Camino Solia hacia El Guijo imperial
El Guijo de Los Pedroches es argéntea semilla de romanidad en hespérica dehesa. No se ve cuando se alcanza. Se topa más que se llega. Y no se pasa hasta que no se está en Solia. A más de 100 kilómetros de Córdoba, por las siempre insidiosas carreteras del norte, en plena selva de seculares encinas, pareciera que nada nos va allí a los patricienses. Y sin embargo, no se calman las aguas del Padre Baetis hasta que no has creído cordubense ese confín actual, antes centro, de nuestro siempre norte. Resuenan los carros cargados de mineral. Barcazas los esperan en las ya mansas aguas de río. Córdoba de tierras feroces.
SoliaBaetiscordubense
Explicación de la colección arqueológica
Explicación de la colección arqueológica
De habitantes, El Guijo aguanta poco más de una cohorte. Y sin embargo Solia les hará legión. El domingo pasado (18/11/2018) llovía si podía llover, se oscurecía la dehesa hasta desafiar, se estrechaban las carreteras hasta querer volver y, sin embargo, allí estaban, cientos de visitantes en el Parque Arqueológico de Solia. Allí, bajo el amparo de la Ermita de la Virgen de las Cruces, en ese canadiense paraje otoñeado hasta insultar de colorido que es El Soto, donde nunca se acaba El Guijo. Los Pedroches saben ir a una cuando se ponen. Había allí una feria romana y unas jornadas arqueológicas. Sí, allí donde la Beturia Túrdula roza casi con el Averno y donde, si Cicerón viviera, seguro diría de nuevo que se hablaba en cordobés, norteño en este caso, más que en latín. Los carros de mineral saben seguir llegando a Córdoba mientras un par de cientos de personas y más espolvorean el latín entre el ibérico, las hojuelas o flores de miel y el piñonate.
Soliaotoñeado
Asistentes a las jornadas arqueológicas
Asistentes a las jornadas arqueológicas
En la ermita, que duerme bajo estrellas del mejor led, hay entre tanto un menudo baptisterio cristiano agasajado de ropajes romanos dispersos. Allí debió oficiar aquel sacerdote de Solia presente en el Concilio de Elvira de nombre Eumancio. En frente en el cerro, dos imponentes recintos amurallados que guardan legiones de solienses. Solia, que del cortijo de Majadaiglesia toma su actual orientación, debe estar aquí. De ella conocemos el nombre por una disputa territorial, que ya en antiguo había que regularizar catastros. Con Epora y Sacili Martialis, es decir, con Montoro y Pedro Abad, se jugaba sus dominios. Adriano puso allí paz a mayor gloria de los solienses. Ya saldrá la inscripción en Solia que rece “Solia”. Mientras tanto bien vale esta, la del famoso trifinio de Villanueva de Córdoba, tierra de Solia antiguamente. Valdrá, llegado el día, como el imponente sitio arqueológico del que hablamos porque no hay más lugar para Solia que el telúrico otoño de El Soto. Esa Solia a la que ella dio nombre.
ledSoliaEporaSacili MartialisSoliatrifinioSolia
Paraje de El Soto
Paraje de El Soto
El único parque arqueológico público del norte de Córdoba ofrece un paraje inesperado para quién suele venir del valle bético. No es ningún misterio túrdulo por descubrir que vivimos entre verdor, olivares encrespados, dehesa siempre y buen desnivel. El ayuntamiento del menudo Guijo lo tiene en propiedad. Allí se ha inaugurado un centro de interpretación, entrañable donde los haya, dedicación pura de Santiago Romero. Y allí se ha adecuado un pequeño museo arqueológico junto a la ermita que es todo arqueología con sabor de antaño. Alejandro Ibáñez se empeñó en ello además de llevar al Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada a realizar prospecciones geofísicas. Nada hay, por tanto, en las vecinas entrañas de la ermita que no se prevea para el futuro provecho de tan soliense sitio.
No se contentaría el heroico Guijo con ello, que en frente, entre cursos de agua y frondosidad que regalar, alzó el antiguo recinto de la Solia de los túrdulos, y ese teórico nuevo, que debieron hacer los romanos cuando, desde final de s. I. d. C. debieron dar derecho romano a este antiguo asentamiento, oppidum si se quiere, poblado de pedrocheños de la antigüedad. Los dos recintos se ven perfectamente en los modelos digitales del terreno con lo que solemos, desde el cielo, mirar a las entrañas arqueológicas de Córdoba. Tres recintos arqueológicos tres, el prerromano, el romano y el tardoantiguo hay allá por El Soto. Menudo El Guijo.
Soliaoppidum
Recintos amurallados de Solia. Ortofoto y Modelo Digital del Terreno. Autor a partir de © PNOA-IGN
Recintos amurallados de Solia. Ortofoto y Modelo Digital del Terreno. Autor a partir de © PNOA-IGN
Demasiado para ser confín pues en realidad El Guijo no está en límite alguno. En realidad, Solia, era la primera estación, el primer asentamiento de relevancia, de un eje central de riqueza: la ruta del mercurio, que desde el entorno de La Bienvenida (el Almadén antiguo) se abría camino hacia Córdoba. Sisapo, aquel Almadén, era el mayor y mejor centro surtidor de mercurio y minio del Mediterráneo. Otro día ya diremos para qué. Mercurio, de propiedad de emperador, cuyo destino principal era el puerto de Córdoba desde donde se embarcaba con especial celo hacia su verdadero destino, la ceca de Roma. El minio, el bermellón para las paredes y los colores, es sólo actor secundario en esta historia. Con el mercurio de Almadén se fabricaba el dinero. Solia, el complejo de El Soto, está en el seno de esta privilegiada zona de extracción y preparación, a apenas 20 km del núcleo principal del preciado material.
SoliaSisapoSolia
Depósito hidráulico de Solia
Depósito hidráulico de Solia
Subiendo al cerro del Cortijo de Majadaiglesia, hay piscinas y más piscinas construidas en el opus caementicium de los romanos. Mucho había que lavar y decantar entre enormes canales que atestiguan el copioso volumen de agua a evacuar. De termas, piscinas también hay. Pero no las mayores conectadas con los canales: esas son industriales,para el imperial mineral. Alberto Villarejo, pozoalbense de la Universidad de Córdoba, las acaba hace bien poco de documentar y estudiar. Pronto estarán en el museo del sitio en 3d para contribuir a la divulgación de esta excepción norteña tan especial.
opus caementicium
Hagan camino Solia hacia El Guijo imperial de Los Pedroches. Córdoba no les defraudará.
camino Solia
Algunas referencias y páginas de interés:
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