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Belén, una ciudad cofrade

Belén de la hermandad de la Esperanza | ÁLEX GALLEGOS

José Prieto

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Si la cita en las casas de hermandad para sacar papeleta de sitio o las mudás de los pasos a las iglesias son signo de que la Semana Santa está cercana, el Belén en las hermandades es síntoma inequívoco de que llega la Navidad. Y es que si el alumbrado de las calles y el exorno de tiendas anuncian que llegan las fiestas del Nacimiento de Jesucristo de una manera pagana y comercial, la apertura de Belenes en las sedes sociales de las cofradías o los templos advierten con un sentido pleno, religioso, de que el Salvador ya viene.

Este año son más de una docena de hermandades las que han instalado Belén, una ciudad que las corporaciones de penitencia y gloria interpretan a escala y a la que cada una da una imagen consiguiendo ambientes tan dispares como el del molino de aceite en el que nace el Niño Jesús en la hermandad de la Esperanza al pueblo nórdico que se aprecia en la cofradía de Jesús Nazareno. En ningún caso faltan la Virgen María, San José y el Niño, los protagonistas claros e insustituibles, así como los Reyes Magos y otras escenas de libre interpretación.

Algunas hermandades aprovechan para participar en el concurso que convocan la Fundación Cajasur y la Asociación Belenista de Córdoba, aunque otras lo instalan por sumar a la tradición y festejar de una de las mejores maneras la llegada del Señor al que veneran en diversas advocaciones. En el entorno de Capuchinos hay tres Nacimientos. En la iglesia del Santo Ángel está el diorama del Redil Eucarístico de la Divina Pastora; en Carbonell y Morand número 16 ha puesto su Belén la hermandad del Císter, y en la casa de hermandad que tiene en el Bailío lo ha instalado la Paz. Para algunas cofradías, como la del Miércoles Santo, participar en el concurso es algo nuevo, y han comenzado haciéndolo con una gruta en la que se refugia la Virgen María para dar a luz con una pastora que hace de matrona. Por la roca cae agua a modo de manantial y por una oquedad, al fondo, se aprecian el mar y la luna.

Su creador es José Manuel Moreno, quien también ha instalado el Belén de la hermandad de Jesús Nazareno en la calle del mismo nombre. En este caso concursa a nombre del autor y es de mayores dimensiones que el anterior. Allí se puede ver un pueblo de tipo nórdico con tejados de madera, en el que hay escenas de la vida cotidiana de la población. De esta manera, se ven un lavadero, un pastor con ovejas, dos ancianas conversando... y al fondo de una de las calles viene la cabalgata de los Reyes Magos. Este Belén tiene efectos de luz que reproducen el día, la noche, el amanecer y el atardecer.

En la misma zona está el diorama de la hermandad de las Angustias, en el interior de San Agustín, y muy cerca, junto a San Lorenzo, el Nacimiento del Prendimiento en el santuario de María Auxiliadora y el de la hermandad de la Esperanza (en Escañuela, 10), que si bien no entra en concurso, vuelve a exponerse después de cuatro años sin hacerlo y ser siempre uno de los más visitados. Si antes era el veterano belenista Rafael Ventosa quien se encargaba de montar uno de los belenes más premiados de la ciudad, este año ha sido una discípula suya, Lola Cuadrado, la que lo ha creado siguiendo las claves aprendidas de su maestro. Así, este Belén sigue la trayectoria de siempre aunque este año se puede ver una escena rural con la Adoración  de los Reyes Magos al Niño Jesús en una almazara. Al otro lado de la escena, se ven casas, y la parte central está ocupada por el campo.

El Belén de la Esperanza tiene casi medio centenar de figuras de tres autores distintos, si bien el misterio y los Reyes son de Joaquín Pérez y otras son de José Ángel Oviedo. Subiendo por Santa María de Gracia y el Realejo se llega a San Pablo. Allí, en la hermandad de la Expiración hay otro Belén que ya es un clásico en las visitas de los aficionados por estas maquetas de la ciudad donde nació Jesucristo. Javier Moyano vuelve a ser el encargado de presentarse a concurso con el Nacimiento en esta cofradía. Este año con una escena predominante como la Adoración de los Reyes, aunque tiene muchos detalles, como un vendedor con diferentes verduras muy llamativo, niños jugando detrás de una fuente con tablas para lavar y un pueblo al fondo que se ilumina de noche como lo hacen con antorchas las calles de la ciudad en las que Moyano ha querido sumergir a los visitantes. Los autores de las figuras son principalmente los mismos de las que se pueden ver en la Esperanza.

Céntricos y en barrios

Desde San Pablo está la opción de ir hacia la calle San Fernando para contemplar en San Francisco el Belén de la hermandad del Huerto o seguir hacia la zona del Bulevar para ver en Menéndez Pelayo el de la hermandad de la Sentencia, que este año no es de estilo napolitano como otras veces. En sus respectivas parroquias están los belenes de la hermandad del Tránsito, en San Basilio, y de la Agonía, que colabora con la parroquia de Santa Victoria, que es la que en realidad se presenta a concurso. Si en otros belenes la presencia del agua se reduce a fuentes, en el caso de la iglesia del Naranjo hay un río, algo que siempre se agradece porque da vida y realismo a estas construcciones en miniatura, con la que también cuenta en un estilo más sencillo y familiar la hermandad del Resucitado en su casa de hermandad en Alarcón López. Si bien, el misterio de la Natividad también lo muestra a tamaño real esta hermandad en el altar mayor de Santa Marina con la antigua Virgen de la Alegría, San José y el Niño Jesús.

Y aunque no pertenece a una hermandad, no deja de ser muy cofrade el Belén instalado en la iglesia del Juramento de San Rafael, pues lo ha realizado el bordador Francisco Pérez Artés a beneficio de la Fundación Bangassou. Todo está hecho por Pérez Artés como las columnas que reproducen unas de madera policromada y estofada formando un templete bajo el que está el Misterio, o los azulejos pintados a mano por un alfarero que lo distinguen de otros belenes en que la azulejería está hecha de papel de colores. En este Belén hay dos partes diferenciadas: una plaza inspirada en construcciones egipcias de época ya cristiana donde está el Nacimiento y, otra, una escena de naturaleza con un desfiladero entre rocas por la que viene un hombre a camello, están junto a la fuente otro hombre y una mujer con tinajas con agua y también se ve un pastor con ovejas y cargado de calabazas que conecta con la escena de los Reyes con su mirada.

Horarios

Las figuras de este Belén están hechas por Enrique Villagrasa, autor que por primera vez se expone en Córdoba. Junto al Niño Jesús hay muchos pajaritos, desde jilgueros a canarios pasando por gorriones y los Reyes están vestidos conforme a su procedencia: europea, asiática y africana. Además, en la plaza hay una escena de un ceramista con platos, lámparas y jarrones decorados. Todo en este y otros belenes que merecen la pena ser vistos está hecho de manera artesanal, un aliciente para ir a verlos y contemplar cientos de detalles. Uno de esos detalles, muy importante, en el Belén del Juramento es que hay una hucha para recaudar fondos para la Fundación Bangassou con la que el obispo cordobés Juan José Aguirre ayuda a los más desfavorecidos de esta zona de la República Centroafricana.

Entre semana y los sábados, los belenes se pueden visitar por la tarde, mientras que los domingos y festivos el horario suele ser matinal. Así, y según la información facilitada por la Fundación Cajasur, en el caso de la Paz el horario es de 11:00 a 13:00 y de 18:00 a 21:00; el Císter abre de 18:00 a 21:00 entre el lunes y el sábado, y los domingos de 12:00 a 14:00; el Huerto de 18:00 a 20:30 todos los días; la Sentencia de 18:00 a 21:00 todos los días y los sábados, domingos y festivos, además, de 12:00 a 14:00. El de la parroquia de Santa Victoria, en el que colabora la Agonía, se visita de 19:00 a 21:00; la Fundación Bangassou de martes a domingo de 10:00 a 13:30 y de 17:00 a 20:00; la hermandad del Tránsito lo abre de 18:30 a 20:00 de lunes a sábados, y los domingos de 12:00 a 14:00; la Expiración lo expone de 19:00 a 21:00 todos los días menos el domingo y los festivos, que es de 12:00 a 14:00; y el del Nazareno de 18:00 a 20:00 entre semana y de 12:00 a 14:00 los domingos. Las Angustias abre de 19:00 a 21:00 menos los domingos y festivos que es de 12:00 a 14:00; el Prendimiento de 18:30 a 20:30 y los domingos y festivos de 11:00 a 13:30. Por su parte, en la Esperanza se puede ver el Belén de 18:00 a 21:00 de lunes a sábado, y el domingo de 12:00 a 14:00; y en el Redil de la Divina Pastora de 8:00 a 10:30 y de 18:30 a 19:30 de lunes a sábado y los domingos de 8:00 a 13:00.

Hasta el día de Reyes estarán abiertos permitiendo a los cordobeses y quienes visiten la ciudad en estas fiestas contemplar verdaderas obras de arte en algunos casos que tienen una permanencia efímera, pues el año que viene se presentarán con otras formas y escenas con la intención de sorprender y agradar al público que en el Adviento y la Navidad tiene en los belenes cofrades de la capital una cita ineludible.

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