Al banquillo el director de un banco por estafar a grandes clientes
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba sentará en el banquillo de los acusados a A. R. A., un antiguo director de un banco en Córdoba, al que la Fiscalía Provincial acusa de ser el autor de un presunto delito de estafa, al quedarse con el dinero de grandes clientes de la entidad. El hombre será juzgado en cuatro días, antes y después de Semana Santa, en la Ciudad de la Justicia de Córdoba. La Fiscalía pide para él una pena de cinco años de cárcel y una multa de 20 meses con el pago de 30 euros al día.
Según consta en el escrito de acusación de la Fiscalía Provincial, este hombre fue nombrado responsable de grandes cuentas de su entidad bancaria, cuyo nombre no ha trascendido, en mayo de 2005. Este banquero asesoraba a los grandes clientes que esta entidad tenía en Córdoba sobre las operaciones financieras que tenían que hacer y sobre la gestión de sus fondos. Así, y según la Fiscalía, este hombre se ganó la confianza de estos clientes.
Siempre según la Fiscalía, el hombre comenzó a distraer importantes sumas de dinero de las cuentas bancarias de estos grandes clientes “con el objetivo de enriquecerse”. A los clientes les aseguraba que se trataba de avales para garantizar determinabas operaciones que firmaban.
Así constan al menos tres apropiaciones indebidas, según el escrito de acusación. El primero se produjo en enero de 2007 cuando el procesado intervendría en la gestión de un pago de hasta 600.000 euros de una importante constructora de la ciudad. El mismo diseñó un trámite de avales manuscrito, según consta en el informe, y finalmente acabó quedándose con 25.000 euros por una supuesta comisión.
La segunda ocurrió en octubre de 2007, cuando el procesado intervino en el pago anual de un alquiler de un importante cliente. El alquiler sumaba más de 50.000 euros y acabó desviando para su beneficio más de 2.500 euros en concepto de aval, que finalmente no devolvió.
La tercera operación sucedió entre marzo de 2006 y enero de 2008. Según el escrito, el acusado intervino en la venta de varias viviendas de la ciudad. Entonces, firmó un préstamo y un aval. En este caso, en lugar de esperar a que caducara el aval firmó prórrogas y en tres ocasiones transfirió el dinero a sus cuentas: 21.840 euros, 25.200 euros y 28.350 euros, respectivamente.
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