La Asomadilla, nuevo punto de partida para Escalante
Frío, presión, curiosidad y victoria en la tarde en la que el entrenador con más partidos en la historia del Córdoba volvió a agarrar la pizarra
“Aquel chico la toca fenomenal, fíjate”, le dice a Rafael Jaén, presidente del Deportivo Córdoba. No se pierde ni un detalle del partido de alevines que se disputa sobre el césped de La Asomadilla, donde todavía luce un tibio sol invernal. A Pepe Escalante le encanta el fútbol. Lo mira todo con ojos de aprendiz porque, aunque ya cuenta 63, sigue formándose. Al entrenador con más partidos dirigidos al Córdoba CF en toda su historia no se le ha perdido nada en la instalación deportiva de Poniente. Pero ha encontrado algo. Un reto nuevo.
La última vez que estuvo en un banquillo fue en un episodio legendario: en El Alcoraz, en Huesca, llevando al ascenso a un Córdoba al que había llegado poco más de un año antes, cuando los blanquiverdes coqueteaban con la zona de ascenso a Tercera y veían varios puntos por encima al Villanueva de Córdoba, su vecino en el grupo IV. Tiempos complejos. Siempre que ha habido problemas en El Arcángel ha sonado el teléfono de Escalante. Pero desde aquel día de junio de 2007 nunca hubo una llamada más. Aunque su nombre sonó muchas veces como futurible en destinos de lo más variado, la cuestión es que el de Ciudad Jardín no volvió a dirigir un encuentro desde la banda. Parecía definitivamente retirado. Pero ha vuelto.
“El presidente me ha enreao”, dice señalando con una sonrisa a Jaén, el mandatario con más años de servicio en un club de toda la provincia. Fundó el Deportivo -con la denominación inicial de Recreativo Oscus- en 1967 y desde entonces permanece al frente de una entidad clásica en el panorama andaluz. Más o menos por aquellos tiempos, un joven Escalante despuntaba en las divisiones inferiores del Córdoba, con el que llegaría a Primera División como jugador. Luego, desde el banquillo, lo sacó dos veces de la miseria de la Segunda B: en 1999 y en 2007.
Con el fútbol que han vivido Rafael Jaén y Pepe Escalante se podría hacer una enciclopedia. Ahora el destino ha querido que ambos remen en una misma nave. “Para nosotros es un lujo tener a una persona como Pepe en nuestro organigrama técnico”, dice Jaén. A Escalante, alejado del foco mediático desde hace seis años, se le presenta un examen cuyos resultados no son nada desdeñables. La pregunta fundamental del test se la realiza a sí mismo: ¿Es posible volver, aquí y ahora, al circuito de los entrenadores profesionales? Eso ya se verá. De momento, se comporta al frente del equipo juvenil del Deportivo con el mismo ideario de siempre. Quienes entrenan al máximo se ganan la titularidad. Los objetivos se ganan día a día. El fútbol debe ser natural, sin rigideces tácticas que frenen la inspiración de los mejores. El talento es lo esencial; eso sí, bajo control. Escalante tiene su forma de ver el fútbol y la difunde sin imponer. Se ha ganado la autoridad moral y los chavales que tiene a su cargo, con 16 o 17 años, saben que quien les guía es alguien importante. Lo vieron o se lo han contado.
Su primer partido en casa lo despachó con oficio. Acatarrado, se enfundó bien el anorak antes de dirigir la sesión de calentamiento con los chicos. El sol decae y comienza a bajar la temperatura. Los empleados del Deportivo le observan con callada admiración. El presidente, Jaén, comparte anécdotas con él hasta que llega el momento de la concentración. “Yo estoy en lo mío, como si no estuviera ya aquí”, dice en un momento dado Pepe Escalante. Y todo el mundo le respeta. El partido comienza a jugarse en la cabeza del técnico antes que en ningún otro sitio.
El adversario de turno es La Rambla, un buen equipo. Escalante está empezando a conocer a sus futbolistas, pero la cuestión no le va a llevar demasiado tiempo. Un puñado de entrenamientos y un par de partidos le bastan para saber qué tiene y hasta dónde puede llegar. No lo dice, pero quiere ascender a Liga Nacional Juvenil. Algunos de sus mejores recuerdos como entrenador los tiene precisamente en esta categoría, la juvenil, en la que cosechó éxitos con el Córdoba y el Séneca, las dos clásicas potencias de base locales. El encuentro no es un prodigio de calidad, pero tampoco se trataba de eso. El Deportivo, metido en la zona media alta de la tabla, pretende engancharse lo más pronto posible a la cabeza de la Regional Preferente, donde Villafranca, Córdoba, Figueroa o Lucena van a ser duros competidores.
Antes de los diez minutos, el Deportivo marca el 1-0. La Rambla aprieta, pero los azulinegros se comportan con disciplina. A poco del intermedio llega el 2-0. La neblina sigue bajando. Los aproximadamente setenta espectadores que circundan el terreno de césped artificial se anudan la bufanda y respiran el ya gélido aire de La Asomadilla. Los puntos están amarrados. El marcador ya no se movería más. Victoria en el debut de Escalante, una leyenda que vuelve al punto de partida.
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