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Las luces

Inauguración alumbrado de Navidad 2019 | ÁLEX GALLEGOS

Alfonso Alba

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La carrera loca de varios ayuntamientos de España por ver quién tiene las mejores luces de Navidad me recuerda a la permanente frustración del rico. En el mundo solo puede haber una persona que sea la más rica. Imagino al propio Amancio Ortega lamentándose de no superar, año tras año en la lista Forbes, a Jeff Bezos o Bill Gates. Y no deja de hacerme gracia esa permanente frustración. Siempre va a haber alguien más rico que tú. Y siempre va a haber una ciudad que asombre más a los ciudadanos con sus luces de Navidad que la tuya.

Obviamente, en esta carrera loca de la Navidad las luces de Málaga o Vigo siempre van a ser mejores que las de Córdoba. El espectáculo de luz y sonido no aguanta una comparación con el de la calle Larios, que a mí no me gusta. Y tampoco hay aparatitos haciendo nieve por la ciudad como en Vigo, afortunadamente. Por eso me extraña tanto la cifra esa que maneja el Ayuntamiento de que a la calle Foro Romano (antigua Cruz Conde) van a venir un millón de personas. ¿Un millón? Espera, sujétame el cubata.

La calle Foro Romano (antigua Cruz Conde) tiene una superficie aproximada de 4.690 metros cuadrados, que sale de sus 13,4 metros de anchura por sus prácticamente 350 metros de longitud. En el caso en el que no hubiese ni árboles, ni bancos, ni instalaciones, por cada pase cabría una media de 14.070 personas (vale, estamos exagerando, esa cifra es asfixiante e imposible). En total hay programados 150 pases en el mes que dura el espectáculo. Es decir, caben dos millones de personas. Se han quedado cortos.

El espectáculo de luz y sonido de esta Navidad me recuerda a aquella frase de Carlos V cuando vio el destrozo del Cabildo en la Mezquita. Córdoba es una ciudad singular a la que se puede venir porque tiene lo que no hay en otros sitios. No tiene que competir con otras ciudades como Málaga y Vigo que no paran de reinventarse precisamente porque salvo playa no tienen otra cosa.

Además que se malentiende el turismo de aluvión. El espectáculo de la calle Larios en Málaga atrae a miles de personas, sí. Pero el Ayuntamiento ya está tomando medidas para evitar unas aglomeraciones que son de todo menos cómodas, agradables y que dudo que generen un impacto económico gigantesco en la ciudad. El de Foro Romano (antigua Cruz Conde) es, si cabe, más incómodo aún.

A diferencia de la calle Larios, la antigua Cruz Conde no es una calle comercial especialmente ancha. Además, la maravillosa reforma del año 2011 la sembró de grandes árboles de los que carece la calle Larios. Por eso, quizás no es el lugar para ese gran tubo de luces de Ximénez, sino para medio tubo, como bien recuerda Rafalcor.

Córdoba tiene otros lugares que son igualmente comerciales para un espectáculo así. El propio Bulevar del Gran Capitán es más ancho y agradable para esas aglomeraciones que a veces se dan, y para experimentar con otra cosa que no sea un copy paste de otros, algo que lamentablemente en Córdoba empieza a ponerse de moda. Y no estoy hablando del Ayuntamiento.

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