Un buen día para 'rememoriar'

Eran muchas las esperanzas y expectativas que el Movimiento Memorialista depositó en los trabajos de exhumación de las fosas de represaliados de la guerra civil del cementerio de la Salud de Córdoba y que, gracias a su lucha, se ha podido materializar en el Proyecto que se está llevando a cabo en este lugar. Por eso, y porque estamos en fechas muy señaladas, ayer me acerqué al citado campo santo para observar de cerca el desarrollo de las excavaciones.

Cómo no, y como siempre, nos recibió Daniel Quiroga, que con esa predisposición y cercanía que lo caracteriza, nos explicó, de manera rigurosa y pedagógica, todo el desarrollo del proceso. Coincidió además, que en estos momentos se estaba documentando una gran saca de represaliados dispuestos de manera dolorosamente desordenada, reflejando así la perturbación y frialdad con la que sus asesinos arrojaron ahí esos cuerpos.

Fue para mí un enfrentamiento de sentimientos repartidos, por un lado, entre la conmoción y la congoja de observar en directo la crueldad y dureza de la guerra, y por otro, la satisfacción de comprobar que el desarrollo de los trabajos deposita en mí una certeza íntima de que los recursos públicos están sanando heridas de antaño deseosas de cicatrización.

He de recalcar también que tras la fuerza motora de Daniel, hay un gran equipo de historiadores, antropólogos, arqueólogos, topógrafos y demás profesionales especializados que conforman un escenario interdisciplinar imprescindible y con un mayúsculo valor para el encaje de cada uno de los datos aprehendidos, cuyo resultado van plasmando en un complejo informe arqueológico que cada mes remiten a la Administración. Además, me consta que esta difusión, no solo se lleva cabo en las administraciones y asociaciones, sino que son muchos los institutos que han acudido al cementerio para que a través de la exhaustiva explicación de este equipo, se conviertan en testigos directos de la barbarie de la guerra: sí, duro, pero necesario.

Siempre he pensado que la humildad es la mejor postura para observar y aprender de fuentes expertas, sin embargo, y lo adelanto, ahora no voy a ser humilde: me considero lo suficientemente formada, experimentada y capacitada para constatar que la capacidad técnica, el rigor metodológico y la calidad sensitiva están presentes en cada uno de los pasos que se están dando en aras de responder a los familiares de las víctimas franquistas la demanda que tanto tiempo llevan reivindicando: exhumar los cuerpos de sus seres queridos para restituir la dignidad de su descanso justo. Y claro, eso a una la deja más tranquila, sobre todo cuando ve que el dinero público se emplea de manera práctica y para la ciudadanía.

Y para concluir, me gustaría recalcar que toda esta buena labor me reafirma la plena confianza de que las administraciones competentes cumplirán su palabra de garantizar la continuidad ininterrumpida de las exhumaciones más allá de diciembre del corriente año. No nos podemos quedar aquí, es imprescindible que no exista ningún cese ni interrupción en unos trabajos que son fundamentales para la verdad, la justicia y la reparación.