Una fiesta

Se acabó la fiesta. No sólo porque ya no vamos a encontrar los famosos chupones Kojac, que ya hacía tiempo que nadie compraba, pero que paradójicamente exigimos que permanezcan para siempre con nosotros como las Polaroid, los seiscientos, La Comuna o los diarios de papel, sino que la fiesta se acabó porque prácticamente no queda ex alto cargo alguno (vivo) sin imputar. Quiero decir que los pseudotótems de los 90 están cayendo, o al menos están siendo señalados por el dedo de la vergüenza. Hasta Núñez, al que ya había olvidado. Aunque pensándolo bien, nada de esto asegura que la fiesta haya acabado.

Mientras tanto, en Córdoba, están ocurriendo algunas cosas que paso a enumerar.

1.- La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión sigue abierta y muchos aún no la han pisado. Yo he encontrado una guía Phaidon sobre arte de los EE.UU. por 3 euros y como sólo he podido leer las tres primeras páginas, hasta el momento he conocido a un fotógrafo de apellido Adams, bien colocado alfabéticamente, y de nombre Robert, que parece disparar como pintaba Hooper.

2. Palabras desconocidas para mí como trompeteros y apoyacodos han sido insertadas en mi vocabulario, cosa que está bien y es divertida.

3. Unos artistas/diseñadores han creado en Eutopía una obra de arte  , a través de código fuente, que viene a ser un retrato de Córdoba. En el proceso se ha debatido sobre el original, la copia y la clonación y se ha dejado entrever que esto del arte con código era novedoso. Y ahora tengo mis dudas de si lo nuevo aporta solo por ser nuevo o si en este caso concreto lo importante no era eso, sino que establece otros campos para la creación o que la obra puede ir mutando en función de parámetros datables como la meteorología, la natalidad, el paro o la densidad de zonas verdes en una ciudad. Aunque tampoco sé si las obras no mutaban ya de por sí en función de los parámetros que le damos, azarosamente o no, a nuestro ojo.

4. En la sala Vimcorsa hay una exposición de arte contemporáneo, con fondos de la fundación de Gas Natural Fenosa. Allí he visto la obra Donde rompe la ola, del artista Diego Canogar y que se trata de una escultura de hierro soldado en el que podemos intuir una ola que rompe en una especie de trama metálica regular en su base e irregular en su parte superior. Más allá del interés de la obra, me llamó la atención que hubiera posadas en ella tres moscas. No revoloteaban, sino que permanecían en tres puntos diferentes de la pieza, como si fueran parte de ella. Decidí grabarlas, algo que hice con la cámara de mi Iphone 4S. No obstante, a medida que intentaba acercarme a los insectos para obtener un buen primer plano o para grabar su huida si esta se producía, se observa que la cámara no es capaz de ofrecernos una imagen nítida de ellas. Cuanto más cerca, más borroso. Eso quiere decir que la cámara no es capaz, ni siquiera, de simular la realidad que ve nuestro ojo, así que la realidad que vemos a través de nuestro teléfono móvil es una farsa. Pero luego pensé que eso es tan falso como la propia imagen que copia nuestro ojo. Porque el ojo lo que hace es copiar, así que la originalidad parece ser una falacia más relacionada con la industria que con el arte.

En el vídeo siguiente, la obra viva en Vimcorsa. https://vimeo.com/109754837

5. Salomón ha venido a la radio a contarnos qué le hizo venir a España andando desde Camerún. Esto no tiene nada que ver con lo anterior pero me parecía que no debía desaprovechar esta oportunidad para hacer llegar el contenido de la conversación a quien no haya tenido la oportunidad de escucharla.

www.radiocordoba.es/facebook/ENTREVISTA_SALOMON_HXH_21_10.mp3

6. Ha cerrado Discos Fuentes Guerra. El día que hicimos allí el programa le pregunté a David por un disco que estaba sonando en la radio sintonizada y como no lo tenía me dijo: “quizá te pueda gustar este otro”. Pues sí, me gusta mucho. Lo dejo por aquí para cerrar este artículo hiperactivo, hipervinculado e hipermarcado.

https://www.youtube.com/watch?v=Kp7ekqTj9eo