Un día, un paisaje cualquiera
¿Recuerdas el 21 de junio de 2012? Lo más probable es que no, que ese día sea uno más de tantos días veraniegos y que tu memoria no sea capaz de distinguirlo. Pues fue así, como ves en la fotografía, esa escultura es el 21de junio de 2012 en la sala Capitulares. Durante ese verano y ese otoño Daniel Palacios instaló en torno a 20 sensores en dicho espacio, con los que consiguió medidas de intensidad lumínica, temperatura, humedad y calidad del aire. Seleccionó un lapso de tiempo, a veces un día a veces una semana, y realizó lecturas en un número determinado de momentos de ese lapso. Cada lectura, con los distintos datos, la convirtió en una forma plana que recogía dicha información (supongo que con una impresora 3D o cosa parecida). Superponiendo las formas de todos los momentos seleccionados consiguió esculturas que representan días, semanas, a partir de las variaciones detectadas.
¿Y cómo es la forma de un día? Pues muy parecida a una estalagmita, así que del trabajo de Daniel resulta una especie de forma primigenia, como si la naturaleza le diera la razón en sus elecciones. Una figura con algún sentido, cruzada por fallas, discontinuidades, pequeñas hendiduras que nos hacen imaginar las nubes que cubrieron el día, el grupo de escolares que pudo entrar en la sala. Ve uno el trabajo de Daniel, artista cordobés afincado en Berlín, y piensa que si entrara y saliese de la sala como en el repetido chiste del payaso que entra sin permiso, vería cada vez una exposición distinta. Aquello puede ser una colección de extrañas rocallas, un capricho tecnológico, alguna especie de remoto arte africano, o una muestra de simbolismos del tiempo de los Big Data. Y ahí es donde creo que radica su mayor interés, en ese estilo indeterminado, inacabado que la obra sugiere, esa capacidad de ser muchas cosas a la vez y de estimular la imaginación sobre las posibilidades que ofrece, en un tiempo en el que no paramos de generar datos de todo tipo, físicos, químicos, o sociológicos. Pensamos lo que puede suponer para el mundo de la representación, podemos dar imagen, forma a la infinidad de abstracciones que hemos ido inventando para generar conocimiento, en un peculiar encuentro de ficción y realidad, emoción y tecnología.
Aunque usemos con frecuencia palabras como transversal o multidisciplinar, a veces nos cuesta evitar una mirada más propia de la España galdosiana, un mundo de funcionarios, comerciantes, cómicos e industriales, cada uno exactamente definido y fiel a sí mismo, y así miramos el arte, con sus escuelas, sus disciplinas, sus trincheras. Daniel Palacios nos da una lección de todo eso que decimos pero que no siempre está en nuestra cabeza, con la naturalidad del que usa lo que tiene para crear este evocador paisajismo de datos, como bien lo denominan en la hoja de sala, en cuanto que lo que realiza es una interpretación del paisaje. Tenemos con Strata un verano de paisajes en la Sala Orive, y también en El Carpio, en el que Scarpia inaugura hoy su decimotercera edición, con talleres, exposiciones y conferencias dedicadas a la misma cuestión. Ya estamos tardando.
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