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El acusado de maltratar al hijo de su expareja lo niega y la madre asegura no haber visto nada

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Alejandra Luque

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El hombre acusado de maltratar al hijo de dos años de su expareja en junio de 2017 ha negado los hechos y la madre del menor, acusada de omisión en la comisión del delito, tampoco ha precisado el grado de participación que el varón podría haber tenido en las lesiones del niño. En aquella fecha, el menor recibió asistencia en urgencias por diversos traumatismos, con hematomas, en cuatro ocasiones. En una de ellas, el menor ingresó en el Hospital Reina Sofía, donde se inició el protocolo por “alta sospecha de maltrato” tras presentar “numerosas lesiones a lo largo del cuerpo”, desde las piernas a la cabeza. Estuvo cuatro días con “pérdida temporal de calidad de vida muy grave”; siete, “grave”, y cuatro, “moderado”.

El varón y la mujer mantuvieron una relación desde 2015 aunque decidieron poner punto y final después del nacimiento del hijo que tienen en común. Según el relato del acusado, la mujer y su hijo pequeño -fruto de otra relación- pasaban los fines de semana en su vivienda, en Alcolea, y la relación con el menor era “perfecta y nunca” ha tenido ningún problema, ni lo ha agredido y no ha sido “estricto”. A las preguntas del Ministerio Fiscal en relación a los whatsapps que intercambiaba con la madre en los que decía “el niño es un chulo” o “sabe mucho y lo hace para estar acostado [en relación a un picor fuerte de ojos]”, ha asegurado que hablaba así “para que la madre llegara pronto a casa ya que era ella quien tenía que cuidar de su hijo” y no él. La progenitora, ha comentado, se encontraba en Córdoba capital haciendo gestiones para ser emprendedora.

Del profundo picor en los ojos, pendiente de verificar si podría ser lejía o champú, el acusado reconoció por Whatsapp a la madre que “no veas la que lía por una gota de champú” o “el niño no puede salir” de casa, aunque no ha explicado de dónde procedía ese champú ya que “él no lo bañó”, a pesar de que otros mensajes rezan “ya estoy bañando a éste”. Posteriormente ha manifestado que ambos se fueron a casa de la madre de él y que “sería ella la que lo bañara”, aunque él no vio nada.

Cuando la madre del menor recibió, instantes más tarde, el mensaje “el niño no está para salir”, le “descuadró”, aunque no le prestó más atención y sobre las 15:00 regresó a la vivienda en Alcolea. Acto seguido se encontró al menor “con moratones” y el acusado le dijo “que había estado bañándolo y que se le había caído en la ducha”. Ha asegurado que decidió no llevar a su hijo al médico ya que el hombre la amenazó diciéndole “que lo iba a meter en un lío”. Después, el acusado abandonó la vivienda para trabajar en la verbena de Alcolea “dejándola encerrada y llevándose su móvil”, extremos que el varón ha negado.

Al día siguiente, el hombre se ofreció de nuevo a bañar al pequeño, momento en el que el niño gritó ya que estaba sangrando de un ojo “después de quitarle un pellejo”, ha apuntado. Sobre las 16:00, la mujer abandonó la vivienda y se fue a Córdoba capital, a la casa de su madre. Entonces, ambas decidieron llevar al pequeño a Urgencias, sobre las 20:00.

Una vez allí, dos médicas exploraron al menor y una de ellas decidió activar el protocolo por maltrato debido a las múltiples lesiones que presentaba el menor -hematomas y golpes en la cara, fuerte conjuntivitis, hinchazón en los ojos y una pequeña quemadura en el pie- y a las tres versiones “diferentes” que dio la madre en el centro hospitalario. Mientras que la progenitora ha sostenido que las heridas apenas tenían 24 horas, las médicos y los dos peritos que han intervenido en esta causan datan unas lesiones de entre dos y tres días y, otras, de entre cinco y siete días, como la del pie.

La mujer ha declarado durante la sesión que nunca vio al acusado ningún mal gesto con su hijo ya que, de no ser así, “no se lo habría dejado”. Ha afirmado, además, que nunca “se ha portado mal” con el niño y que asumía el papel de padre y “hacía cosas normales”, aunque a veces “era un poco bruto”.

Durante la vista también ha declarado el asesor técnico de menores de la delegación de Igualdad de la Junta de Andalucía que hizo el informe de retirada de la custodia de la hija mayor de la mujer, que actualmente vive con su tía materna. En 2016, la Junta realizó otra intervención por un hematoma que el pequeño tenía en la frente aunque, finalmente, se acabó archivando ya que, según declaró la madre, esta herida se produjo después de una caída de la cama, cuando el menor se encontraba a cargo del acusado. En junio de 2017, esta delegación volvió a abrir otro informe, esta vez a raíz del análisis clínico que el hospital realizó del menor. A estos expedientes hay que sumar que, según ha manifestado este asesor, en 2009 recibieron una denuncia de la abuela por maltrato de su hija hacia su nieta y otra por tocamientos de una pareja de la acusada también hacia su hija.

Este asesor ha manifestado, además, que en escritos que posee la delegación de Igualdad constan unas declaraciones de la acusada en las que manifiesta haber abortado después de que el acusado le propinara una patada. La hermana de la acusada, en este punto, ha explicado que sólo conoció al acusado en una ocasión, cuando “fue a socorrer” a la imputada de una agresión del varón, y que la sobrina que tiene a su cargo le manifestó en una ocasión que el hombre había pegado a su hermano y que su madre lo sabía.

Los dos peritos forenses que estudiaron al menor no han podido calificar como maltrato las lesiones sufridas al no estar suficientemente claros todos los criterios necesarios para ello. La Fiscalía pide penas de tres años de cárcel para el hombre, además de órdenes de alejamiento durante diez años, y otros tres años de prisión para la acusada por los delitos de maltrato, así como la retirada de la patria potestad durante cinco años y órdenes de alejamiento de diez años, y alternativamente cinco meses de cárcel por un delito contra los deberes familiares y retirarle la patria potestad por cinco años. También, solicita que indemnicen al menor en 1.600 euros por las lesiones. El juicio ha quedado visto para sentencia. La Junta ha retirado a la mujer la custodia de sus tres hijos.

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