Abierto el corazón a la Virgen de los Dolores
El Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, dio inicio este jueves al Año Jubilar de la hermandad servita, concedido por el Papa Francisco con motivo del cincuentenario de la coronación canónica de la imagen
Pasan unos minutos de las diez de la noche. Bajo la atenta mirada de todos cuantos asisten a tan importante cita, el Obispo de Córdoba llama a la apertura de las puertas. Utiliza el martillo realizado para la ocasión, tal y como marca la tradición; tal y como está establecido el ritual. La luz del templo vence a la oscuridad de la noche. Mucho más intensa es la luz de la Señora cuyo día es ya. También es su año. Las campanas anuncian el comienzo de un tiempo especial, de una celebración extraordinaria. Cruza el umbral, ése que todos quieren atravesar. Y en el vano de la iglesia, se arrodilla ante la imagen mariana más venerada de la ciudad. Inicia después Demetrio Fernández el camino por el interior de San Jacinto. Entona, y con él la comitiva a la que precede, La ciudad santa de Jerusalén. Ante el camarín en que se encuentra, majestuosa como siempre, la Virgen de los Dolores, celebra la misa. Comienza el Año Jubilar de la servita hermandad.
La plaza de Capuchinos presentaba este jueves una imagen diferente. Banderolas con la imagen de la Señora de Córdoba daban la bienvenida. El Cristo de los Faroles lucía tras su restauración. Y en el ambiente, la sensación de que algo extraordinario está por venir. A las diez de la noche, comenzó la procesión desde el local que unos metros más adelante posee la corporación. La cruz de guía abría el cortejo, en el que varios sacerdotes acompañaban al Obispo. Autoridades civiles, hermanos de la cofradía y cordobeses seguían sus pasos, que terminaron a las puertas de San Jacinto. Al pie de los escalones del templo, Demetrio Fernández advirtió de que la entrada al mismo en esta ocasión tenía un significado y valor mayor. Tuvo lugar la oración, que lo fue de todos los asistentes, que posteriormente pudieron seguir por una pantalla instalada en el exterior de la iglesia la celebración litúrgica que iniciaba el Año Jubilar de la servita hermandad; concedido éste por el papa Francisco con motivo del cincuentenario de la coronación canónica de la imagen.
Es tiempo de jubileo en San Jacinto, tiempo de peregrinación al hogar de la Señora de Córdoba. Es tiempo de gracia, pues quienes acudan al templo para comulgar y confesar obtendrán la indulgencia. Es tiempo para celebrar el cuidado y la protección de la Virgen de los Dolores, cincuenta años coronada el próximo 9 nueve de mayo. Una fecha como ésa de 1965 la ciudad vivió una jornada histórica, tano como lo fue este jueves, a la víspera de esa otra en que una marea humana regresará a la iglesia a postrarse ante la imagen obra de Juan Prieto. Comienza el Año Jubilar de la servita hermandad y así un tiempo de esperanza, como anunciara el Obispo en la Misa de Apertura. Y las puertas del corazón, tal y como señalara Demetrio Fernández, están abiertas.
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