Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
Esa villa romana de la que usted me habla
Lo contamos este domingo en estas páginas: la villa romana de Santa Rosa sale a subasta. La deuda con un fondo de inversión de una constructora cordobesa ha llevado a intentar saldarla vendiendo un elemento único, la villa romana mejor conservada de Corduba.
La noticia ha cogido por sorpresa a las administraciones y este viernes supimos que la Junta ha puesto el caso en manos de su servicio de Patrimonio, para saber cómo proceder. La villa romana de Santa Rosa es un elemento único, que se excavó a partir de 2003 y que se iba a poner en valor de alguna manera. Estalló la crisis y no se logró. Ni el Ayuntamiento se comprometió con su presupuesto ni hubo acuerdo posible con la Junta.
Durante todos estos años, la villa romana ha estado oculta a los ojos de los cordobeses. E incluso de los vecinos del bloque que se construyó encima. En este tiempo, y hasta que no se publicó la noticia en este periódico, nadie se acordó de un bien único, de un patrimonio que ha permanecido casi 2.000 años oculto y por el que cualquier ciudad, cualquier municipio, mataría.
Pero no en Córdoba. Mirando a Italia a mí no me vale la excusa de que tenemos un exceso de patrimonio. Cualquier municipio italiano conserva, mantiene y explota en muy buen estado un patrimonio histórico apabullante y muy abundante.
En 2010 se llegó a plantear que la villa de Santa Rosa se integrara en una red de parques arqueológicos en Córdoba para explicar la historia de la ciudad. Se uniría a una calle romana perfectamente conservada bajo un edificio en Ciudad Jardín, a los restos del anfiteatro, a los del teatro romano dentro del Museo Arqueológico. El proyecto incluía otras rutas con restos de la córdoba islámica e incluso la cristiana (Córdoba tiene iglesias del siglo XIV que ya quiseran otras ciudades).
Pero aquello se diluyó como lágrimas en la lluvia sin que ninguna administración se sintiera empujada por la ciudadanía a llevar a cabo ese proyecto. La arqueología, el patrimonio, siguió viéndose más como un problema, por su mantenimiento, explotación y puesta en valor, que como el gran yacimiento petrolífero que tiene esta ciudad. ¿A qué vienen si no los turistas? ¿A disfrutar de un verano a 45 ºC o a asombrarse ante uno de los edificios más espectaculares del mundo como es la Mezquita Catedral?
Llevamos décadas buscando un plan para el futuro de Córdoba y no está mal hacerlo. Pero ese plan lleva trazado siglos: la logística, la agroindustria, la cultura y el patrimonio.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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