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Fray Ricardo, el creador siempre dispuesto a ayudar

Fray Ricardo, en el centro, en una bendición del Císter en 2016 | ÁLVARO CARMONA

José Prieto

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Córdoba ha despedido con mucha tristeza en la mañana de este sábado de mayo a uno de sus hijos que lo dio todo por las cofradías de su ciudad y las de otros tantos lugares para las que creó con su lápiz como diseñador, con sus manos como vestidor o con su palabra como predicador. La vida de Fray Ricardo ha estado ligada a la de tantas corporaciones cordobesas y de otros puntos de Andalucía como lo demuestra que tras su muerte hayan llegado mensajes de dolor y de esperanza en la Gloria de Dios de multitud de cofradías a las que de alguna forma estuvo ligado el capuchino.

Se ha marchado una persona clave en la configuración actual de la Semana Santa de Córdoba y que ha dejado un gran legado artístico en su ciudad y otras localidades de Andalucía. Su mayor obra es, sin duda, la creación, junto a otros hermanos, de la cofradía de la Sangre, el Císter, corporación también ideada artísticamente por Fray Ricardo, pero hay mucho más. En Córdoba estuvo también en la creación de la Sagrada Cena y pueden verse muchas otras obras que salieron de su imaginación como el palio y el manto de la Virgen del Rosario de la Expiración, el palio de la Virgen de la Merced, el de la Encarnación o el del Buen Fin del Descendimiento, para la que ha dejado diseñado un manto. Además, el inacabado palio de la Virgen de la Palma o los antiguos de la Virgen de la Trinidad y de la Paz son también suyos.

Eso por citar quizá lo de más envergadura, pero creó para muchas más hermandades cordobesas de la capital y la provincia numerosas piezas del ajuar de Cristos y Dolorosas o elementos de los cortejos procesionales, y en otras provincias andaluzas también ha dejado su inconfundible sello a la hora de dibujar. Por citar solo algunas de sus obras, en Cádiz pueden verse el palio de la Virgen del Rosario Doloroso de la capital o el Simpecado de la Esperanza de la Yedra de Jerez, y en la provincia de Sevilla quedan una saya de la Pastora de Capuchinos o una toca de sobremanto para la Virgen de Regla de los Panaderos, entre otras. También en Granada hay obras suyas como un manto y saya para la Virgen de la Amargura. Y así se podrían enumerar decenas de diseños suyos pues de su mano salieron muchos dibujos del patrimonio de las hermandades hasta dejar un legado amplísimo.

Aunque no solo se quedó ahí su relación con las cofradías. Además de creador fue impulsor y animador en las hermandades. En Córdoba ha sido el vestidor de varias Vírgenes durante muchos años y ha contribuido a la llegada a la ciudad de algunas de ellas o de imágenes del Señor como el del Silencio, que vino desde Cádiz y es la única obra de Ortega Bru que existe en la Semana Santa cordobesa. Fray Ricardo es también responsable de la llegada de la Virgen del Buen Fin y, como recordaba la hermandad del Santo Sepulcro en su página web, de la advocación de Desconsuelo para su titular mariana, que salió de las gubias de Álvarez Duarte por mediación del fraile capuchino, que conoció al imaginero sevillano como a otros grandes artesanos cofrades de aquella ciudad como Buiza cuando estudiaba y que puso en contacto con las cofradías cordobesas que cuentan con imágenes y patrimonio de importantes artistas gracias a él. Asimismo, le deben la recuperación de la Virgen de Gracia y Amparo en la hermandad de la Sentencia como le agradecían por redes sociales los hermanos de San Nicolás tras su fallecimiento.

Pero Fray Ricardo, ante todo, era sacerdote y capuchino. Y por ello predicó a decenas y decenas de imágenes sagradas. Por citar algunas de especial importancia, lo hizo ocho veces a la Esperanza Macarena de Sevilla, como también tres veces a la Esperanza del barrio de Triana, a cuya hermandad del Rocío igualmente predicó. En Sevilla se ha sentido mucho su fallecimiento, como en otros tantos lugares. Allí fue director espiritual de Montesión y tutor franciscano de la hermandad de los Negritos, que este viernes colocaba un crespón negro en el frontal del paso en el que la Virgen de los Ángeles iba a la Catedral hispalense para ser coronada. Algunas de estas hermandades sevillanas han enviado coronas de flores hasta Córdoba.

Estuvo en los conventos de Capuchinos de Córdoba, Sevilla y Jerez y en su ciudad revitalizó precisamente el Redil Eucarístico de la Divina Pastora. Su nueva andadura es fruto entre otros de Fray Ricardo, quien además era Cofrade Ejemplar y fue pregonero de la Semana Santa de Córdoba. Siempre dado a las cofradías, que marcaron su vida como él marco la de muchas de ellas desde su generosidad, como recuerda el exhermano mayor del Císter Alfonso Muñoz, quien lo conoció bien y lo define como “un genio” que era “generoso y espléndido” que deja “un hueco grande”. Para despedirlo este sábado, su Reina de los Ángeles se vistió de luto en Capuchinos, iglesia donde se ha podido firmar en un libro de condolencias abierto por la hermandad que él fundó. El templo se quedó pequeño para acoger a los cientos de personas que fueron al funeral, muchas de las cuales tuvieron que quedarse en la plaza.

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