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¿A quién le interesa el debate universidad pública, universidad privada?

Diego Rodríguez Villegas / Blogópolis Opinión

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No nos engañemos; pensar, reflexionar, empatizar no es el fuerte de nuestra especie, salvo que estas acciones estén dirigidas a la supervivencia que es para lo que realmente está preparado nuestro cerebro. Esto no habla en contra, ni ignora los grandes logros y avances que hemos ido alcanzado a lo largo de la historia de la humanidad y que, dicho sea de paso, ya que estamos en ello, la mayoría han tenido su origen en una formación académica universitaria.

Ahora bien ¿Qué le importa realmente a día de hoy al ciudadano medio la investigación, el desarrollo o la innovación? ¿Qué le importa el conocimiento superior, el espíritu crítico, la verdad? Aunque esto no es nuevo, digamos que parece que no le importa mucho. Pero ¿no le importa mucho porque está en otras cosas o porque a otros les interesa que no le importe mucho?

Unos trescientos años antes de nuestra era, Diógenes de Sinope veía en su época un verdadero problema moral porque la gente en vez de formarse a sí misma y valorar su opinión propia respecto al bien y el mal, prefería actuar en función de lo que los demás opinaban. Imagínense cuando ni siquiera existe una opinión general. Dos mil años después el filósofo francés Andre Gluksmann en un artículo con tintes paródicos ponía en boca de Immanuel Kant lo siguiente: “En mis tiempos los debates decisivos no interesaban al gran público, el pueblo se resignaba y ”suponía“ que pensar no era asunto suyo. Ahora los conflictos ideológicos han franqueado el muro de las universidades y han saltado a la plaza pública”.