo” para dar “la misma dignidad” al trabajador del campo que al del sector servicios en lugares como Almería, donde el convenio colectivo vigente concluyó en 2015 y está pendiente de actualización.

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