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Natalia Pérez: “La administración debe contar con las enfermeras porque somos sus pies y sus manos”

Natalia Pérez Fuillerat, presidenta del Colegio de Enfermería de Córdoba

Alejandra Luque

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Natalia Pérez (Córdoba, 1987) se ha convertido en la primera mujer al frente del Colegio de Enfermería de Córdoba tras 33 años de la presidencia de Floretino Pérez. El pasado 12 de diciembre se alzó como la ganadora frente a la línea continuista de Enrique Castillo en unas elecciones que, por primera vez en la historia del Colegio, han contado con dos candidaturas. Obtuvo 317 votos frente a los 205 de su contricante en unos comicios en los que apenas votó el 10% de los colegiados. Esto ya nos muestra cierta desafección del colectivo, como en la sociedad en general ante unas elecciones, aunque la lectura es más amplia, tal y como explica la presidenta en la siguiente entrevista.

Enfermera de Quirófano en el Hospital de Montilla y Doctora en Ciencias de la Salud por la Universidad de Alicante, Pérez también es miembro del Comité de ética de Córdoba. Ha trabajado en diversos hospitales del ámbito público y privado, en Aragón, Cataluña y Andalucía. La meticulosidad en su trabajo la lleva también al análisis de cuestiones como la precariedad laboral o la situación en la que se encuentran las bolsas de empleo. Transmite ganas e ilusión y una intención clara de fomentar un cambio en el Colegio, abrirlo a los profesionales de Enfermería y hacer de él un instrumento realmente útil para el avance de este colectivo sanitario que ha sido indispensable durante la pandemia.

PREGUNTA (P). ¿Qué fue lo primero que hiciste cuando ganaste las elecciones?

RESPUESTA (R). Recibir muchas felicitaciones. Entiendo que es un formalismo por parte de las autoridades y otras instituciones que tienen una buena relación con el Colegio. También he recibido muchísimas felicitaciones de compañeras y compañeros y es muy gratificante porque es el primer feedback que recibimos de la gente hacia el Colegio. Creemos que ya hemos impulsado el cambio en ese sentido: que los enfermeros y enfermeras se sientan implicados y parte de su Colegio. Ven que con nuestra candidatura, los servicios que puede dar el Colegio sí les interesa para su desarrollo profesional, que es lo que se busca de una institución así.

P. ¿Ha sido una campaña complicada?

R. Ninguno de los que nos hemos presentado bajo mi candidatura teníamos experiencia a la hora de configurar un equipo de estas características para un proyecto así. Pero es verdad que las personas que lo integramos tenemos una formación muy diversa y creo que por ello hemos dado respuesta en un tiempo récord. Las elecciones se convocaron el 3 de noviembre y teníamos hasta el 14 de noviembre para presentar el equipo. De ahí, hasta el 12 de diciembre y con un puente de por medio, tuvimos que darnos a conocer a la gente y tu proyecto, lo quieres aportar al Colegio y que a la gente le llegue… Ha sido toda una odisea pero el resultado es que los hemos conseguido. Las 31 personas que estamos en la candidatura nos hemos esforzado al máximo, cada una en su área donde se desarrolla profesionalmente. Creo que esa ha sido la clave del éxito. También hemos tenido cierta dificultad a la hora de conocer todo el procedimiento.

P. ¿Por qué los desconocíais?

R. Los estatutos del Colegio son muy antiguos y muy genéricos. Las enfermeras estamos acostumbradas a trabajar con una descripción detallada de qué tienes que hacer y que no. No podemos olvidar que somos enfermeras y enfermeros y no juristas o políticos ni estamos familiarizados con este tipo de cosas. A la hora de interpretar los estatutos y cómo se aplicaban ha sido complicado. La Comisión Ejecutiva del Colegio, la saliente, te apoya y te va respondiendo a las dudas que van saliendo y así lo hemos resuelto.

P. ¿Ha sido una competencia sana?

R. Solo ha habido un incidente que realmente no se puede atribuir a nadie en concreto. En un grupo de Whatsapp se difundió un mensaje que decía que yo estaba faltando a la verdad y que estaba manipulando a los colegiados.

P. ¿En base a qué?

R. Nosotros reclamamos tener la posibilidad de mandar la propaganda de nuestra candidatura por correo electrónico al igual que lo había hecho la otra candidatura. En los estatutos, la opción que se refleja es que sea por envío postal pero no queríamos hacer eso, obviamente, por la política de gestión medioambiental que tenemos incorporada al proyecto. Por ello no veíamos conveniente toda esa impresión de papel. No supimos que estaba la opción del envío por correo electrónico ya que no estaba reflejada en los estatutos. Al ver la publicación que hizo el otro equipo, solicitamos tener la misma opción y nos dijeron que aunque era válido, ya no podíamos hacerlo porque estábamos fuera de plazo para solicitar el envío y que iba a generar desigualdad por mandarla a posteriori. No estuvimos de acuerdo con eso, lo acatamos y seguimos con nuestra difusión de campaña. El hecho de no estar de acuerdo se interpretó de esta manera.

P. ¿Cuándo tomas la decisión de que quieres encabezar la candidatura?

R. Al principio de todo. Nunca sabes la envergadura que van a tener las conversaciones que tienes con compañeros o las cuestiones que compartes a lo largo de tu vida. Hace ya muchos años, hablando con unos compañeros, pensábamos que el Colegio podía hacer mucho más y planteamos que algún día tendríamos que montar una candidatura. El mismo día que se convocaron las elecciones me llamaron dos personas con las que había hablado hace mucho sobre esto y me dijeron: “Natalia, queremos llevar un proyecto y que seas tú la presidenta”. Cuando realmente éramos muy poquitos ya me habían visto a mí como la persona que encabezaría el grupo.

La Enfermería de Córdoba tiene un potencial enorme, pero hay necesidades que hay que cubrir

P. ¿Y cómo se afrontan unas elecciones cuando tu contrincante lleva 33 años en el cargo?

R. Hubo gente que vio muy claro que íbamos a ganar nosotros porque éramos aire fresco, pero también es verdad que 33 años te dan una solidez y una estabilidad brutales en muchas relaciones. El hecho de partir de cero como equipo pensábamos que era una limitación no solo en que la gente estuviera de acuerdo con nuestro proyecto, sino en que se decidiera y te votara, que era el mensaje que transmitíamos. No sirve de nada lo que piensas si se queda en el pasillo. El movimiento se hace votando. Necesitábamos que la gente se implicara y participara.

P. ¿Por qué crees que nunca antes se había presentado una segunda candidatura?

R. Entiendo perfectamente que antes no haya ocurrido porque yo ahora he pasado por ello. No es fácil porque no cuentas con tiempo suficiente para poder armar todo el proyecto. Lo deseable es que lo tengas configurado con tiempo, pero eso no lo puedes tener porque tampoco sabes la fecha aproximada en la que se van a convocar las elecciones. Después, es verdad que cuando una dejadez se va consolidando en el tiempo, a esas enfermeras y enfermeros les estás diciendo que no necesitan el Colegio para su desarrollo profesional. Eso provoca, entonces, indiferencia sobre quién está o no en el Colegio. Esa es una de las cuestiones que hemos tenido que romper.

P. Y si el Colegio no promovía el desarrollo profesional de las enfermeras, ¿para qué ha servido?

R. Esa es la gran pregunta que nos planteaban las enfermeras y los enfermeros: qué hace el Colegio. Por qué me dan mi planilla el último día del mes cuando eso no debería ser así, por qué no se dan contratos de larga duración si no de corta y precarios, por qué no se están buscando las ratios deseables… Al final, lo que quiero es que el Colegio apueste y defienda mi situación porque es el máximo responsable, independientemente de que después nos estén apoyando los sindicatos.

P. ¿El Colegio ha sido una institución abierta a cambios o propuestas en todos estos años?

R. El Colegio tiene un buzón de sugerencias. El instrumento está, pero para que la gente haga uso y participe, tienes que estar ahí. Hay que ir donde está la gente y no al contrario. Por eso nosotros hemos visitado todos los centros sanitarios que nos dieron la opción para dar a conocer nuestro proyecto. Cuando hicimos esto, los propios profesionales nos dieron las gracias y nos decían que querían un Colegio que fuera a donde está trabajando y sea cercano. Las enfermeras, además, tenemos una dinámica de trabajo de turnos, más la complejidad de tu vida personal, que necesitas un recurso flexible a la vida que llevas. Que si necesitas acceder a cualquier trámite burocrático, te lo puedas descargar de la página web y no tengas que venir a la sede colegial a recogerlo.

P. ¿Cuándo has echado en falta al Colegio a lo largo de tu profesión?

R. Cuando me saqué el título me colegié, vi todos los cursos que hacían y como por bolsa de trabajo necesitas puntos para intentar empezar a trabajar, me inscribí en todos. Me aceptaron en unos y en otros, no. Me fui fuera a trabajar, volví y había los mismos cursos que, si son presenciales, tienes que ir toda la semana de lunes a viernes de tardes. Eso era incompatible con mis turnos porque cuando no estaba trabajando, la cosa se complicaba mucho. Con respecto al TFM y el doctorado, he consultado las becas de investigación y las ayudas, pero nunca se podían adaptar a mis circunstancias. Profesionalmente, para las cuestiones jurídicas a las que me he tenido que enfrentar laboralmente he recurrido al sindicato porque tengo un liberado sindical en mi hospital que va a mi área de Quirófano, me pregunta que como voy y le respondo. No digo que la fórmula sea poner un representante del Colegio en cada centro sanitario, pero hay que estar más cerca de los profesionales.

Las enfermeras buscamos que el Colegio apueste y defienda nuestra situación

P. En las elecciones no ha votado ni el 10% de los colegiados.

R. El mismo sistema de votación ha impedido mucho la participación. Ahora nos han llegado fotografías de las solicitudes de voto por correo que han llegado a varios colegiados una semana después de que se produjeran las votaciones.

P. ¿Cómo ha podido pasar eso?

R. Para pedir el voto por correo tenías que venir al Colegio a solicitarlo.

P. Pero se sobreentiende que si pides este tipo de voto es porque no te encuentras en Córdoba.

R. Efectivamente. Una vez que solicitabas el voto por correo de forma presencial te mandaban la documentación por envío postal a tu casa y ahora tú tenías que enviar ese voto por correo para que llegara el 12 de diciembre, contando con el puente. Incluso, solo el envío de la documentación ha llegado una semana después de que se celebraran las elecciones porque en los estatutos tampoco viene reflejado que haya una fecha límite para solicitar la documentación del voto por correo. Después, el día de la votación se celebró de 9:00 a 18:00, cuando la mayoría de compañeras y compañeros estamos en turno de mañana. El grueso de los colegiados está en la capital, pero también hay colegiados en las áreas Norte y Sur. Si además tienes una hora de coche para venir a Córdoba y tienes que comer, estás en el límite para poder llegar y votar. Los compañeros de esas áreas que vinieron a votar presencialmente eran de turno rotatorio e hicieron el esfuerzo para poder votar.

P. La votación online no se contempla, ¿no?

R. No, no. Solicitamos que de alguna manera, a través de la web, se ahorrara el paso de solicitar físicamente la documentación para el voto por correo para que se pudiera hacer por la web, pero nos dijeron que ya estaban publicadas las bases de la votación. Esta es una de las cosas que queremos cambiar. Conforme he ido viendo casos, más colegiados habrían votado. También te digo: si hacemos un poco de rastreo en diferentes Colegios a nivel nacional, la cifra de Córdoba no difiere mucho del resto. El dato máximo de votación que conocemos fue en Albacete: votaron unas 1.000 personas, casi un 30% de los colegiados. Otras cuestión es que en estas votaciones también votan jubilados.

P. ¿Te conocían algunos de estos profesionales que ya no ejercen?

R. Es cierto que no conozco de manera cercana a compañeros jubilados pero sí había miembros de mi candidatura que los conocían. Hubo gente que no me conocía de nada y el día de la votación se acercó a presentarse y me deseó toda la suerte del mundo. Ahí tengo una carta que he recibido de una compañera jubilada dándome la enhorabuena y no me conoce de nada. Ese es el impulso al que nos tenemos que agarrar y ser conscientes de que tenemos mucho trabajo por hacer.

P. Vamos a ir desgranando un poquito el programa con el que os presentasteis a las elecciones. La primera impresión que da es que hay categorías de enfermos que no se sentían representadas en el Colegio, como las matronas.

R. La matrona que tengo en mi candidatura me preguntaba cuándo ha hecho el Colegio un curso para matronas o por qué no tenía un curso para cubrir sus necesidades como matrona. Ese es un ejemplo fácil.

Las enfermeras sufrimos más agresiones de las que se denuncian

P. ¿No hay explicación para cuestiones como esta? ¿Por qué se han producido diferencias entre especialidades?

R. Todavía estamos recién llegados y nos tenemos que poner al día de todo. Queremos saber bien con qué empresas trabaja el Colegio. Lo que sabemos es que tiene varias empresas de formación y después el Colegio, de forma independiente, desarrolla la suya propia. Hay que ver cuál es la mejor fórmula para poder satisfacer las necesidades de todas las enfermeras. Al final, si trabajas en Paliativos quieres un curso de eso, si trabajas en la Unidad del Dolor, buscas formarte en eso. En ese sentido va muy de la mano el trabajo que vayan a hacer los grupos de asesoramiento específico porque ahí se van a identificar necesidades y veremos qué cursos son más prioritarios. Uno que está claro es el de Soporte Vital Avanzado porque es uno de los requisitos que nos piden para la acreditación profesional. No es obligatorio, pero te suma, y todos queremos hacerlo. Ahora está pendiente de abrirse un nuevo aula de formación en Córdoba y previsiblemente podría estar disponible para marzo, pero nos tenemos que reunir con el arquitecto, ver cómo es la obra, en qué condiciones se encuentra, ver qué versatilidad tiene el edificio…

P. Aludís a la necesidad de un reconocimiento de especialidades como la de la Enfermería Intensiva. ¿Cómo se materializa esa falta reconocimiento?

R. Por ejemplo, no se está contratando por bolsas específicas. Eso supone que a una Unidad de Cuidados Intensivos lo mismo te llega una enfermera de Consultas Externas que otra de Quirófano o de Urgencias. No es lo mismo para la calidad y la seguridad del paciente, así como la atención. Lo deseable es una persona que tenga la cualificación y los conocimientos específicos para desarrollar ese puesto de trabajo, como ocurre en cualquier otra profesión. Esto se respalda en las necesidades del servicio y las circunstancias de precariedad laboral a la hora de contratar personal. Eso hay que pulirlo.

P. ¿Y quien o quienes tienen que pulirlo? ¿Qué papel tiene el Servicio Andaluz de Salud (SAS)?

R. A ver, no solo existe el SAS y esa es otra cosa que tenemos que corregir. Tenemos que mirar por el sistema sanitario a nivel provincial tanto público como privado. Saber los recursos que tiene cada centro porque Quirón tendrá unas circunstancias a la hora de contratar a las enfermeras y enfermeros; el Reina Sofía tendrá otras y el Hospital de Montilla, otras. En función de las necesidades y las argumentaciones que nos den a la hora de establecer esa contratación, el Colegio se posicionará al respecto, pero no se pueden equiparar circunstancias.

P. ¿La forma de contratación tampoco se puede igualar?

R. La frase perfecta es: dependiendo de las necesidades del servicio. El covid ha sido bestial también: hubo esa gran necesidad de enfermeras porque nos dábamos de baja. Entiendes que en situaciones críticas se hagan determinadas cosas. Para algo sirve esa formación reglada básica que recibimos todos los enfermeros y enfermeras y que no se puede perder porque tampoco la clave de la atención sanitaria tiene que ser la súper especialización y no es sostenible. Para determinados ámbitos hay que establecer límites, como para Intensivos. Ahora han salido unos nuevos requisitos para reconocer las especialidades en el ámbito de la Salud que están más o menos justificados, pero son los que tenemos. Lo que hay es que jugar con eso: ver cómo podemos cumplir estos requisitos que nos pide el Ministerio de Sanidad y ver como Colegio profesional qué papel podemos jugar. Uno de ellos es que haya una asociación científica que represente al menos al 80% de los profesionales de esa especialidad.

P. ¿Esa precariedad de la que se habla en el sector, la sufren de la misma manera una enfermera de un centro sanitario y la de un hospital?

R. Son diferentes. Las circunstancias que vives en Atención Primaria son muy distintas a las de un hospital. En Atención Primaria, durante la pandemia se han visto haciendo domicilios, tests, dando soporte en el autocovid. Después, en el hospital tenían otra a la hora de manejar el circuito de los pacientes y familiares en las plantas, cómo respetar para que no existiera contaminación, el uso de equipos de protección individual…

La pandemia y el covid me han ampliado la visión de lo que es una enfermera

P. Ahora, cada centro de salud cuenta con un Consulta de Acogida en la que los pacientes son vistos en un primer momento por enfermeras cuando no se acude Urgencias o no hay cita para tu médico de cabecera. ¿Se ha fortalecido la plantilla?

R. Sí, sí. Se ha realizado una contratación específica para dar respuesta a estas consultas, que están en todos los centros de salud. Son proyectos que visibilizan las competencias que tenemos las enfermeras para desarrollar nuestros cuidados y hay que apoyar estas iniciativas.

P. Has sacado antes a colación el uso de los equipos de protección individual. ¿Deben los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) limpiar los EPIs que usen sus compañeros? ¿Debe ser esta una de sus competencias como sostiene el SAS?

R. Yo me apoyo mucho en mis compañeras y compañeros. Los TCAE son una pieza indispensable en nuestro trabajo. Es verdad que ese tipo de labores no están definidas como tal. Veo un vacío legal, al igual que deben existir TCAEs específicos. No puede ser igual una TCAE que trabaja en Hospitalización que otra que trabaja en Quirófano y debe conocer la maquinaria que se utiliza en una central de esterilización, por ejemplo. Hay mucho trabajo para definir cuáles son sus competencias. Es cierto que durante la pandemia nos fuimos adaptando a los recursos y a la actividad que había en esos momentos. Al ver la noticia me llamó la atención porque es una cuestión que se debería haber adaptado a las nuevas circunstancias que estamos viviendo ahora. Desconozco por qué se dio esa orden.

P. ¿En el Hospital de Montilla se ha dado?

R. Lo desconozco e incluso no sabía que actualmente se llevara a cabo limpieza de EPIs para su reutilización porque los EPIs están formados por muchos elementos. Las pantallas las limpiamos porque son reutilizables y el fabricante estipula cómo debe hacerse la desinfección. Cuestión distinta es que nos refiramos a las batas, que son desechables. Si me voy a este extremo, que se ha dado orden de limpiar estas batas, me extraña mucho que se siga haciendo, pero tendrá su argumentación.

P. En el programa habláis también de auditorías externas. ¿Anuales?

R. Haremos una inicial y a final de año haremos otra y será con carácter anual.

P. ¿Habéis echado en falta esta transparencia económica?

R. Somos conocedores de que se han realizado auditorías pero el resultado no las conocemos. Hay una asamblea de colegiados que se celebra todos los años en las que se aprueba el ejercicio económico y los presupuestos del año siguiente. Esa junta es abierta y pública pero es cierto que… volvemos a lo mismo: qué enfermeras van a venir aquí a cotejar. Si lo publicas en la web, puedes verlo de manera más accesible.

P. Proponéis la limitación de mandatos: de dos a cinco años. ¿Por qué es tan importante establecer periodos?

R. Porque pensamos que un equipo necesita tiempo para sus proyectos a largo plazo, pero se tiene que propiciar la participación activa de los colegiados e impulsar que haya otras personas que se presenten. De hecho, estamos convencidos de que en las próximas elecciones se van a presentar más candidaturas. Eso significará que estamos haciendo bien las cosas: que la gente se implique y quiera formar parte de su Colegio de forma activa. Ese tiene que ser el motor esencial de los colegios para que se desarrollen proyectos que respondan a las necesidades de los colegiados. A la gente que venía a votar se lo decía: te lo agradezco, pero debe ser el punto de partida para desarrollar proyectos. Treinta y una personas no los llevan a cabo solas, sino con todos los colegiados.

El Colegio tiene que estar más cerca de las enfermeras

P. ¿Por qué cambiar la sede central del Colegio?

R. Es una necesidad que nos han trasladado muchos colegiados. La sede está en el centro de Córdoba, no tiene fácil aparcamiento y si tienes que venir al Colegio, lo que quieres es llegar, aparcar, hacer lo que tengas que hacer e irte, y eso la sede no lo permite. Habrá que ver qué posibilidades tiene este aula de formación con respecto a esto y qué funcionalidad se le puede dar.

P. Trabajareis también para cambiar los estatutos y garantizar una mayor participación, ¿en qué sentido?

R. Tiene que estar regulada por los estatutos. Que no sea que este año yo quiera que participe mucha gente en las actividades y decisiones del colegio y el año que viene me olvido. De alguna manera, la participación tiene que estar regulada en los estatutos para que ciertas decisiones muy importantes que tiene que tomar el Colegio haya una determinada participación. Y por supuesto, votación online. Clarísimo.

P. Antes hacías referencia a las agresiones que sufrís en vuestro colectivo. ¿Se producen más de las que se denuncian?

R. Sí. Hay circunstancias y circunstancias. Cuando ves que es un paciente desorientado, que tiene algún tipo de demencia y te lanza un manotazo de manera involuntaria, aunque te lleves a tu casa el rasguño, no se suele denunciar. Sí que es verdad que la pandemia ha puesto en marcha una nueva maquinaria en los centros sanitarios y ha actualizado muchísimo los circuitos para gestionar las agresiones que reciben los profesionales, tanto a nivel jurídico como psicológico. Todos los centros tienen ya este circuito a través del cual se le da ese apoyo al profesional sanitario en 24 o 48 horas.

P. ¿Manejas ya los datos de las agresiones en el último año?

R. Por ahora los desconozco. Ya se ha puesto en contacto conmigo un compañero de Policía Nacional que está muy implicado en esta cuestión y nos reuniremos a primeros de año para ver cómo podemos retomar donde lo dejó la anterior Ejecutiva para ver en qué podemos mejorar.

P. ¿Te han agredido alguna vez?

R. Sí, pero acciones inconscientes. Cuando la situación ha sido conflictiva se ha gestionado de manera eficiente y con el apoyo también del servicio de seguridad del centro sanitario. También ha servido muchísimo la formación que hemos recibido a la hora de gestionar situaciones conflictivas. Es verdad que hay gente que tiene una personalidad agresiva y tienes que saber manejar la situación para que la cosa no vaya a más. Esa formación ayuda a gestionar esas situaciones, pero hay otras que son insostenibles. La formación está para lo que está y nos da una base, pero hay cosas que dependen del ciudadano.

P. Ante este tipo de situaciones, ¿se recurre más al Colegio o a los sindicatos?

R. Creo que el porcentaje puede ser parecido porque son dos órganos que están involucrados en estas cuestiones.

P. Con respecto a investigaciones científicas, ¿ha avanzado el Colegio en estos 30 años?

R. No te lo sé decir. A nivel provincial, en junio se celebró un acto en el que se nos reconoció a todos los Doctores y Doctoras de la provincia de Córdoba en relación al aumento de publicaciones en revistas de alto impacto.

Muchos colegiados nos han trasladado la necesidad de cambiar la sede del Colegio

P. Me gustaría revisar algunos puntos del decálogo que se publicó en enero de este año. El primer punto: más enfermeras. Desde el Colegio, ¿qué se ha hecho hasta ahora para conseguir incrementar el número?

R. Lo que sé es que el Colegio ha reclamado que haya un mayor número de enfermeras y que la ratio actual que existe en la provincia de Córdoba aumente; que esté más acorde con las recomendadas por los diferentes organismos internacionales. Hay un estudio que publicó el Consejo General de las ratios enfermeras de los diferentes colegios de toda España y nosotros estamos los segundos de Andalucía con mejor ratio. La primera es Jaén. Pero, claro, Andalucía va por la cola de todas las Comunidades Autónomas. Sin embargo, Navarra es la única que cumple los criterios de ratio de enfermeras. ¿Cómo puede ser que en el mismo país ocurra esto?

P. ¿Cuál es la ratio recomendada por la Unión Europea para Córdoba?

R. 827 por 100.000 habitantes.

P. ¿Y cuál es la que tiene?

R. 587. Es llamativo que pase esto en España. Yo soy mucho de networking: al final, el Consejo General hace su función como nexo de unión entre todos los colegios, pero tenemos que facilitar mucho más el intercambio de ideas y proyectos que podamos configurar cada centro. Y si uno consigue el éxito en un aspecto, hay que replicarlo. Nos tenemos que servir de eso y más estando en el mismo país, que somos el mismo sistema sanitario.

P. No sé cómo valoras ese juego por parte de las administraciones cuando se asegura que las bolsas de empleo del SAS están vacías porque se realizan muchos contratos cuando la segunda lectura es que hay enfermeras que se van de la provincia, dejan de estar en este Colegio y, por tanto, en dicha bolsa.

R. Nos encontramos en una situación en la que habría que actualizar los datos. El otro día lo comentaba con una compañera: tengo el caso cercano de recibir en mi hospital a recién salidas de la carrera y que no han parado de trabajar. La pandemia también ha hecho mucho. ¿Esas bolsas vacías son pre o pospandemia? Como investigadora necesito datos concretos, por eso me repito mucho e insisto en la necesidad de reunirme con entidades y organismos para saber realmente si existe esa fuga o no. Los datos que ahora mismo tiene el Colegio de Córdoba es el número de traslados, profesionales que se han cambiado de centro. ¿Esos traslados son de personas que acaban de terminar la carrera, de gente que está cansada? ¿De todos esos trasladados que ha habido, cuántas enfermera se quedan? Yo soy muy crítica en ese sentido y por supuesto hay que incentivar desde la Universidad y los centros de formación el uso de los recursos del Colegio para tu desarrollo profesional. Si te encuentras en un entorno con tus necesidades satisfechas, apuestas por desarrollarte profesionalmente en ese sitio. Si no es así, te vas. Hay que analizar también estas cuestiones, que se conocen hablando con la gente. Por eso, una de las cosas que planteamos en el proyecto como línea troncal es hacer un estudio de la población colegial en la provincia de Córdoba para poder responder con nombres y apellidos a esta situación. Es muy fácil decir: hay que aumentar la ratio de enfermeras, pero no me digas el problema porque lo conozco. Yo lo que quiero es la solución a la que nos podemos acercar conociendo la situación concreta que se produce dentro de la pluralidad de nuestra provincia y estableciendo relaciones consolidadas con todas las personas que nos vemos involucradas en este tipo de cuestiones. De forma independiente como Colegio nos vamos a ninguna parte.

P. ¿La Universidad de Córdoba debería aumentar las plazas?

R. La tendencia es que se aumente, pero hay que ver de qué depende que se aumenten o no. A menos no va.

P. En febrero de este año conocimos que Córdoba es una de las 13 provincias españolas que no tienen enfermera escolar propiamente dicha. ¿Cuándo va a ser una realidad?

R. Estas enfermeras escolares se han contratado de manera específica pero por ahora no hay una profesional de forma presencial en cada centro. Lo que sí hay es un número de enfermeras que cubre todos los centros educativos de la provincia de Córdoba.

P. ¿La jubilación anticipada a los 60 años?

R. Esa es otra cuestión por la que tenemos que luchar como colectivo. Es algo que es evidente. Las competencias que tenemos las enfermeras tienen que tener una limitación de edad, que no puede ser ni los 65 ni los 67 años. Es que cae por su propio peso. Los 60 años es la edad recomendable. Habrá que ver si son a los 60, a los 61 o a los 62 porque también hay que ver la sostenibilidad del sistema.

P. Y la capacidad de cada enfermera, que también varía de una a otra a pesar de tener la misma edad.

R. Efectivamente.

Para una UCI se están contratando enfermeras de Consultas Externas, Quirófano o de Urgencias

P. Por último: ¿os habéis sentido relegados en todo el debate sobre la tramitación de la eutanasia?

R. Sí que es verdad que la enfermera atiende ese proceso de eutanasia, pero es el médico al final si se sigue adelante o no en función de los criterios que se han establecido. Las enfermeras han sido consultadas para la elaboración de este derecho pero sí es cierto que, al fin y al cabo, tenemos un problema de base de representación a nivel institucional y política que debemos seguir trabajando. Cuantas más enfermeras estemos en los puestos de posición, mayor visibilidad se podrá dar a las necesidades que creemos que existen y cómo se deben dar solución en el sistema de salud. Lo que buscamos es garantizar el bienestar de la sociedad.

P. ¿Vas a seguir ejerciendo en Montilla durante tu presidencia en el Colegio?

R. Por supuesto. Lo más seguro es que me coja una reducción de jornada. Ahora cuando agilicemos la actividad del colegio vamos a ver que todo se va a desarrollar con más facilidad. Nos va a requerir mucho trabajo, pero ganas e ilusión no nos faltan. Entre todos nos compaginamos muy bien. Este primer año va a ser decisivo a la hora de empezar a implementar cambios y darle una actividad al Colegio mucho más proactiva, que es lo que va buscando la gente.

P. ¿La pandemia ha cambiado tu concepto de la Enfermería?

R. Mmm… ¿Sabes qué pasa? A lo largo de mi carrera profesional he ido adquiriendo el significado del cuidado como enfermera. La pandemia y el covid me han ampliado la visión de qué es una enfermera. También se ha visibilizado al falta de reconocimiento institucional y social que teníamos las enfermeras en las diferentes áreas de trabajo.

P. ¿Estuviste fuera de quirófano durante la pandemia?

R. Tuve que dar soporte a zonas readaptadas. No fue desde la complejidad de una UCI, pero llevé pacientes de Observación de Urgencias que no tienen nada que ver con mis pacientes de quirófano.

P. ¿Cómo te sentías con los aplausos de las 20:00?

R. Ahora echas la mirada hacia atrás y te preguntas cómo hemos podido vivir esto. La gente sentía esa necesidad de dar las gracias y era la única manera en la que podía hacerlo. Creo que todos los profesionales que hemos trabajado a sol y a sombra durante la pandemia, como bomberos o Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o del ámbito social, lo hemos agradecido. Pero sí es verdad que lo que se espera es que se dé un paso más y que sean los propios ciudadanos los que pidan unas mejores condiciones laborales de los profesionales sanitarios, aunque yo también acuda a manifestaciones. No se ha producido como sería lo deseable.

P. En Madrid llevan ya semanas médicos y enfermeros mostrando su rechazo hacia la gestión que se está haciendo desde la Comunidad de Madrid.

R. Han empezado a negociar porque han visto una respuesta drástica por parte del colectivo. Este estado crítico que ha vivido el sistema en todos los ámbitos pone sobre la mesa la necesidad de un replanteamiento del mismo; ver lo que se está haciendo bien y lo que no. Al final, las situaciones de crisis empujan a eso. Lo que no puede ser es que resolvamos la situación de aquella manera y no se haga nada para solucionar los problemas. Conseguimos las cosas cuando nos unimos y las enfermeras tenemos ese potencial cuando decidimos hacer algo.

Es necesario un replanteamiento del sistema de salud

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