Israel, aunque siga exterminando a sus vecinos a ritmo creciente, ya hace muchos meses que perdió la guerra. Una guerra que, ¿cuál es su objetivo? ¿Exterminar a los casi 2.000 millones de musulmanes que tienen a su alrededor, y que cada día les están cogiendo un odio más fundado y profundo? Esa guerra no la van a ganar, y lo saben.
Si el objetivo de la guerra era crear un estado de Israel más seguro, lo siento, pero van en la dirección contraria, porque recordemos que la violencia suele engendrar más violencia, y esta casi seguro que les vendrá de vuelta multiplicada y durante muchísimo tiempo.
Pero es que las cosas se están poniendo especialmente peligrosas incluso para los que vivimos este conflicto desde lejos.
Israel ha perpetrado un ataque sobre personas en el Líbano, país que no ha invadido Israel ni nada, que poco se parece a un acto de guerra y mucho a un acto terrorista. Haciendo detonar dispositivos electrónicos todos a la misma hora “caiga quien caiga” está lejos de ser una operación “quirúrgica”, tiene unos niveles de colateralidad totalmente inasumibles y sí, es un acto de terrorismo con mayúsculas.
A los dirigentes israelíes claramente se la pela, pero a la comunidad internacional no debería, ya que si aceptamos esos niveles de “colateralidad” en una operación contra el adversario, ¿Qué impedirá a un grupo terrorista del adversario a detonar explosivos, por ejemplo en el metro de una ciudad en Europa, con la excusa de que dentro pueden ir judíos? ¿Con qué fuerza moral podremos decir que esto es un acto terrorista y que lo otro no lo era?
Si una cosa está mal, debe estar mal para todos, si no, esto es un sin sentido. A ver lo que tarda EEUU y Europa en identificar a Israel como un estado que promociona y practica el terrorismo, y comienza a congelar activos, sacar a Israel del sistema SWIFT y el etcétera habitual de los países en el eje del mal. De momento, también en la dirección contraria, se la sigue financiando.
Si no se hace, que no se hará, lamentablemente la ciudadanía, rehén de la clase dirigente, seremos colaboradores necesarios y sufriremos las consecuencias. Al tiempo.
En resumen, se ha abierto la veda, y la vida de las y los ciudadanos cotiza más bajo que nunca. Tenemos que parar esta escalada de violencia como sea, o muy pronto seremos víctima de ella.
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