El Arca de Noé alerta sobre el peligro de que los gatos del Templo Romano no sobrevivan

La asociación animalista El Arca de Noé alerta sobre la supervivencia de la decena de gatos que vive en el entorno del Templo Romano de la calle Capitulares. Este emplazamiento va a ser remodelado en profundidad para hacerse visitable en los próximos meses. “Los productos químicos que se van a emplear en los mencionados trabajos, por su gran toxicidad, conllevan un altísimo riesgo para los felinos que allí habitan, los cuales morirán si permanecen allí durante el periodo de intervención”, advierte la protectora.

El Arca de Noé demanda al Ayuntamiento que actúe para proteger a los animales afectados. “Los ciudadanos han pedido en los últimos días con gran insistencia a las protectoras de animales de la ciudad que intervengamos para exigir el trato digno y la protección que merecen estos gatos. La inmensa mayoría de los ciudadanos simpatiza con esta colonia felina, la siente parte del entorno, de la ciudad y del paisaje urbano”, insiste la asociación.

Para El Arca de Noé, “casi nadie aprueba la solución que propone el Ayuntamiento, que es la retirada de todos los gatos por parte de la empresa municipal SADECO y su traslado a las instalaciones del CECA (la perrera municipal), donde las posibilidades de sobrevivir o ser adoptados son prácticamente nulas”.

Frente a ello, El Arca de Noé de Córdoba ofrece una solución alternativa al Ayuntamiento: hacerse cargo del mantenimiento de los gatos los meses que duren las obras “en unas instalaciones adecuadas, mejorando su estado de salud y esterilizándolos”. Una vez finalizados los trabajos, El Arca de Noé los volvería a soltar en el Templo, “donde formarán una colonia felina controlada”.

Para ello, demandan una colaboración por parte del Ayuntamiento, “para la cual existen varias vías, como ya hemos expresado a algunos de los responsables municipales”. Sin embargo, El Arca de Noé lamenta no haber tenido respuesta por parte del Consistorio, “ni apenas esperanza en que la misma sea positiva”.

Seguimos por tanto a la espera de recibir una aceptación por parte de técnicos y políticos, en cuyas manos está no solo el futuro de esta colonia felina, sino la magnífica oportunidad de dar ejemplo de cómo en Córdoba, al igual que en otras ciudades (en Roma los gatos fueron declarados Patrimonio Biocultural), es posible una gestión del control animal alejada de la eutanasia y el sufrimiento.